miércoles, 29 de noviembre de 2023

Sensores de bajo costo, aliados para medir la calidad del aire en jardines infantiles

 Los puestos de comida al aire libre, el tráfico vehicular y la resuspensión de polvo en las vías son factores que alteran las concentraciones de contaminantes en el aire en zonas cercanas a jardines infantiles. Con sensores de bajo costo se evaluaron 6 jardines en sendas localidades de Bogotá; la de Suba presentó picos asociados con dichas fuentes de contaminación.

Durante un año, los sensores registraron datos tanto de la concentración de material particulado PM1, PM2.5, PM10 –factores que pueden causar problemas respiratorios y cardiovasculares– como de temperatura, humedad relativa y dióxido de carbono (CO2). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire es una de las principales causas de muerte prematura en el mundo, por eso es importante realizar este tipo de monitoreos.

Aunque en diferentes ciudades del país se han implementado redes de monitoreo de la calidad del aire que proporcionan información para evaluar las condiciones del aire en general y analizar cómo se afecta por diversas fuentes de emisión como el tráfico vehicular, las industrias, las chimeneas, los incendios forestales y otros fenómenos presentes en el entorno, estas redes no permiten evaluar la calidad del aire en microambientes específicos como los jardines infantiles. Esto es importante, ya que los niños son más susceptibles a los efectos de la contaminación del aire.

De ahí que Fredy Escobar Díaz, magíster en Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), implementó sensores de bajo costo –donados por la Fundación Horizonte Ciudadano a través de la Institución– para monitorear el exterior de 6 jardines infantiles públicos de las localidades de Ciudad Bolívar, Usme, Tunjuelito, Fontibón, Kennedy y Suba, utilizando un enfoque estratégico basado en zonificación de la ciudad para seleccionar las zonas y los jardines en donde es más necesario hacer mediciones complementarias de calidad del aire.

“En el estudio, después de recopilar la información analizamos las mediciones tanto fuera como dentro de los jardines para ver si la contaminación del ambiente externo ingresaba al jardín, o si la cocina es un factor que influye. También medimos el CO2 como un indicador de esa ventilación”.

“Cuando se mide la concentración de CO2 en partes por millón (ppm) en espacios interiores, una concentración por debajo de 700 ppm indica una buena ventilación, es decir que el aire circula adecuadamente”, explica el investigador.

Focos de contaminación

Los sensores de bajo costo realizan un seguimiento en tiempo real de las partículas que pasan a través de un conducto equipado con un láser que las cuenta. La cantidad calculada por este sistema se convierte luego en una medida de concentración expresada en microgramos por metro cúbico, es decir que cada minuto se generan datos y se transmiten a través de wifi a la plataforma del fabricante, de donde se pueden descargar a diferentes resoluciones temporales.

En este caso, después de analizar cada uno de los parámetros, el magíster determinó que el interior de los jardines infantiles tenían una buena ventilación, pues las concentraciones de CO2 estaban por debajo de 500 ppm. Sin embargo, en el jardín de Suba encontraron picos de martes a sábado después de las 5 de la tarde que indican el aumento de contaminantes en el ambiente.

Con este hallazgo, se entrevistó a los profesionales del jardín y se recorrieron las calles de la zona para encontrar la razón del notable impacto que tenía la calidad del aire en ese periodo de tiempo.

Tras indagar, se encontró que los picos coincidían con la presencia de fuentes de contaminación cercanas como la quema de carbón en puestos de comida al aire libre y el tráfico vehicular, “factores que influyen en la calidad del aire en el interior de los jardines, ya que estos contaminantes pueden ingresar a través de los sistemas de ventilación”, explica el ingeniero.

El proyecto no solo proporcionó datos relevantes sobre la calidad del aire que se socializaron con entidades distritales, sino que además generó recomendaciones y acciones como la adquisición de filtros HEPA, que tienen la capacidad de retener partículas muy pequeñas y así reducir la exposición de los niños a momentos críticos de contaminación. También se realizaron sesiones de capacitación con el personal de los jardines infantiles, en las que se presentaron las tendencias de las concentraciones de contaminantes en cada institución y se propusieron medidas como no hacer actividades en zonas verdes cuando se presenten los picos.

El experto enfatiza en que “aunque la ciudad está cubierta con una red de monitoreo robusta, es necesario empezar a medir esos microambientes para identificar fuentes de contaminación cercanas a los lugares en donde se desarrollan actividades diarias, que impactan la salud. Con los sensores de bajo costo se pueden medir y tienen una buena eficacia”.