lunes, 14 de diciembre de 2020

Neurodidáctica, una metodología innovadora de educación

 Esta disciplina, especializada en la optimización del proceso de enseñanza a partir del desarrollo del funcionamiento del cerebro, es promovida por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales por medio del Aula STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés).

En este sentido, la UNAL Sede Manizales le apuesta a una educación innovadora, que responda a las nuevas necesidades del siglo, en el que el lápiz y el papel están en un segundo plano y la principal herramienta son las emociones para que el aprendizaje sea efectivo.

“Con el uso de la neurodidáctica pretendemos cambiar la relación del alumno con los procesos de enseñanza-aprendizaje hacia un modelo en el cual ellos dirijan su propio aprendizaje, reforzando habilidades como la atención, la motivación, las funciones ejecutivas y las operaciones mentales”, explicó Juan David Villegas Tamayo, ingeniero electrónico y profesional de la Dirección Académica de la Sede.

En esta metodología lo más valioso no son los contenidos, que se terminan olvidando, sino la inducción y potencialización de los procesos mentales que entran en juego.

“Así se crean redes de conocimiento y capacidad para razonar los nuevos aprendizajes de forma duradera, para lo cual empleamos métodos que activan la corteza prefrontal y el lóbulo temporal medial; el entrenamiento en memoria de trabajo y razonamiento; el aprendizaje mediante preguntas relevantes; la práctica sistemática del recuerdo, y la reconstrucción de lo aprendido”, detalla el ingeniero Villegas.

La metodología desarrollada en la UNAL Sede Manizales busca aplicar todos los contenidos del aula, de manera que el estudiante analice una problemática y proponga una solución desde su campo.


“Estimulamos la multidisciplinariedad más que la interdisciplinariedad, es decir que no se necesitan conocimientos previos, ya que en una primera fase damos los contenidos básicos para llevar a cabo un análisis y la solución a un problema específico”, comenta el profesional.

Agrega que, “por ejemplo en una primera fase abordamos el problema sobre cómo cargar un celular con módulos fotovoltaicos para ver las clases; en la segunda fase nos enfocamos en el diseño: ¿qué dispositivos usar y por qué, cómo van conectados y cómo queremos que se vea el prototipo final?, y en la última parte hacemos el montaje en físico del prototipo. Así conseguimos que la información llegue a las memorias significativas, las de largo plazo, y se convierta en conocimiento duradero”.

El Aula STEM es un espacio abierto de innovación e investigación creado por la Dirección Académica de la UNAL Sede Manizales con el objetivo de brindarles a los estudiantes, y a la comunidad universitaria en general, apoyo en el desarrollo de proyectos tecnológicos e interdisciplinares; es el laboratorio de esta nueva tendencia

Por la situación de no presencialidad, durante estos últimos semestres el Aula STEM incrementó los esfuerzos para brindar un mayor apoyo y acompañamiento a estudiantes y docentes en su transición hacia la virtualidad. Entre otras actividades, se realizaron laboratorios virtuales como apoyo a la signatura “Taller de Ingeniería Electrónica”, en la cual se abordaron problemáticas sociales de las comunidades, y en un trabajo colaborativo con los estudiantes se propusieron diversas soluciones.

Gracias a la participación del Aula STEM, en la Convocatoria 2 de la Incubadora de Iniciativas de Innovación Pedagógica (I3P) de la Dirección Nacional de Innovación Académica (DNIA) de la UNAL, se obtuvieron recursos para fortalecer los proyectos desarrollados por los estudiantes, por medio del envío de kits de electrónica básica que contribuirán a que ellos pongan en práctica los conocimientos adquiridos mediante los laboratorios y desarrollen sus proyectos de manera satisfactoria.

“La metodología planteada en el Aula STEM ha permitido que los estudiantes ya tengan las bases teóricas y los recursos necesarios para adelantar la fase de diseño de sus prototipos, que solucionarán las problemáticas planteadas en sus comunidades. En total son 28 proyectos”, subraya el ingeniero.

Al respecto, señala que el kit enviado a cada estudiante contiene una USB, motores, lámparas led, sensores, medidores de temperatura, Bluetooth y diferentes dispositivos electrónicos, algunos adquiridos y otros producidos por el equipo Aula STEM con ayuda de impresoras 3D, entre otros elementos.

Con estas herramientas los estudiantes pueden hacer realidad los prototipos propuestos durante el taller sobre potencialización de celdas solares, automatización de riego, movilidad, medición de condiciones ambientales y sensores de luz, entre otros.

Estos kits fueron enviados a la Orinoquia, Yopal, Putumayo, Córdoba, Risaralda, Puerto Asís, Ipiales y Caldas.

En este sentido, la UNAL Sede Manizales le apuesta a una educación innovadora, que responda a las nuevas necesidades del siglo, en el que el lápiz y el papel están en un segundo plano y la principal herramienta son las emociones para que el aprendizaje sea efectivo.

“Con el uso de la neurodidáctica pretendemos cambiar la relación del alumno con los procesos de enseñanza-aprendizaje hacia un modelo en el cual ellos dirijan su propio aprendizaje, reforzando habilidades como la atención, la motivación, las funciones ejecutivas y las operaciones mentales”, explicó Juan David Villegas Tamayo, ingeniero electrónico y profesional de la Dirección Académica de la Sede.

En esta metodología lo más valioso no son los contenidos, que se terminan olvidando, sino la inducción y potencialización de los procesos mentales que entran en juego.

“Así se crean redes de conocimiento y capacidad para razonar los nuevos aprendizajes de forma duradera, para lo cual empleamos métodos que activan la corteza prefrontal y el lóbulo temporal medial; el entrenamiento en memoria de trabajo y razonamiento; el aprendizaje mediante preguntas relevantes; la práctica sistemática del recuerdo, y la reconstrucción de lo aprendido”, detalla el ingeniero Villegas.

La metodología desarrollada en la UNAL Sede Manizales busca aplicar todos los contenidos del aula, de manera que el estudiante analice una problemática y proponga una solución desde su campo.

“Estimulamos la multidisciplinariedad más que la interdisciplinariedad, es decir que no se necesitan conocimientos previos, ya que en una primera fase damos los contenidos básicos para llevar a cabo un análisis y la solución a un problema específico”, comenta el profesional.

Agrega que, “por ejemplo en una primera fase abordamos el problema sobre cómo cargar un celular con módulos fotovoltaicos para ver las clases; en la segunda fase nos enfocamos en el diseño: ¿qué dispositivos usar y por qué, cómo van conectados y cómo queremos que se vea el prototipo final?, y en la última parte hacemos el montaje en físico del prototipo. Así conseguimos que la información llegue a las memorias significativas, las de largo plazo, y se convierta en conocimiento duradero”.

El Aula STEM es un espacio abierto de innovación e investigación creado por la Dirección Académica de la UNAL Sede Manizales con el objetivo de brindarles a los estudiantes, y a la comunidad universitaria en general, apoyo en el desarrollo de proyectos tecnológicos e interdisciplinares; es el laboratorio de esta nueva tendencia.

Por la situación de no presencialidad, durante estos últimos semestres el Aula STEM incrementó los esfuerzos para brindar un mayor apoyo y acompañamiento a estudiantes y docentes en su transición hacia la virtualidad. Entre otras actividades, se realizaron laboratorios virtuales como apoyo a la signatura “Taller de Ingeniería Electrónica”, en la cual se abordaron problemáticas sociales de las comunidades, y en un trabajo colaborativo con los estudiantes se propusieron diversas soluciones.

