martes, 15 de febrero de 2022

Impactos ambientales acumulativos no se tienen en cuenta en Colombia

 A la hora de realizar sus proyectos, los proponentes de obras de infraestructura –como hidroeléctricas, producción de hidrocarburos, vías y puentes, entre otras– no consideran los impactos ambientales acumulativos, en parte por el desconocimiento que rodea la aparición de estos indicadores, y en parte por la ambigüedad normativa.

Así lo determinó estudiante Lesly Villamil Rivera en su trabajo de grado para la Maestría Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien analizó 25 casos de proyectos presentados a las autoridades ambientales entre 2015 y 2019, 10 del sector de hicrocarburos, 9 de infraestructura, puertos, plantas de tratamientos y túneles, y otros 6 del sector de energía.

El 56 % de esta muestra no tenía un método específico para identificar los impactos ambientales acumulativos, a pesar de que estos se incluyen en los lineamientos para la Evaluación de Impactos Ambientales (EIA).

Los impactos acumulativos son todos aquellos efectos ambientales que se generan alrededor de una obra, más allá del espacio puntual en donde esta se ejecuta, y a corto, mediano y largo plazo, por lo que identificarlos oportunamente ayudaría a mitigar posibles daños a la naturaleza.

Aunque esta evaluación se contempla en países como Estados Unidos y Canadá, en Colombia es un campo de acción nuevo, por lo que a los proponentes o contratistas de obras se les dificulta identificar tales impactos.

“Para muchas de las actividades en una obra, por ejemplo de un pozo petrolero, se tienen que retirar capas vegetales, lo que implica el desplazamiento de fauna silvestre; esta acción empieza a interactuar con otra y generan sin

ergias que no existían antes en los ecosistemas intervenidos, pero no se les presta mucha atención”, detalla la estudiante Villamil.

Agrega que “debido a la ambigüedad en las normas, los proponentes hacen su propia interpretación de estas y terminan ajustándolas a sus intereses”.

Después de recopilar información bibliográfica y revisar los requisitos normativos existentes en Colombia para el otorgamiento de una licencia ambiental, la investigadora encontró que “los impactos acumulativos ambientales sí son mencionados, pero no se describen ni se dan recomendaciones. Cuando la norma es tan confusa se puede prestar a muchas interpretaciones”, subraya.

Así mismo, para ayudar a identificar estos indicadores, aplicó una metodología de análisis de redes complejas, además de plantear lineamientos dirigidos a los proponentes y equipos consultores, con los cuales se busca robustecer este análisis. También formula una serie de recomendaciones dirigidas a las autoridades ambientales, para fortalecer su análisis y gestión desde la institucionalidad.

Impactos de alto riesgo

En la revisión de los 25 estudios de impacto ambiental, la estudiante indagó por el desempeño de la evaluación de los impactos acumulativos y evidenció que la identificación de estos es el aspecto que mayores dificultades experimenta.

Al aplicar la metodología propuesta en el estudio de impacto ambiental de un parque eólico en La Guajira, se identificaron 7 impactos con un alto nivel de riesgo, entre ellos la pérdida de cobertura vegetal, la activación de procesos erosivos, las molestias en las comunidades indígenas aledañas, el riesgo para las aves y otras afectaciones a fauna silvestre.

“Después de identificar estos impactos, los pusimos a interactuar y nos generaron unas redes en las cuales reconocimos, por ejemplo, que el impacto de las molestas ocasionadas a la comunidad era una de los más delicados, por la modificación del paisaje que iba a generar el proyecto”, menciona la investigadora.

Otro impacto de acta relevancia está asociado con los efectos erosivos propiciados por las excavaciones, debido a los cambios que esta situación generaría en la capacidad del suelo para conservar agua potable, un recurso que escasea en esta región.

Esfuerzo institucional

Frente a este panorama, y con base en los resultados de su estudio, la estudiante de la UNAL propone usar la matriz propuesta es su estudio y generar escuela de formación para identificar estos impactos.

En ese sentido, agrega que “se requiere un gran esfuerzo de las autoridades ambientales para proveer información a los contratistas de obras de infraestructura, porque si no existe información actualizada es difícil que ellos identifiquen la acumulación de estos impactos”.

También recomienda que para identificar dichos impactos se tenga en cuenta la participación de las comunidades, más allá de los talleres de socialización que se realizan para informarles sobre determinado proyecto.

Por último, sostiene que no identificar a tiempo los impactos acumulativos llevaría a afectaciones sobre el turismo, la seguridad alimentaria y el acceso al agua potable, entre otros aspectos.