Con un método registrado por primera vez en el país, el secado y la inmunización de la guadua se haría en solo 6 horas, en contraste con los 20 u 8 días que tarda de forma natural –al aire libre– o industrial –en hornos–. La invención, patentada por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, es una oportunidad para pequeños y grandes productores, pues ahorra tiempo y costos. Emplear esta gramínea en reemplazo del concreto, la madera y el plástico sería útil para el cuidado del medioambiente.
Según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, en
los últimos 5 años el sector de la guadua (Angustifolia Kunth) en
Colombia ha crecido alrededor de un 15 % cada año, cifra que se traduce en
oportunidades laborales en la ruralidad, donde se estima que más de 10.000
familias dependen directamente de su uso y comercialización.
“Pese a este potencial, en el país hay poco desarrollo
tecnológico para su aprovechamiento. Por eso en el Semillero de Investigación
en Guadua y Bambú de la UNAL Sede Medellín diseñamos y patentamos un método que
permite reducir de días a horas la duración del proceso de secado”, explica la
ingeniera agrícola Eugenia González Castrillón, profesora de la Facultad de
Ciencias Agrarias.
Cuando la guadua está recién cortada presenta valores de
humedad entre el 60 y 80 %, y para utilizarla como material de
construcción esos números se deben reducir a un 12 o 14 % aproximadamente.
“Este proceso de secado es fundamental para evitar
deformaciones, impedir la colonización de insectos xilófagos –come madera– y
hongos, y hacerla más durable y resistente, lo que además permite la adhesión
de pinturas y otros acabados que aportan a su estética”, explica la profesora
González.
El diseño del método permite secar e inmunizar la gramínea
en solo 6 horas sin usar de químicos. En este proceso participaron los
estudiantes de Ingeniería Agrícola Efrén Camilo Quintero Giraldo, Juan Manuel
Vélez Sosa y Cristian Rivera Restrepo.
“La comparación es importante porque el secado al aire libre
tarda de 20 a 60 días según factores ambientales como humedad, temperatura y
ventilación, y el secado industrial en hornos tarda de 1 a 8 días. La
optimización es tan alta que la cantidad de horas que determinamos incluye el
proceso previo: el corte de la guadua en láminas o tablillas, la preparación
del tanque y el horno”, precisa la profesora González.
Congelar el agua y evaporarla
Los investigadores, liderados por la profesora González,
aprovecharon una propiedad del agua llamada punto triple, que permite llevarla
de estado sólido a gaseoso sin pasar por el estado líquido, un proceso
denominado sublimación.
“Para lo primero sumergimos las láminas de guadua en
nitrógeno, que congela cualquier elemento en muy corto tiempo, y para lo
segundo las introdujimos en un horno de convección al vacío, que calienta y
seca los materiales en un ambiente controlado y en ausencia de aire, lo que
disminuye las reacciones químicas no deseadas y evita la oxidación”, continúa.
Los detalles del método –presión, temperatura, tiempos
específicos, etc.– están protegidos por la patente, que ya puede ser adquirida
por el gremio industrial para su uso. También es importante tener en cuenta que
la duración y las especificaciones están adaptadas a una escala de laboratorio,
por lo que quienes deseen implementar el proceso a gran escala, o
industrialmente, deben adquirir los derechos y hacer las pruebas pertinentes.
“Nuestro principal objetivo es impactar en el sector rural e
impulsar esta industria con tanto potencial. La guadua es una planta que crece
rápido –entre 3 y 6 años–, se regenera incluso después de ser talada, y es
biodegradable. Con un manejo adecuado y responsable de ella podemos reemplazar
no solo el concreto sino también la madera y el plástico, teniendo en cuenta
además que es un excelente aislante térmico y acústico”, finaliza la profesora
González.
Si requiere más información sobre el tema puede escribir a
los correos egcastri@unal.edu.co o ecquinterog@unal.edu.co, o visitar el
Instagram de @te_lo_explico_en_bambu, un proyecto comercial en torno a la
guadua, perteneciente a los estudiantes del semillero.
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