Gracias a la participación del Aula STEM, en la Convocatoria 2 de la Incubadora de Iniciativas de Innovación Pedagógica (I3P) de la Dirección Nacional de Innovación Académica (DNIA) de la UNAL, se obtuvieron recursos para fortalecer los proyectos desarrollados por los estudiantes, por medio del envío de kits de electrónica básica que contribuirán a que ellos pongan en práctica los conocimientos adquiridos mediante los laboratorios y desarrollen sus proyectos de manera satisfactoria.

“La metodología planteada en el Aula STEM ha permitido que los estudiantes ya tengan las bases teóricas y los recursos necesarios para adelantar la fase de diseño de sus prototipos, que solucionarán las problemáticas planteadas en sus comunidades. En total son 28 proyectos”, subraya el ingeniero.

Al respecto, señala que el kit enviado a cada estudiante contiene una USB, motores, lámparas led, sensores, medidores de temperatura, Bluetooth y diferentes dispositivos electrónicos, algunos adquiridos y otros producidos por el equipo Aula STEM con ayuda de impresoras 3D, entre otros elementos.

Con estas herramientas los estudiantes pueden hacer realidad los prototipos propuestos durante el taller sobre potencialización de celdas solares, automatización de riego, movilidad, medición de condiciones ambientales y sensores de luz, entre otros.

Estos kits fueron enviados a la Orinoquia, Yopal, Putumayo, Córdoba, Risaralda, Puerto Asís, Ipiales y Caldas.





jueves, 10 de diciembre de 2020

Programa de restauración ecológica da frutos en Medellín

Con cerca de 1 millón de árboles plantados y conservados en 570 hectáreas entre 2009 y 2020, el programa “Más bosques para Medellín” se constituye en un proyecto bandera en el país en aumento de cobertura de bosque y recuperación de ecosistemas asociados en suelos degradados de zonas antes destinadas a ganadería.

Así se evidencia en la tesis “Restauración ecológica: evaluación de modelos y factores en sitio en zonas degradadas por uso agropecuario en Medellín, Antioquia” de Diana Carolina Becerra para optar al título de magíster en Bosques y Conservación Ambiental en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín; la investigadora forma parte de los evaluadores del programa, y fue quien valoró la tasa de sobrevivencia de los árboles.

“El proyecto es muy exitoso, es referente nacional por el trabajo previo de caracterización de los predios y la integración de las comunidades, y también porque utiliza un número importante de especies nativas que se monitorean y se protegen a largo plazo, pues no se ganaría nada si se plantan y se abandonan”, afirma.

El programa “Más bosques para Medellín” nació de la alianza de la Secretaría de Medio Ambiente de la Alcaldía de Medellín, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare).

El profesor Luis Fernando Osorio, director de la tesis, indica que desde 2013 la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Medellín monitorea y evalúa los índices de crecimiento, desarrollo, calidad y sobrevivencia de estas plantaciones mixtas, en las que se han sembrado individuos de entre 90 y 120 especies nativas.

“Este programa es pionero en Colombia, al plantar y conservar casi 600 hectáreas con especies nativas. En Colombia la compensación o mitigación con árboles en proyectos lineales (gasoductos, oleoductos, vías o de infraestructura) deben contemplar como mínimo tres años de mantenimiento para que perdure en el tiempo”, advirtió el docente.

Dos modelos de restauración

Por su parte, la estudiante Becerra explica que la estrategia se seleccionó tras un diagnóstico del área a reforestar, según el cual la principal causa de degradación del ecosistema está asociada con el uso intensivo del suelo para ganadería, sembrado en algunos lotes con especies de pasto mejorado como el kikuyo (Pennisetum clandestinum)”.

En el estudio se plantearon dos modelos de regeneración natural asistida (RNA) que buscan imitar el proceso de formación natural del bosque, desde un terreno sin vegetación.

Los dos modelos de restauración ecológica fueron el RNA 1, con plantación de especies pioneras y secundarias intercaladas, y el RNA 2, de plantación de especies pioneras, secundarias y tolerantes.

El profesor Osorio explica que en la técnica RNA, o de plantaciones mixtas, los modelos o arreglos siembran especies pioneras como yarumo plateado, que surgen en un claro del bosque cuando entra mucha luz y agua; especies secundarias de maderas más finas que les basta estar expuestas al sol; y tardías, de maderas mucho más finas como el comino.

Desde hace varios años, la Alcaldía de Medellín adquiere predios en sectores estratégicos como áreas de influencia de la red hidrográfica que abastece acueductos; la Reforestadora Integral de Antioquia (RIA) opera el proyecto con la siembra y el cuidado de los árboles, y la UNAL Sede Medellín evalúa estos sistemas con monitoreos bianuales.

La investigadora Becerra encontró altas tasas de supervivencia a largo plazo en la mayoría de las especies nativas, propias de los bosques húmedos premontano y montano bajo: “estas especies se han adaptado bien, hay individuos de más de 15 m de altura (aliso, arboloco, drago y alcaparro), han llegado aves, el impacto del proyecto es muy positivo”.

Así mismo, con asesoría del profesor Juan Carlos Salazar, del programa de Estadística de la UNAL, implementó el método “análisis de supervivencia” que se aplica en estudios médicos de largo plazo.

“Especies pioneras de altas tasas de supervivencia y crecimiento compiten mejor con esos pastos, como árbol loco, drago, alcaparro y quimulá. También encontramos resultados muy positivos en especies muy importantes como el pino colombiano, el roble de tierra fría y el cedro de altura, especies de más lento crecimiento amenazadas porque las han talado mucho, ya que son apetecidas por su madera”.












miércoles, 25 de noviembre de 2020

Casas de malla, opción agrícola frente al cambio climático

 Resultados preliminares de un estudio que compara los cultivos que se siembran a campo abierto y los que se hacen dentro de casas de malla, muestran que en estas se consume 20 % menos agua en las plantaciones.

Estos resultados hacen que las casas de malla se perfilen como una buena opción de adaptación al cambio climático, pues las proyecciones muestran que en el futuro habrá temperaturas más altas, y al mismo tiempo precipitaciones (lluvias) más bajas. “Y si vamos a tener menos precipitación necesitamos sistemas más eficientes que consuman menos agua”.

Así lo explicó el profesor Enrique Alejandro Torres Prieto, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, líder del proyecto “Manejo y uso eficiente del agua en la agricultura del Valle del Cauca como medida de adaptación al cambio climático”.

Las casas son una especie de invernadero, pero en vez de ser un lugar cerrado tienen mallas de pequeña abertura, las que generalmente se utilizan como antitrips para evitar la entrada de estos diminutos insectos. Las mallas son un control físico que reduce la cantidad de agroquímicos aplicados en los cultivos para controlar plagas.

El docente señala que desde hace ya varios años la comunidad científica ha aceptado el cambio climático como una realidad y ahora se buscan medidas de adaptación.

