Según un estudio de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), con plásticos reciclados y fibras de madera se fabricarían muros divisorios en viviendas para reducir el uso de materiales convencionales con impacto ambiental.
Estos paneles prefabricados se harían a partir de
polietileno de alta densidad (HDPE), un tipo de plástico comúnmente empleado en
las botellas de agua que, junto con fibras de madera de una especie de pino,
contribuiría a reducir el problema de los residuos plásticos y el impacto
ambiental generado por la fabricación de ladrillos de arcilla, ya que este
mantiene sus propiedades mecánicas incluso después de ser reutilizado.
“Lo que buscamos es tratar de mejorar el medioambiente
utilizando esos materiales desechados, pero que también mantengan sus
propiedades mecánicas después del reciclaje”, explica Luisa Fernanda Sierra
Franco, magíster en Construcción de la UNAL, autora del estudio.
Para reforzar el material se propone incorporar fibras de
madera del pino romerón, una especie nativa de Colombia seleccionada porque
mejora la cobertura vegetal durante su crecimiento y tiene la capacidad de
regenerarse después de ser talado. Además, se incluirían fibras de vidrio para
aumentar la resistencia del material compuesto.
“Para llegar a estos materiales y sus propiedades, el
estudio se basó en cálculos teóricos y análisis comparativos con paneles
prefabricados existentes, como por ejemplo uno de una empresa eslovaca
compuesto por una estructura de madera natural y un relleno de paja”, explica
la investigadora.
Así, utilizando datos de propiedades mecánicas obtenidos de
la literatura científica, la investigadora y su director de tesis, el profesor
Andrés Felipe Pérez Marín, de la Facultad de Artes, realizó una “regla de
mezclas” para determinar las características del nuevo material compuesto y si
su uso sería eficiente.
“A través de fórmulas y cálculos medimos las propiedades del
material compuesto que conforma el panel de 85 cm de largo, 40 cm de
ancho y 3 m de alto. La resistencia a la flexión arrojada fue de 27,65
megapascales (MPa), la elasticidad fue de 5,802 MPa, el esfuerzo a la atracción
de 105,71 MPa y el coeficiente de Poisson de 0,49, que indica cómo se deforma
un material”, explica la magíster.
La lectura que hizo es que el panel de madera plástica es
sumamente viable para emplearlo en construcción. Esto quiere decir que, con
estos resultados, se podrían realizar pruebas de laboratorio y ensayos
prácticos para confirmar estos resultados antes de cualquier implementación
real.
“El potencial que vemos es que los paneles servirían como
alternativa a la mampostería en muros divisorios en viviendas que sería más
sostenible y ligera”, enfatiza.
Reducir el impacto ambiental de la construcción
“A lo largo de la historia hemos visto que la construcción
se ha manejado con los mismos materiales. Aunque existen tecnologías
suficientes para mejorarlos, en 2024 seguimos utilizando el concreto y la
mampostería, que implican la explotación de recursos naturales, deforestación e
impactos significativos al medioambiente”, señala la magíster Sierra.
Por ejemplo, la fabricación tradicional de ladrillos de
arcilla conlleva varios problemas ambientales, entre ellos que los hornos
empleados en este proceso operan continuamente emitiendo partículas
contaminantes al aire las 24 horas del día, lo cual no solo afecta la calidad
del aire, sino que además provocaría enfermedades respiratorias en las
poblaciones cercanas a las ladrilleras.
Además, la extracción de arcilla para estos ladrillos a
menudo implica remover vegetación, lo cual altera la estructura del suelo que
generaría pérdida de fertilidad, lo que conlleva que difícilmente pueda crecer
cualquier tipo de planta.
Esta investigación abre la puerta a futuras exploraciones en
el campo de los materiales sostenibles para la construcción a propósito del
creciente énfasis en la sostenibilidad y la economía circular para transformar
la industria de la construcción hacia prácticas con menor impacto ambiental.