viernes, 1 de diciembre de 2023

Escuela Agrobiológica de la UNAL crece y llega a más bachilleres rurales

 Con un balance de 525 estudiantes certificados en 2023 –de los municipios de Pradera y Florida (Valle del Cauca)– cierra año la Escuela Agrobiológica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, una iniciativa creada para atender los desafíos de la educación rural más allá de las aulas e incentivar la apropiación por el campo en esta región del país. Un diagnóstico hecho por los universitarios encontró que la inseguridad alimentaria y el hacinamiento son los principales problemas.

Estudiantes voluntarios y profesores de dicha iniciativa culminan el año consolidándose como agentes de cambio en los territorios del suroccidente del país, en medio de un escenario nacional en el que persisten las disparidades educativas entre áreas urbanas y rurales. Por ejemplo, en 2022 solo el 1,8 % de los habitantes rurales ostentaba un título universitario, frente al 11,8 % registrado para áreas urbanas según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida del DANE.

El impacto positivo de la Escuela se refleja en la certificación de más de 1.000 bachilleres de colegios rurales del Valle del Cauca desde 2016 –luego de la firma del Acuerdo de Paz en Colombia– y su expansión a instituciones educativas de los municipios de Palmira, La Cumbre, Ginebra, El Cerrito, Guacarí, y recientemente Pradera y Florida.

En 2023 participaron en el proyecto más de 50 estudiantes de la UNAL Sede Palmira, quienes trascendieron de las aulas convencionales y dispusieron en cada semestre de unas horas de su tiempo en calidad de voluntarios de la Escuela Agrobiológica para ofrecerles a los bachilleres del colegio Francisco Antonio Zea (Pradera) y de la Institución Educativa Rural Simón Bolívar (Florida) una experiencia educativa sobre seguridad alimentaria, agricultura en huertas caseras, control biológico de plagas en hortalizas, recuperación de suelos, paisajismo, arborización, agricultura con drones, cambio climático, manejo de residuos sólidos, pastos y forrajes, y administración y emprendimiento, entre otros temas.

El balance que hace el profesor Manuel José Peláez Peláez, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, da cuenta del alcance de la iniciativa respecto al número de estudiantes rurales atendidos: en el primer semestre de 2023 fueron 195 y en el segundo 330, y con los años anteriores desde su inicio, que son 500. “Esperamos que la Escuela Agrobiológica siga creciendo y sea replicada en todas las regiones del país a través de las sedes de la UNAL”, señala el docente.

Para el estudiante Jefferson Naranjo, de octavo semestre de Ingeniería Agronómica, “esta experiencia ha sido una trayectoria satisfactoria, siempre procuramos dejar una huella imborrable en estas instituciones, compartir los conocimientos y hacer lo mejor posible para ver algo positivo reflejado en cada bachiller”.

Jefferson y su compañero Anderson Farid Vargas trabajaron el módulo “Manejo sostenible de huertos” en la Institución Educativa Rural Simón Bolívar, en donde sembraron pimentón, cilantro y fríjol, que son cultivos de ciclo rápido, es decir que no tardan mucho en germinar.

En un contexto en el que muchos jóvenes aspiran a abandonar el campo, estos universitarios –en representación de sus compañeros voluntarios– lanzaron un mensaje que no se queda solo en palabras, sino que lo demostraron con hechos: “el campo es la base fundamental de la alimentación y la supervivencia”. Por eso invitan a los colombianos a no descuidar la ruralidad y al campesinado, reconocer su importancia y contribuir con su progreso mediante prácticas sostenibles.

Esta fue la primera experiencia de los futuros ingenieros agronómicos fuera del campus universitario: “en la huerta abordamos cómo determinar las medidas que se requieren para cada cultivo, es decir las distancias de siembra; también preparamos y aplicamos ciertos productos naturales para que los insectos plaga no afecten las plantas. Entre todos afianzamos conocimientos, aprendimos de ellos y logramos una muy buena actividad, nos hicieron saber que fue muy grata y constructiva”, señalan.

En riesgo la seguridad alimentaria de las familias rurales


Este año la Escuela Agrobiológica UNAL, además de abordar aspectos técnicos de la agricultura, sumó en el segundo semestre el componente social en el colegio Francisco Antonio Zea, con la profesora Ninfa Leal Muñoz, encargada de la asignatura de “Ciencias agropecuarias y seguridad alimentaria”, para promover en la comunidad mejores hábitos de consumo y fortalecer este enfoque en los estudiantes de las ingenierías y otras áreas que participan en la realidad social y las problemáticas directas en zonas rurales.

En el diagnóstico identificaron hábitos de consumo poco saludables y otros aspectos socioeconómicos relacionados con el rol de las mujeres a cargo del hogar y las dificultades en el sostenimiento, así como el hacinamiento de algunas familias consultadas.

“Encontramos problemas de alimentación, unas familias en mejores condiciones socioeconómicas que otras, pero observamos como generalidad que los chicos no consumen verduras ni hortalizas, por el contrario, se interesan por la comida ‘chatarra’, luego desarrollamos estrategias para que ellos mismos .