Especialmente en el Valle del Cauca se ha observado el uso masivo de las casas de malla, lo que llevó a los investigadores de la UNAL Sede Palmira a preguntarse sobre las implicaciones de estas frente a la cantidad de agua que se le aplica al cultivo, es decir si debía echarse más o menos agua, “porque lo que dice la literatura es que, por un lado, esto genera un incremento en la temperatura, pero por otro, como no deja mover fácilmente el aire, la humedad relativa puede bajar”, dice el profesor Torres Prieto.

Evapotranspiración como factor guía

El ejercicio se adelantó en campo del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), en Palmira (Valle), el cual colaboró en este proyecto a través del Programa de Recursos Genéticos en un convenio con la UNAL Sede Palmira.

A los cultivos se les instalaron estaciones meteorológicas sobre superficies de referencia (pasto) para comparar cómo se afectaba la evapotranspiración de referencia (la del pasto), lo que les permitió comparar el consumo de agua dentro y fuera de la casa de malla.

El ejercicio se adelantó en campo del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), en Palmira (Valle), el cual colaboró en este proyecto a través de un convenio con la UNAL Sede Palmira. Además contó con la participación de la profesora Sara Mejía de Tafur y de los estudiantes de Ingeniería Agrícola Jheison Adolfo Guerrero Gutiérrez, Rafael Orlando Díaz Angarita y Richard Lasprilla Velasco, también de la Institución.

Aunque en un principio las intenciones del equipo investigador eran realizar un seguimiento al cultivo diariamente, por motivos de la pandemia se vieron forzados a modificar la metodología. Al final resolvieron que se harían mediciones dos veces por semana, y hacia el final del proyecto sí se realizó una jornada intensiva de mediciones diarias.

Se concluyó que la diferencia en el requerimiento hídrico entre los cultivos sembrados dentro y fuera de la casa de malla varía entre un 20 y 27 %, siendo más bajo dentro de la casa de malla. Es decir, se requiere mayor cantidad de agua para los cultivos sembrados a campo abierto, que es el método más común entre los productores.

Con este estudio se contribuye al importante camino de la búsqueda e implementación de posibles métodos y herramientas que le hagan frente al cambio climático y al uso eficiente del agua, pues es importante recordar que además de los retos que plantea el aumento de las altas temperaturas, actualmente la agricultura demanda cerca del 47 % del agua que se consume en el país.

En Colombia las casas de malla se han implementado especialmente en cultivos de hortalizas, tomate y pimentón, cuyas alturas son medias o bajas, pues la casa de malla es costosa y con la altura de esta también se elevan los costos.

Sin embargo, según lo expresa el profesor Torres, por todas las bondades que presenta, “es posible que en el futuro tengamos árboles también en casas de malla”.

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Cascarilla del arroz aumentaría resistencia del cemento

 Este subproducto orgánico, desechado por muchas arroceras del país, está en proceso de convertirse en uno de los materiales más importantes para la industria de la construcción en el Valle del Cauca.

“Aunque en ocasiones este residuo se usa como abono, gracias al proyecto de la Universidad del Valle y el apoyo de Colciencias logramos aprovecharlo para mejorar la resistencia a la corrosión y la compresión del cemento Portland tradicional”, explicó el profesor Daniel Alveiro Bedoya Ruiz, del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales.

Para el docente, adicionar los residuos agroindustriales al concreto no solo le proporciona mayor resistencia, sino que mitiga su impacto ambiental, mejora las condiciones termoacústicas y reduce los costos de construcción.

“Después de las pruebas en laboratorio realizamos otras en menor escala y los resultados en cuanto a resistencia y durabilidad son excelentes. Aunque en Asia han trabajado por muchos años con el arroz, nuestro producto tiene unas características que lo hacen superior a cualquier componente”, asegura el investigador.

El proceso empieza con una quema especial de la cascarilla para eliminar el compuesto orgánico, y después la ceniza se somete a un procedimiento químico para extraerle una sustancia conocida como sílice.

La sílice obtenida, de color blanco y amorfa, se diferencia de la normal en que su color no modifica la apariencia del concreto, y por ser amorfa le proporciona mayor resistencia.

Así mismo, además de mejorar la compresión –capacidad de soportar carga–, optimiza las propiedades relacionadas con el ambiente donde se localizará. Así por ejemplo, la mezcla del concreto con este producto genera una mayor resistencia al cloruro, sustancia común en ambientes marinos.

Esta fórmula se aplicó a muros prefabricados de ferrocemento, alternativa que facilitaría la construcción de viviendas de interés prioritario o social (VIP y VIS), una de las mayores expectativas de los ingenieros.

Menor impacto ambiental

Según el Ministerio de Agricultura, en Colombia se cultivan cerca de 490.000 hectáreas de arroz al año, de los cuales se generan alrededor de 6.300.000 toneladas de residuos agroindustriales.

Estos subproductos poseen una biomasa lignocelulósica compuesta por polímeros que dificultan su degradación. También son de baja densidad, por lo que al acumularse ocupan grandes espacios.

Es por eso que gran parte de estos residuos se trasladan a los rellenos sanitarios o se incineran a cielo abierto generando gases de efecto invernadero y afectando la calidad del ambiente y la salud pública.

Por otra parte, el cemento es uno de los materiales más nocivos para el medioambiente, pues por cada kilo usado se produce igual cantidad de dióxido de carbono que contamina la atmosfera. A pesar de esto, es muy utilizado en todo el mundo para construir grandes obras de infraestructura.

Por ello el profesor Bedoya trabajó en la incorporación de residuos agroindustriales de arroz en una mezcla que no solo mejora su uso sino que aumenta la resistencia del cemento y reduce los costos de las obras.

Además de los beneficios técnicos, económicos y ambientales, la mezcla propuesta mejora el comportamiento termoacústico de los muros, ya que el espesor de los elementos prefabricados es superior a los 10 cm y poseen cavidades que mantienen estable la temperatura y controlan el ruido.

Esta es una posibilidad entre varias estudiadas, como la investigación propuesta por Daniel Hincapié Rojas, del Departamento de Física y Química de la UNAL Sede Manizales, quien, por medio de molienda mecánica –un proceso de bajo costo– llevó este residuo a tamaño nanométrico para adicionarlo al fibrocemento mejorando su resistencia y desempeño funcional.



martes, 10 de noviembre de 2020

UNAL lidera el I Congreso Colombiano de Paleontología- Colombia

 Historia de las mujeres en la paleontología, patrimonio, sociedad y perspectivas de esta área de estudio en Colombia son algunas de las temáticas de los conversatorios liderados en el I Congreso Colombiano de Paleontología, organizado por la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Este evento, liderado por el Museo Paleontológico de Villa de Leyva y el Semillero de Paleobiología, se realiza virtualmente desde hoy y hasta el próximo 12 de noviembre, con el fin de generar un espacio propicio para el intercambio académico entre la comunidad interesada en la paleontología de Colombia.

En el Congreso se abarcarán además tres ejes temáticos: eras paleozoica, mesozoica y cenozoica en Colombia, y uno general, en el que se abordarán temas transversales a la charla, entre ellos patrimonio paleontológico, evolución y técnicas de análisis o de exploración.

“Para este encuentro tendremos una serie de actividades que abarcan parte del reconocimiento a la riqueza paleontológica de Colombia y en las que participarán reconocidos investigadores y pedagogos destacados por su proceso en el campo de la enseñanza de la paleontología en Colombia y Latinoamérica”, señala Petter Lowy, profesor del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la UNAL y director del Museo Paleontológico de Villa de Leyva.

