viernes, 20 de diciembre de 2024

Patente para método que seca la guadua impulsaría su industrialización

 Con un método registrado por primera vez en el país, el secado y la inmunización de la guadua se haría en solo 6 horas, en contraste con los 20 u 8 días que tarda de forma natural –al aire libre– o industrial –en hornos–. La invención, patentada por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, es una oportunidad para pequeños y grandes productores, pues ahorra tiempo y costos. Emplear esta gramínea en reemplazo del concreto, la madera y el plástico sería útil para el cuidado del medioambiente.

Según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en los últimos 5 años el sector de la guadua (Angustifolia Kunth) en Colombia ha crecido alrededor de un 15 % cada año, cifra que se traduce en oportunidades laborales en la ruralidad, donde se estima que más de 10.000 familias dependen directamente de su uso y comercialización.

“Pese a este potencial, en el país hay poco desarrollo tecnológico para su aprovechamiento. Por eso en el Semillero de Investigación en Guadua y Bambú de la UNAL Sede Medellín diseñamos y patentamos un método que permite reducir de días a horas la duración del proceso de secado”, explica la ingeniera agrícola Eugenia González Castrillón, profesora de la Facultad de Ciencias Agrarias.

Cuando la guadua está recién cortada presenta valores de humedad entre el 60 y 80 %, y para utilizarla como material de construcción esos números se deben reducir a un 12 o 14 % aproximadamente.

“Este proceso de secado es fundamental para evitar deformaciones, impedir la colonización de insectos xilófagos –come madera– y hongos, y hacerla más durable y resistente, lo que además permite la adhesión de pinturas y otros acabados que aportan a su estética”, explica la profesora González.

El diseño del método permite secar e inmunizar la gramínea en solo 6 horas sin usar de químicos. En este proceso participaron los estudiantes de Ingeniería Agrícola Efrén Camilo Quintero Giraldo, Juan Manuel Vélez Sosa y Cristian Rivera Restrepo.

“La comparación es importante porque el secado al aire libre tarda de 20 a 60 días según factores ambientales como humedad, temperatura y ventilación, y el secado industrial en hornos tarda de 1 a 8 días. La optimización es tan alta que la cantidad de horas que determinamos incluye el proceso previo: el corte de la guadua en láminas o tablillas, la preparación del tanque y el horno”, precisa la profesora González.

Congelar el agua y evaporarla

La guadua con la que trabajaron es una de las más de 1.700 especies de bambú que existen en todo el mundo, y aunque es propia de América Latina su crecimiento es más abundante en Perú,  Ecuador, Venezuela y Colombia, en donde se estima que hay una producción de 30 millones de metros lineales al año.

Los investigadores, liderados por la profesora González, aprovecharon una propiedad del agua llamada punto triple, que permite llevarla de estado sólido a gaseoso sin pasar por el estado líquido, un proceso denominado sublimación.

“Para lo primero sumergimos las láminas de guadua en nitrógeno, que congela cualquier elemento en muy corto tiempo, y para lo segundo las introdujimos en un horno de convección al vacío, que calienta y seca los materiales en un ambiente controlado y en ausencia de aire, lo que disminuye las reacciones químicas no deseadas y evita la oxidación”, continúa.

Los detalles del método –presión, temperatura, tiempos específicos, etc.– están protegidos por la patente, que ya puede ser adquirida por el gremio industrial para su uso. También es importante tener en cuenta que la duración y las especificaciones están adaptadas a una escala de laboratorio, por lo que quienes deseen implementar el proceso a gran escala, o industrialmente, deben adquirir los derechos y hacer las pruebas pertinentes.

“Nuestro principal objetivo es impactar en el sector rural e impulsar esta industria con tanto potencial. La guadua es una planta que crece rápido –entre 3 y 6 años–, se regenera incluso después de ser talada, y es biodegradable. Con un manejo adecuado y responsable de ella podemos reemplazar no solo el concreto sino también la madera y el plástico, teniendo en cuenta además que es un excelente aislante térmico y acústico”, finaliza la profesora González.

Si requiere más información sobre el tema puede escribir a los correos egcastri@unal.edu.co o ecquinterog@unal.edu.co, o visitar el Instagram de @te_lo_explico_en_bambu, un proyecto comercial en torno a la guadua, perteneciente a los estudiantes del semillero.







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