Con un 95 % de confiabilidad, un modelo estadístico diseñado por expertos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) determina las zonas en las que la temperatura y la salinidad hacen fluctuar pargos rojos, sierras, merluzas o atunes barriletes, entre otros peces, en 4 puntos frecuentados por pescadores del Pacífico colombiano, un aporte que les ayudaría a saber con mayor certeza en qué momento y lugar realizar su faena.
Con el resultado principal del proyecto “Efectos del cambio
climático en la producción pesquera y en la biodiversidad en el Pacífico”,
Yessica Natalia Ramírez, magíster en Estadística de la UNAL, le ayuda a esta
población a hacerle frente a una crisis ambiental que cada vez dificulta más su
labor, pues el calor no da tregua en las aguas de nuestros mares.
Para desarrollar el modelo estadístico ella utilizó los
lenguajes de programación Python y Rstudio, además de una herramienta de
sistema de información geográfico (SIG) para analizar grandes bases de datos
públicas del Instituto Colombiano de Desarrollo (Incoder), entidad que desde
1979 ha recopilado información sobre las toneladas y desembarques pesqueros en
el país –en este caso en el Pacífico colombiano–, discriminando por tipo de
pez.
También se usaron los datos recogidos por el grupo de
Investigación en Recursos Hidrobiológicos de la UNAL Sede Palmira en los 4
puntos del Pacífico estudiados, sobre temperatura, salinidad y profundidad a lo
largo del tiempo, además de información de sensores remotos internacionales de
acceso abierto que tienen valores y características de distintas zonas
marítimas del mundo.
Dichos puntos estaban definidos en una porción del océano
delimitada en un “polígono”, así: por el oriente con la costa Pacífica de
Colombia, a unos 750 km, con la costa ecuatoriana a 270 km, y con
Panamá a 770 km.
Disminución de la salinidad influye en poblaciones de
peces
Los análisis permitieron tener mapas en los que era más
frecuente encontrar las especies estudiadas, teniendo en cuenta un análisis
espacial en 3D a profundidades de 0,5, 41 y 86 m bajo la superficie del
océano. Esta información estaba en formato NetCDF (Network Common Data Form),
empleado para analizar grandes volúmenes de datos en campos como la
climatología y la oceanografía.
“Este ejercicio evidenció que con el pasar de los años y el
aumento de la temperatura disminuye la salinidad a distintas profundidades, lo
cual dificulta la aparición de algunas especies en las zonas de pesca”, asegura
la magíster.
En cuanto a la salinidad, que oscilaba entre 31,8 y 33,2 PSU
(unidades prácticas de salinidad), los más frecuentes fueron el dorado y el
pargo lunarejo, con entre 20,32 y 33,09 % de posibilidades de captura,
mientras que los demás peces podían tener 1 % o menos de aparición, como
el atún alerta amarilla.
Los análisis permitieron tener mapas de la frecuencia por
cada lugar y para los 7 tipos de pez estudiados, en un análisis espacial en 3D
que tuvo en cuenta un concepto: la curva de cada característica en
profundidades de 0,5, 41 y 86 m bajo la superficie del océano (evaluando
los pixeles en cada imagen con la mayor probabilidad de presencia de estos
animales), que se obtuvieron en archivo NetCDF, empleado en grandes volúmenes
de datos en campos como la climatología y la oceanografía.
“Aunque este es un primer paso para entender la distribución
espacio-temporal de estas zonas del océano Pacífico, aún falta mucha más
investigación para tener claridad sobre lo que ocurre con las profundidades en
que se han realizado mediciones, así como con los datos sobre los desembarcos
pesqueros y las especies que traen allí, ya que hay un subregistro de los
puertos”, indica la magíster, quien contó con la dirección del profesor Viswanathan
Arunachalam, del Departamento de Estadística.