En este encuentro, los asistentes realizarán un viaje por los ambientes del pasado de Colombia a través de charlas, talleres, lecturas dirigidas, vídeos y una película colombiana que aborda temas como la fauna y la flora que habitaron el planeta hace millones de años, el mar que inundó gran parte de Colombia durante la era mesozoica, el gran intercambio biótico que dio paso tanto a la megafauna del Pleistoceno como a la fauna neotropical del Paleoceno, cuya evidencia fósil yace en la mina de carbón del Cerrejón, al norte del territorio colombiano.

Además habrá talleres sobre la ilustración de organismos marinos y elaboración de réplicas de vertebrados e invertebrados fósiles, y se presentarán dos libros y audiolibros que le apuestan a la divulgación del conocimiento paleontológico colombiano.

Las sesiones orales se efectuarán a través de la plataforma Zoom, con transmisión de algunos eventos particulares como los conversatorios por medio de YouTube Live y el Facebook Live del Semillero de Paleobiología.

De forma paralela, el 10 y 11 de noviembre en el marco del Congreso también se realizará el Primer Encuentro de Divulgación, denominado “Evento para el futuro paleontólogo”.

Este Encuentro de Divulgación –para niños y jóvenes con cerca de 300 participantes de diferentes países– surge de la necesidad de estudiar el conocimiento y reconocimiento del patrimonio paleontológico colombiano.

"Caminando y educando vamos unidos por el Planeta" 

No olvides las medidas de Bioseguridad !

Gracias 





miércoles, 28 de octubre de 2020

Conservación del páramo de Sumapaz, tarea en red- Colombia

En reemplazo de los cultivos tradicionales como papa, arveja y cebolla, ahora se desarrollan agroecosistemas diversos con especies de hortalizas, aromáticas y cultivos como chuguas, cubios, acelgas, ajenjo y calabacín, entre otros.

Estas y otras iniciativas para la promoción de la agroecología, protección de los recursos ecosistémicos y la coherencia de objetivos colectivos son lideradas por organizaciones sociales en la región de Sumapaz, a lo cual se suma el fortalecimiento de relaciones de cooperación y confianza entre los diferentes actores externos.

Las organizaciones locales tienen conciencia de que es prioritario proteger el páramo, y que de las prácticas que tengan ahora y las de las próximas generaciones al cultivar su territorio dependerá que puedan seguir o no manteniéndose en él.

Así lo señala la investigación de Catalina Camacho Fandiño, magíster en Gestión y Desarrollo Rural, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), en la cual se analiza la configuración de la gobernanza territorial implícita en procesos de transición agroecológicos en la región mediante distintos indicadores.

En el estudio se aborda el territorio de Sumapaz, no solo por el ecosistema de páramos que lo rodea –que es muy importante para el país–, sino por la lucha que tanto las comunidades víctimas del conflicto como las organizaciones asentadas allí libran por la defensa del agua y distintas alternativas de transición agroecológica como forma de cultivar la tierra.

Terrenos frágiles

En este territorio se ha venido desarrollando especialmete la ganadería, que ha causado afectaciones por la compactación de los suelos, pues el ecosistema de páramos naturalmente es de suelo muy húmedo y frágil al pisoteo del ganado.

También se dan prácticas agrícolas, como el cultivo convencional de papa, arveja y cebolla, que trae consigo el uso de agroquímicos que contaminan las fuentes hídricas del páramo, y además se realizan las quemas de grandes extensiones de tierra para su preparación.

Además se presentan plagas que han generado resistencia a los plaguicidas, por lo que ya no solo afectan los cultivos sembrados, sino también a la flora endémica de los ecosistemas, como los frailejones.

Según la investigadora, aunque estas prácticas han afectado el ambiente, también han generado una transformación en las comunidades y organizaciones.

Para el estudio se tomaron siete organizaciones en el territorio, a las cuales se les hizo un diagnóstico; después se construyó un cuestionario extenso con el que se trabajó tanto con los líderes como con los productores, lo que permitió recolectar la información sobre cómo cultivan y cuál es su visión del territorio sumapaceño.

En la investigación también se consideraron los actores externos, como la Gobernación de Cundinamarca, diferentes instituciones públicas y algunas ONG que influyen en el territorio, como el Jardín Botánico, algunas universidades y Asohofrucol, entre otras.

Niveles de gobernanza

Según la investigadora, la gobernanza territorial se proyectó a través de cinco dimensiones estratégicas: sostenibilidad, efectividad, participación, legitimidad y eficiencia.

Algunas organizaciones tienen diferentes niveles de gobernanza territorial; sobre estas se analizaron sus fortalezas y debilidades tanto locales como regionales.

Por ejemplo, las organizaciones presentan mayores debilidades en las dimensiones de participación y legitimidad, porque a pesar de que todos se involucran en los espacios de toma de decisiones, no se alcanzan las esferas de poder suficientes como para tener un empoderamiento fuerte en el territorio.

La legitimidad se entiende como la capacidad de creer en el proceso y lograr los resultados establecidos, entonces, aunque la mayoría de las organizaciones desarrollan prácticas de transición agroecológica, les hace falta llevar todas esas experiencias hacia el exterior, para que más productores y otras organizaciones las conozcan.



viernes, 16 de octubre de 2020

EE. UU. premia a ingeniera de la UNAL Sede Palmira

 Susana Fernanda Lizcano, ingeniera ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira y proveniente de una familia de artesanos, fue reconocida con el Pioneer Awards de la Hispanic Engineer National Achievement Awards Corporation (HENAAC) por su trabajo en comunidades y por romper barreras en la industria ferroviaria.

Quienes reciben estos reconocimientos –otorgados por la organización HENAAC Great Minds in STEM (grandes mentes en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) – GMiS, representan contribuciones hispanas en los niveles más altos de la academia, el Gobierno, las Fuerzas Militares y las corporaciones norteamericanas.

Premio excepcional

El Pioneer HENAAC Award (Premio HENAAC Pionero) es uno de los cuatro homenajes especiales que se dan solo cuando el jurado reconoce

que el profesional ha roto barreras tradicionales en la sociedad, el sector político, económico o profesional, con lo que abre puertas y establece un nuevo rumbo para que otros lo puedan seguir.

Así es considerada la ingeniera ambiental Lizcano, Ph. D. en Ingeniería Biológica de la Universidad de Misuri, quien hoy se desempeña como directora de Calidad de la Union Pacific Railroad, la compañía ferroviaria de transporte de mercancías más grande de clase 1 en EE. UU.

“Como directora, cubro las 32.000 millas que tiene la empresa en territorio, que abarcan 23 estados; a través del sistema manejo toda la estrategia de calidad, que incluye más de 160 contratistas”, cuenta la ingeniera Lizcano. Además, está encargada de emergencias, pues se transportan desde carros Tesla (eléctricos) y alimentos hasta transformadores de gran tamaño y reactores nucleares.


Así se convirtió en la primera mujer y primera hispana que ha alcanzado dicha posición, no solo en su compañía –que lleva más de 150 años–, sino también en la Asociación Americana de Ferrocarriles (AAR), un comité de calidad de daños que agrupa a todas las compañías ferroviarias.

También es la primera vez que la industria ferroviaria recibe este premio en EE. UU., con una mujer en posición de alto rango, un hecho histórico considerando que por lo general dichas compañías son dominadas por hombres (y norteamericanos).

