Un análisis de contaminación por hidrocarburos en moluscos bivalvos de la bahía de Tumaco identificó niveles tóxicos para los seres vivos. Los resultados sugieren que las entidades protectoras del medioambiente y de la salud de los habitantes del puerto nariñense tomen acciones preventivas.
El ingeniero químico Jesús Alberto Angulo Cuero –oriundo de
Tumaco–, magíster en Ingeniería Ambiental la Universidad Nacional de Colombia
(UNAL) Sede Manizales, analizó la contaminación por hidrocarburos en moluscos
bivalvos (que se encuentran dentro de una concha rígida formada por dos piezas
o valvas) de la bahía de Tumaco, asociada con los derrames de petróleo.
Inicialmente el investigador escogió el caso ocurrido en
2000, cuando 3.500 barriles de petróleo crudo (provenientes del oleoducto
trasandino) se derramaron en el río Rosario, y cuya mancha se extendió por más
de 40 km amenazando con llegar al océano Pacífico a través de la bahía de
Tumaco.
El río Rosario es la principal fuente de abastecimiento para
las comunidades ribereñas, donde habitan principalmente consejos comunitarios y
población afrodescendiente.
Después del derrame se estableció una estación de monitoreo
en la desembocadura del río Rosario para medir los niveles de hidrocarburos y
detectar su ingreso a la bahía. A pesar de los esfuerzos para evitar más
afectaciones, las riberas y los manglares presentaron impregnación de crudo en
alturas entre 2 y 3 m.
Con base en esta información, el investigador determinó que
los moluscos bivalvos, almejas, piangua y ostras, por tener su hábitat en
manglares y formar parte de la dieta alimentaria de los tumaqueños, recibirían
una gran carga de contaminantes, ya que estos se alimentan a través de la
filtración y presentan la propiedad de biomagnificar (transferencia de químicos
a través de la cadena trófica) el contenido de los hidrocarburos en sus tejidos
grasos.
Así, y con el área de estudio conformada por 3 puntos: la
desembocadura del río Rosario, El Morro y El Pindo, se comprobó la alta
concentración de contaminantes, es decir por encima de los 35 nanogramos,
considerada como tóxica para el hombre y las especies de animales que cohabitan
en estos sectores.
Estos hidrocarburos, clasificados como aromáticos
polinucleares por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), y
presentes especialmente en fuentes naturales como petróleo, carbón o depósitos
de alquitrán, cuando llegan mar provenientes de diferentes orígenes (rio,
manglar, puerto) y son ingeridos en distintos niveles de la cadena alimentaria
hasta llegar al hombre, ocasionan graves riesgos para su salud.