En la Sierra Nevada de Santa Marta ya no es tan frecuente escuchar el canto de estas aves, que no excede los 90 cm, pues la caza, el tráfico ilegal y la deforestación han hecho que su hábitat se pierda; por eso cada grano de arena dirigido a su conservación es fundamental. Una bióloga de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) hizo un primer registro sobre el comportamiento reproductivo de 4 paujiles en Medellín, y creó un protocolo para preservar la especie en el país.
A pesar de ser un ave endémica de Colombia (o sea que solo
vive aquí) su población ha disminuido radicalmente con el pasar de los años. El
nivel de baja es tan preocupante, que la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza la incluyó como especie “en peligro crítico de
extinción”.
Durante seis meses, la bióloga enriqueció el hogar de estas
aves –conformadas por recintos cerrados con un nido y algo de espacio– con
balazo (Monstera deliciosa) y platanillo, plantas cuyas hojas rojas y
amarillas parecen picos de aves. Aprovechando su presencia en el Parque, se
ubicaron nueve ejemplares en cada jaula para que sirvieran como aislantes del
ruido (el lugar queda al lado del transitado barrio Antioquia) y de la conexión
con otras especies como las guacamayas.
“Aunque el paujil no interactúa en su día a día con estas
plantas, tampoco se sabe qué tipo de vegetación prefiere, pues como son aves
difíciles de encontrar no hay certeza sobre el lugar del que provienen”,
asegura la investigadora, cuyo trabajo de investigación fue dirigido por el
profesor Hugo López, del Departamento de Biología.
“Después de ajustar los nidos hubo acercamientos para
reproducirse: uno de los machos montó a una hembra de unos 6 años, pero el
proceso no llegó a buen término porque se tornó muy agresivo. Un segundo macho,
con el que también hubo buena química, ya tenía 20 años y no se interesó”,
indica la bióloga.
Aunque no se pudo obtener un huevo viable para tener un
polluelo, se evidenció que la hembra mejoró su comportamiento materno, pues al
inicio los dos huevos que puso los dejo caer y dañar, pero al tener un nido
enriquecido les dio calor y los protegió.
Este trabajo es un primer paso para entender los procesos
que influyen en la reproducción de la especie, por lo que representa un insumo
y antecedente fundamental para futuras investigaciones. Aunque en el Parque se
manejan protocolos rigurosos de cuidado y alimentación (frutas, vegetales, arroz,
huevo o pollo), el estudio permite robustecer los planes de conservación y
preservación con enfoques más holísticos e integrales.