La ingeniera Lizcano, la segunda colombiana en recibir este importante reconocimiento, ingresó a la compañía hace 7 años, al área de Remediación Ambiental, donde creó un programa de manejo ambiental para asbestos y sustancias peligrosas para todos los edificios,  puentes y estaciones de la Union Pacific –más de 45.000 estructuras–, algo que nunca se había hecho por su grado de dificultad.

Ejemplo de perseverancia

La ingeniera Lizcano creció en Santander de Quilichao (Cauca), en el seno de una familia que elabora materas y sin los recursos económicos para enviarla a una universidad extranjera. Sin embargo, sus aspiraciones la llevaron a obtener una beca para estudiar inglés; por su sobresaliente currículum fue seleccionada para cursar su doctorado en la Universidad de Clemson (Carolina del Sur).

También se destacó su trabajo como voluntaria en Ingenieros sin Fronteras, organización en la que formó parte de un proyecto para evaluar la planta de tratamiento de agua residual en Ciudad España, en Honduras, construida después de los efectos del huracán Mitch. También estuvo en un proyecto de captación de aguas lluvias cerca a Kampala, en Uganda (África), entre otros.

En 2015 propuso a Colombia para ejecutar un proyecto de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales en Malagana (Bolívar), primer proyecto de Ingenieros sin Fronteras en el país.

En Nebraska, donde reside, trabajó en el diseño de plantas de tratamiento de aguas residuales para clientes industriales. Así mismo hizo evaluación de humedales y de energías alternativas (solar, eólica o bombas geotérmicas).

Fue en un afán por volver a Colombia –buscando opciones laborales que reconocieran su experiencia (lo cual nunca logró)– cuando se le puso en el camino su actual empresa. De ahí en adelante todo ha sido una carrera de experiencia, aprendizaje y ascenso.

“Lo lindo de este proceso ha sido que mis primos y mi hermana también han luchado para culminar sus estudios”. Ella se ha convertido en su mentora rompiendo desde su generación una barrera de impedimentos educativos. Ahora, ya casi todos son profesionales.



miércoles, 14 de octubre de 2020

Una aproximación al ecosistema de Bosque Seco Tropical, uno de los más transformados en Colombia

Cada uno de los ecosistemas presentes en Colombia y en el mundo, cumple una función importante para garantizar la supervivencia de numerosos seres vivos que cohabitan en un determinado lugar e interactúan entre sí para mantener el equilibrio natural, aportando diferentes tipos de servicios para la coexistencia humana.


 El Bosque Seco es uno de los ecosistemas más amenazados en el mundo, de ahí la imperiosa de fijar la mirada en generar investigación e implementar procesos que aporten a su conservación.  El Plan de Restauración Ecológica de Bosque Seco Tropical de El Quimbo tiene dentro de sus principales propósitos promover la apropiación social del conocimiento sobre este ecosistema y las acciones que se implementan para la restauración de 11.079 ha, en la región del valle alto del Magdalena.

En la sesión de apertura del ciclo de seminarios virtuales: Aproximaciones a la restauración ecológica del Bosque Seco Tropical (Bs-T), organizados por Enel-Emgesa y Fundación Natura, la atención de los participantes se centró en conocer algunas características de este ecosistema, su estado actual en el mundo y en Colombia, y las posibilidades que existen para su conservación y restauración. El encargado de intercambiar conocimientos y experiencias fue el ingeniero Francisco Torres de la Fundación Natura, jefe de proyecto del Plan de restauración ecológica de Bs-T de El Quimbo.

Con base en la recopilación de información y los estudios existentes, se destaca que los bosques secos se encuentran entre los ecosistemas más amenazados en todo el mundo, debido a la transformación antropogénica para la agricultura y otros usos (Portillo-Quintero y Sánchez-Azofeifa, 2010). Según la estimación hecha por Miles et al. (2006), el 97% del área existente de Bs-T en los trópicos está en riesgo debido a uno o más factores como la transformación del paisaje, la fragmentación del hábitat y el cambio climático.

En Colombia, es el ecosistema que presenta la mayor transformación debido a que cerca del 90% de sus coberturas originales fueron reemplazadas principalmente por pastos y campos agrícolas durante el último siglo (Etter et al., 2008). Originalmente, este ecosistema cubría más de 9 millones de hectáreas.

De acuerdo con las categorías establecidas por la UICN, en la Lista Roja de Ecosistemas (LRE) para Colombia, se clasificó al Bs-T como uno de los ecosistemas que se encuentran en peligro crítico (CR) (Etter et al., 2017). En Colombia, entre 1970 y 2015, los ecosistemas que se consideran bajo la categoría CR como el Bs-T fueron los más afectados por un alto nivel de impacto humano, sobre todo en las regiones Andina y Caribe (Correa et al 2020), lo que hace que sea de máxima prioridad para la conservación y restauración (Pizano et al, 2017).

Otro aspecto importante a resaltar es que menos del  5% del Bs-T existente está representado en áreas protegidas  y el 65% de las tierras que han sido deforestadas y eran bosque seco  presentan desertificación. Ante este oscuro panorama, se vislumbra una luz al haber sido declarado como un ecosistema estratégico por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS, 2016).

¿Sabemos qué es el Bosque Seco?

Existen diferentes definiciones sobre el Bosque Seco, pero una característica definitoria es una estacionalidad pronunciada con un período de sequía que representa un momento de estrés hídrico (Portillo-Quintero y Sánchez-Azofeifa, 2010). Con vegetación, fauna, microorganismos y procesos ecológicos adaptados a estas condiciones de estacionalidad climática:

  • Altura de 0 a 1200 msnm
  • Precipitación < 1000 mm /año
  • Temperaturas entre los 24 y los 30 °C
  • El 54,2% de la extensión global de los Bs-T se encuentran en América del Sur y el 12,5% en América Central (Miles et al., 2006). En Colombia, el Bs-T se encuentra representado en el valle del río Magdalena, valle del río Cauca, región Caribe, valle del río Patía, región de los Santanderes. El Bs-T aporta una amplia oferta de servicios ecosistémicos culturales, de aprovisionamiento, de regulación y de sostenimiento para beneficio de la población.

A su vez, alberga una amplia diversidad biológica, por ejemplo: 2559 plantas, de las cuales 54 son endémicas y 36 están bajo amenaza de extinción (Instituto Humboldt, 2019). Para mencionar algunos datos, en este ecosistema habita el 24% de la diversidad de grupo de escarabajos coprófagos en Colombia y el 6% de diversidad de anfibios del país.

¿Cuál es el panorama actual del Bs-T en Colombia?

Actualmente hay cerca de 705.000 ha de este ecosistema, que representan un poco menos del 8% de las 9.000.000 ha con potencial para soportarlo. Las áreas con Bs-T son remanentes altamente fragmentados y poco conectados. La transformación histórica es el resultado de fuertes presiones antrópicas que se evidencian en que el 65% de las áreas que fueron bosque, ahora se usan para la ganadería. A su vez, el 43% de estas áreas presentan erosión moderada y el 23% presentan sobreutilización severa.

¿Qué medidas se están tomando en Colombia frente a este panorama?

