Al combinar biocarbón –carbón activado– con fertilizantes sintéticos en un vivero de plantas de madera se genera mayor acumulación de nutrientes, con lo que también se mitiga el impacto ambiental de los agroquímicos.
El biocarbón es un tipo de carbón que se obtiene a partir de
la exposición a altas temperaturas de residuos vegetales (tallos, ramas,
y hojas entre otras), por medio de pirolisis. Una de sus
bondades es que funciona como fertilizante o acondicionador
orgánico que, combinado con los fertilizantes o abonos sintéticos, puede
proporcionar
una mejor rentabilidad en los cultivos forestales.
El profesor Giovanni Reyes, de la Universidad Nacional de
Colombia (UNAL) Sede Orinoquia, menciona que “dicho aprovechamiento, puede
disminuir las aplicaciones de fertilizantes sintéticos, lo cual genera una
ganancia ambiental debido a que estos son solubles, por lo que cuando se
utilizan en grandes cantidades, terminan contaminando las fuentes de agua
que se encuentran bajo la superficie del suelo (acuiferos), las cuales se
conectan a las aguas superficiales (ríos, quebradas y lagos, entre otros)”.
Según el investigador, con la combinación de biocarbón y
fertilizantes sintéticos se tiene una ganancia económica y ambiental, ya que no
se utiliza el 100 % de dichos fertilizantes.
“El gran logro es que combinamos el biocarbón con la mitad
de fertilizante sintético que usualmente se utiliza en la plantación”, expresa
el profesor, quien agrega que “gracias a esta mezcla también se obtuvo un mayor
crecimiento, vigor y salud en las plántulas de vivero”.
El reto de la investigación era entender cómo un residuo
como el biocarbón se podría utilizar como acondicionador en las plántulas, que
es el estado de la planta que se da tiempo después de brotar la semilla, por
eso el objetivo de este estudio fue evaluar el efecto del biocarbón, mediante
el análisis del sustrato y las medidas de la planta.
Paso a paso para el estudio
La investigación se llevó a cabo en un vivero de la empresa
Green Cooperation, en el corregimiento de Planas (Meta), donde la producción de
plántulas de A. Mangium se destina para la posterior plantación forestal.
En el lugar se evaluaron 9 tratamientos, 3 repeticiones y 3
materiales fertilizantes compuestos de la siguiente forma: (i) biocarbón
obtenido a partir de podas de A. mangium (BAM), (ii) fertilizante sintético (FS),
y (iii) la combinación de ambos, BAM + FS.
Así, se encontró que en la combinación del tratamiento hubo
un aumento del 18 al 28 % en el rendimiento de plantas en campo, por
lo que se recomienda una aplicación de biocarbón de 47 toneladas
por hectárea.
Para medir el crecimiento de las plántulas se realizaron
mediciones fisiológicas teniendo en cuenta el índice de Dickson, un indicador
de predicción de plantas en campo.
El profesor Reyes menciona que su investigación se realiza
en un vivero, pues es el paso fundamental para tener raíces de plantas fuertes
que sobrevivan en una plantación forestal.
En ese sentido, explica que “la nodulación en las raíces de
las plantas es un indicador de eficiencia de conversión de nitrógeno disponible
para la planta”.
“Los nódulos son pequeñas estructuras circulares presentes
en las raíces de algunas plantas (leguminosas) que forman simbiosis con
bacterias fijadoras de nitrógeno. Las raíces con grandes nódulos tendrán un
mayor crecimiento vegetativo. Por eso el nitrógeno es tan importante en una
planta, es como su leche materna, por eso es lo primero que se aplica en
términos de fertilización vegetal, y lo que garantizará el tamaño y el color
verde de las plantas”.
Los resultados de la investigación son importantes si se
tiene en cuenta que en Colombia se han plantado cerca de 129.000 hectáreas de
A. mangium en zonas como el Bajo Cauca, sur de Córdoba y Llanos
Orientales, por lo que es esencial proteger y conservar los suelos en donde se
produce.
Además, las plantaciones forestales tienen un potencial
crecimiento en el país. La Corporación Nacional de Investigación y Fomento
Forestal estima que hoy en Colombia se sobrepasan los 17 millones de hectáreas
con aptitud forestal.