A nivel nacional se constituyó la Red de investigación y monitoreo del Bosque Seco Tropical  en Colombia (Red BST-col) y a la vez el  Sistema de monitoreo integrado de este ecosistema, fortaleciendo las investigaciones y publicaciones hacia la generación de conocimiento, decisiones de manejo y gestión integral (socio-ecológica) para la conservación de este bosque, lo cual se encuentra sustentado en la Política Nacional para la Gestión Integral del Bs-T (PNGIBST) que está en formulación, con un enfoque regional, y un plan de acción orientado al conocimiento, restauración, preservación y uso sostenible.

De manera significativa, las líneas estratégicas de restauración tienen como metas la identificación de áreas priorizadas, el incremento de coberturas mediante estrategias de restauración, sistema de monitoreo de procesos de restauración y programas de arbolado urbanos para las ciudades del Bs-T

La mayoría de las áreas priorizadas para restauración en Colombia, aproximadamente 3,15 millones de ha coinciden con áreas secasEn el Caribe, el Chicamocha, valles superiores del Magdalena y Patía en los Andes, con gran oportunidad para la restauración (Etter et al., 2020).

Con todo esto, la restauración ecológica se posiciona como la gran apuesta para enfrentar las amenazas y degradación que actualmente lo afectan. De ahí la importancia de la investigación básica y aplicada, y la implementación a gran escala de los procesos de restauración sobre este ecosistema en la región del Valle del Magdalena, que se realiza como medida de compensación ambiental de la Central Hidroeléctrica  El Quimbo en el centro del departamento del Huila.


lunes, 12 de octubre de 2020

La química se aprende mejor desde la piscicultura

Por medio de esta actividad se diseñó el currículo de lo que los estudiantes de una escuela rural de Cali debían trabajar en el área de química, y con un proyecto piloto se demostró la efectividad de esta estrategia para mejorar el aprendizaje.

 

En términos generales la piscicultura es la crianza o el cultivo de peces en acuarios, estanques y ríos, entre otros espacios que permitan el correcto desarrollo de las especies.

En el desarrollo del proyecto, los estudiantes iban al estanque donde estaban los peces y allí debían realizar las mediciones de componentes como pH, oxígeno disuelto y temperatura del agua, entre otros, lo cual se hacía todos los días para que los alumnos pudieran recopilar, controlar y comparar las cantidades de compuestos.

Con esto se demostró que los conceptos sí se podían utilizar, y también analizar procesos químicos por medio de estas alternativas que se encuentran en las zonas rurales.

Aunque en muchas escuelas rurales existen estos espacios, entre los que también se incluyen huertas, gallineros, conservas y otros proyectos, estos no suelen estar ligados directamente con las áreas disciplinarias.

En esto se concentró Jenny Viviana Salazar, magíster en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, cuyo proyecto se orientó a aprovechar el conocimiento que se usa en piscicultura, que es más técnico, para pasarlo a conocimiento científico.

De esa manera diseñó todo el currículo de lo que los estudiantes debían aprender en el área de química, pero usando el proyecto piscícola. El trabajo, dirigido por los profesores Boris Candela y Lucena Vásquez, de la UNAL Sede Palmira, se llevó a cabo con estudiantes de grados octavo y noveno de la Institución Educativa Los Andes, en zona rural de Cali.

Generalmente las evaluaciones académicas en el área de química arrojan resultados muy bajos. Según la magíster Salazar, esta problemática se presenta no solo en las zonas rurales, sino también en el sector público de Colombia. Por dicha razón, los docentes deben unir esfuerzos para buscar metodologías que mejoren esas competencias en estudiantes de básica secundaria.

En la Institución Educativa Los Andes, ella implementó la observación participante y realizó entrevistas a los estudiantes, para luego recolectar los datos que fueron analizados por medio de una triangulación.

Aprender con la naturaleza



“La escuela rural es un excelente laboratorio para abordar muchas indagaciones y otras maneras de aprender que sería maravilloso que se dieran a nivel general”, manifiesta la magíster Salazar.

Agrega que lo que diferencia a estas alternativas es que generan una enseñanza muy contextualizada, ya que no se manejan los ejemplos convencionales que los estudiantes muchas veces ven más abstractos, sino que se trata de experiencias y observaciones que ellos mismos están llevando a cabo.

Así logran entender más fácil y rápidamente qué significa lo que pasa en el lago, por ejemplo, relacionándolo con todos esos aspectos químicos, al mismo tiempo que evidencian para qué sirven.

Apropiación de conceptos y utilidad


El resultado más importante que se logró con el proyecto fue que los estudiantes empezaron a usar los términos científicos correctos. Por ejemplo, antes hablaban coloquialmente del lago, y después empezaron a hablar de este espacio refiriéndose a la cantidad de oxígeno que tenía, haciendo análisis de si era la adecuada o si debía modificarse.

Aprendieron a entender las concentraciones de sal para diferentes situaciones, si en algún momento debían incorporar sal marina para tratar algún hongo que estuviera atacando a los peces.


Con este tipo de experimentos, los estudiantes desarrollaron concentraciones peso/peso, masa/volumen, entendieron qué significaba que una solución tuviera un pH ácido o básico, aprendieron a usar diferentes instrumentos (termómetro, oxímetro, entre otros), además de realizar otras mediciones más avanzadas, como en el caso de las concentraciones de amonio.


Una de las recomendaciones que hace la magíster Salazar es que este proyecto se transversalice, es decir que otras áreas hagan lo mismo y trabajen a partir de dicha alternativa.


jueves, 1 de octubre de 2020

Gobierno de Corea apoya a investigadores regionales a combatir sequía en fríjol

La Iniciativa de Cooperación para la Alimentación y la Agricultura entre Corea y Latinoamérica (KolFACI) y la Alianza Bioversity – CIAT ponen en marcha proyecto de investigación que busca la construcción de capacidades entre los nueve países socios, la diseminación de variedades mejoradas de fríjol y la selección de nuevas variedades con mejor tolerancia al cambio de clima. “Estamos creando conjuntamente un futuro brillante para la agricultura”, dijo Director de KolFACI.

A través de medios virtuales, investigadores de nueve países se reúnen hoy para lanzar una iniciativa colaborativa para enfrentar la amenaza de sequía que se avecina con el cambio de clima.

Se trata de la puesta en marcha del proyecto “Investigación en la tolerancia a la sequía de fríjol común en América Latina para hacer frente al cambio climático”, liderado por la Iniciativa de Cooperación par,a la Alimentación y la Agricultura entre Corea y Latinoamérica (KolFACI) y la Alianza Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT).

En el evento de apertura, expertos en el cultivo de fríjol de Bolivia, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú y República Dominicana discutirán la hoja de ruta del proyecto que busca la construcción de capacidades entre los países socios, la diseminación de variedades mejoradas y la selección de nuevas variedades con mejor tolerancia al cambio de clima.

El fríjol es un cultivo netamente americano y es un alimento esencial en la dieta de América Latina, con gran valor nutricional por su contenido de proteínas y minerales, ya estamos trabajando con nuestros colegas en la región para asegurar que los productores puedan cosechar y los consumidores tengan un mayor acceso al grano en el futuro. (Steve Beebe investigador principal de la Alianza en el proyecto)

La variación en el clima y las sequías ocasionales siempre han sido un problema que crea inestabilidad en la producción y alzas en los precios al público. El cambio de clima amenaza con empeorar la situación, y los pronósticos indican que regiones como Centroamérica pueden ver años secos con más frecuencia.

La escasez de fríjol en el mercado provoca grandes inquietudes en la población y contribuye a la desnutrición que se sufre en algunos países latinoamericanos.

De acuerdo con el científico Beebe “Es común en la región que entre 20% y 30% de los niños sufren de anemia por falta de hierro en la dieta y este es un problema que les puede perjudicar su capacidad mental para toda la vida. El fríjol es fuente de hierro y puede contribuir a reducir el riesgo de anemia”.

Por su parte, Choi Suntay, director de KoLFACI, expresó su satisfacción con el proyecto afirmando que “Estamos creando conjuntamente un futuro brillante para la agricultura”.

KolFACI es una iniciativa desarrollada por el Departamento de Administración Rural de Corea del Sur, que tiene como misión compartir el conocimiento y la experiencia en tecnología agrícola y servicios de extensión para promover el desarrollo agrícola sostenible en los países de América Latina y el Caribe.

Gracias a KolFACI por apostarle al proyecto de fríjol en la región. Tendremos la oportunidad de compartir experiencias entre los investigadores de la Alianza y los programas nacionales de investigación para mejorar el cultivo de fríjol que requiere la región para una fase de post-pandemia. Ponemos a disponibilidad de los socios lo mejor que ofrece la genética en este importante cultivo para la seguridad alimentaria y nutricional

Jesús Quintana

Director para las Américas de la Alianza Bioversity – CIAT




martes, 29 de septiembre de 2020

Ecosistemas protegidos ayudarían a prevenir pandemias

Aunque las zoonosis –enfermedades transmitidas del animal al hombre– han hecho que se apunte a ciertos animales silvestres como posibles vectores de virus que han ocasionado pandemias –como la de COVID-19–, el ser humano tiene una gran responsabilidad en propiciar estas situaciones.

Así lo expresó la profesora Lucena Vásquez Gamboa, del Departamento de Ciencia Animal de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, en la charla “La zoocría como una estrategia de conservación de la fauna silvestre”, del ciclo de conferencias “Conservación y uso sostenible de la fauna silvestre”, organizado por el grupo estudiantil Fauna Silvestre.

“Les echamos la culpa a las especies silvestres como si ellas fueran las únicas responsables de lo que está ocurriendo”, dice la profesora Vásquez, y agrega que entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han empezado a decir que esa no es la causa, sino que –probablemente– se está haciendo mal uso de los recursos. Por esta razón, es importante revisar qué se está haciendo para proteger y gestionar los ecosistemas y el medioambiente.


El aumento de la demanda de proteína de origen animal, las prácticas agrícolas insostenibles, la explotación de la vida silvestre y el cambio climático son algunas de las causas de la creciente tendencia de las enfermedades virales que pasan de los animales a los seres humanos. Además, sacar a los animales silvestres de su entorno natural, sin tener conocimiento de sus géneros y especies, también representa un riesgo para la salud humana.

Por esta razón, y por los diversos cambios que enfrenta el mundo, los esfuerzos que se están haciendo para conservar la fauna terrestre y acuática han empezado a manifestarse, particularmente en América Latina.

Según lo expuesto por la profesora Vásquez, los próximos años serán decisivos para optar por alternativas de manejo sostenible o de destrucción bajo la presión de subdesarrollo, pobreza o indiferencia de los países.

“En nuestras regiones se debe definir la problemática actual para desarrollar propuestas viables para la conservación de la biodiversidad”, enfatiza la docente. En este aspecto, una de las principales tareas está en el manejo responsable y de conservación de la fauna silvestre.

Zoocría como método de conservación

Ejemplo de esta búsqueda de alternativas es la zoocría, una actividad del hombre que involucra el manejo de los animales pertenecientes a especies no domésticas, bajo condiciones de cautiverio o semicautiverio, con el fin de que, por medio del mantenimiento, crecimiento y reproducción de los individuos, se atiendan demandas humanas o necesidades de la ciencia o de la conservación.

Todo esto según unos parámetros controlados y supervisados por el Ministerio del Medio Ambiente, a través de las corporaciones autónomas regionales.

Entre las especies En la UNAL Sede Palmira se cuenta con un trabajo de zoocría referente: la tesis meritoria de Lina Marcela Gómez, zootecnista de la Sede, sobre un zoocriadero de la especie Didelphis marsupialis –más conocida como chucha o zarigüeya– investigación merecedora de un premio nacional y otro internacional.

El trabajo se adelantó en inmediaciones de Cauca y Cali y se utilizaron parentales del medio natural. Luego se hicieron estudios previos del estado de conservación de la especie en su medio natural, una ardua revisión de literatura, y con la Corporación Autónoma Regional de Valle del Cauca (CVC), que participó en el proyecto, se recibió el aval de viabilidad para desarrollarlo.

Es importante tener en cuenta que cuando se van a tomar parentales del medio natural, se debe buscar si existen reportes de la especie, y si no los hay, se deben registrar los hallazgos.

Para hacer zoocría se deben cumplir ciertos lineamientos cobijados bajo la normatividad; lo más importante es garantizar que no se está causando daño al ecosistema natural de la especie ni se están tomando ejemplares sin haber hecho un estudio previo. Esto, además de tener claro cuál que más se trabajan en zoocriaderos de Colombia están diferentes tipos de reptiles y la especie comúnmente conocida como cerdo salvaje, con fines de conservación o de aprovechamiento.

La profesora Vásquez también hizo un llamado sobre la importancia de no tener animales silvestres como mascotas, pues ellos tienen necesidades específicas que probablemente no se les puedan brindar en una casa.

Noticias :Universidad Nacional - Colombia 

jueves, 24 de septiembre de 2020

La pandemia del COVID-19: Una oportunidad para el sector arrocero de América Latina

 Observatorio del Arroz para América Latina

La actual Pandemia del COVID-19 ha transformado los sistemas alimentarios a nivel mundial, impactando todos los eslabones de la cadena de suministro de alimentos, desde los sistemas productivos hasta la composición de la dieta de las personas. El sector arrocero en América Latina y el Caribe no ha estado exento de estos impactos, pero a diferencia de otros sectores, se ha abierto una puerta de oportunidades para el sector.


Esta fue la principal conclusión de los dos foros virtuales organizados por el Programa de Arroz de la Alianza de Bioversity International y el CIAT, el Fondo Latinoamericano para Arroz de Riego (FLAR) y Harvest Plus sobre el impacto de la pandemia en el sector arrocero de América Latina y el Caribe (ALC). En el primer foro se presentaron los resultados de un diagnóstico participativo con actores claves del sector a nivel regional, dando un preámbulo de discusión para un segundo foro, donde tres panelistas analizaron la situación y presentaron posibles escenarios y alternativas para el sector en temas de nutrición y mercados.
 Un total de 591 participantes de 28 países participaron en ambos seminarios, quienes también tuvieron la oportunidad de intervenir aportando con experiencias a nivel nacional y perspectivas en el corto plazo.

Si bien los impactos que ha provocado la pandemia en el sector son tan heterogéneos como lo son los sistemas productivos de arroz entre los países de la región, los expertos coincidieron en que la coyuntura actual puede abrir una serie de oportunidades para desarrollar el sector, ya que como afirma Gisella Luque de Argentina, “el arroz está más presente que nunca en la mesa de los consumidores”.

El arroz, al ser un alimento no perecedero y una importante fuente de energía de precio relativamente bajo en comparación con otros alimentos, ha sido priorizado en el plato de los hogares durante la pandemia. Los resultados del diagnóstico conducido con 40 líderes de opinión del sector arrocero en 20 países América Latina y el Caribe indican que la demanda de arroz durante el confinamiento incrementó en al menos 12 países. Paralelamente, el precio promedio mensual de arroz al consumidor para el primer cuatrimestre del año en relación con el año pasado, incrementó en 12 de 14 países de la región que fueron analizados (FAO, 2020). No obstante, el comportamiento de la demanda frente al incremento del precio no ha cambiado.

Si bien las tendencias en precio responden a un incremento en la demanda y a los efectos de la especulación y el acaparamiento durante el confinamiento, fueron los precios internacionales del arroz el principal factor de este comportamiento. Con el objetivo de asegurar el abastecimiento interno durante los periodos de confinamiento, importantes exportadores a nivel mundial como Vietnam, Myanmar, Camboya e India, impusieron una serie de restricciones a las exportaciones de arroz, lo que conllevó a elevar los precios internacionales.


 A pesar que inicialmente de dio una tendencia creciente en el precio, esta se ha ido ralentizando en las últimas semanas con la flexibilización de las medidas impuestas.

En la búsqueda de nuevos mercados

Las disrupciones en el mercado han abierto una oportunidad para el sector no solo en términos de precios, sino también de mercados. Según los resultados del diagnóstico, ocho países se vieron favorecidos por la apertura de nuevos mercados. Los exportadores en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay vieron la oportunidad de acceder a mercados que se encontraban desabastecidos por la reducción en oferta de los exportadores asiáticos, como es el caso de México. Por otro lado, países como Ecuador, Panamá, Perú y República Dominicana se vieron favorecidos por un incremento en la demanda interna y compras directas por parte del Estado para la entrega de bolsas de alimentos a los sectores de la población más afectados por las medidas de confinamiento. En el caso particular de Perú y República Dominicana, las bolsas de alimentos se presentaron como una oportunidad para posicionar al arroz como un “vehículo ideal para los programas de fortificación”, afirmó Javier Cuenca, Coordinador del Programa Regional de Fortificación de Arroz del Programa Mundial de Alimentos y uno de los panelistas del segundo foro.

Si bien algunos países anticipan incrementar sus exportaciones en el corto plazo, países como Perú y Ecuador apuntan a reducirlas, atraídos por los altos precios y demanda nacional, mientras que importadores como Panamá, Costa Rica y El Salvador, han adelantado la aprobación de nuevos contingentes para asegurar el abastecimiento nacional. Paralelamente, Colombia, Ecuador y Bolivia esperan incrementar la superficie sembrada en la próxima época de siembra, reduciendo la cantidad importada en el mediano plazo.

Unas de cal y otras de arena

A pesar de que el sector arrocero en varios países de la región ha encontrado una ventana de oportunidades, no ha estado exento de los impactos negativos a raíz del confinamiento. En el diagnóstico, 16 de los 20 países reportaron verse afectados de una forma a raíz de la pandemia, siendo la restricción a la movilización el principal problema, a pesar de que el sector agropecuario fue exento de este tipo de restricciones. Esto afectó principalmente la movilización de trabajadores hacia los puntos de trabajos en diez países, lo que incluso provocó una menor disponibilidad de mano de obra en Colombia, Guatemala, Honduras y México. De igual manera, nueve países reportaron que dichas restricciones dificultaron el traslado de la cosecha a los puntos de venta y acopio.


Disponibilidad de insumos para la producción en diez países de la región, particularmente de semilla certificada, y el subsecuente incremento en el precio de los mismos en el caso de Argentina, Brasil, Colombia y Guatemala; no obstante, estos fenómenos responden más a la especulación e incremento de la demanda, y en el caso de la semilla certificada, a la baja producción debida a la pandemia. En contraposición, el precio del combustible se redujo debido a la caída en los precios internacionales del petróleo. Otros problemas reportados fueron el retraso en los pagos de incentivos a la producción de arroz en Panamá, baja disponibilidad de maquinaria para cosechar en Paraguay y retrasos en las actividades productivas de campo en Bolivia, Paraguay, Panamá y Venezuela.

Los gobiernos nacionales han mirado con especial preocupación la afección al sector agropecuario y el abastecimiento de alimentos en el futuro, por lo que han implementado una serie de políticas enfocadas al fortalecimiento del sector. A la fecha, diez países de la región han habilitado nuevas líneas de crédito para el sector agropecuario y un igual número de países han promulgado medidas de alivio financiero sobre créditos ya existentes, como el diferimiento de pagos y la reducción en las tasas de interés. Otras medidas se han enfocado en la digitalización de procesos y obtención de certificados, mejoras logísticas y nuevas medidas de inocuidad para minimizar las posibilidades de contagio en los sistemas de producción.

El impacto de estas medidas y las oportunidades que se presentan para el sector dependerán de que tanto pueden los productores de arroz de distintas escalas beneficiarse de estas medidas y las decisiones que se vayan a tomar en materia de inversión, mercados e investigación. Como afirma Alvaro Durant, Profesor del Departamento de Economía Agrícola y Agronegocios de la Universidad de Arkansas, en E.E.U.U.  y panelista del segundo foro, la pandemia “ha aumentado la visibilidad del sector agrícola en la mayoría de los países, lo cual es positivo si se tiene claro cuáles son las demandas y necesidades”.

Una apuesta a la integración regional

Está claro que los efectos de la pandemia, en la medida que esta perdure, afectarán al sector en el corto y mediano plazo, pero también se presenta como una oportunidad para empezar a trabajar en mejoras estructurales con una mirada en el largo plazo. La inversión en desarrollo y transferencia de tecnologías para incrementar la competitividad del sector, mejoras en la cadena de logística y distribución, mayor trazabilidad y tecnificación en los procesos e inversiones en temas de inocuidad y sostenibilidad son algunos de las estrategias propuestas por los panelistas y participantes de los foros como estrategias para tener un sector más desarrollado, y a su vez más preparado para futuras crisis.

La pandemia también se presenta como una oportunidad de integración regional, un tema que resaltó Tabaré Aguerre, ex ministro de Agricultura de Uruguay y panelista del segundo foro. “Desde una perspectiva regional, es importante pensar de qué manera podemos utilizar las plataformas [de integración regional], de salir de una mirada de corto y mediano plazo en cuanto a la demanda de materiales genéticos y tratar de pensar por dónde va a venir la demanda en el futuro… El concepto es partir de nuestras ventajas comparativas, pero tratando de incorporar ventajas competitivas, no solo en precios, sino que nos aseguren estándares de sostenibilidad”.

El desarrollo de la pandemia y su impacto en el largo plazo es incierto, pero este primer diagnóstico nos deja lecciones aprendidas que se deben considerar para el desarrollo de acciones y medidas que ayuden a paliar los efectos inmediatos, así como también para ayudar a fortalecer el sector de manera sostenida en el tiempo. La pandemia reivindicó al arroz en la mesa de prioridades del sector agropecuario de la región, ahora el resto consiste en identificar  las áreas a fortalecer en cada país para priorizar este cultivo, básico para la seguridad alimentaria de la región.

CIAT- COMUNICACIÓN- COLOMBIA