Utilizando metabarcoding –una prometedora herramienta para estudiar el ADN de gran variedad de especies–, una zootecnista trabaja en identificar las plantas de las que provienen las mieles recolectadas en los municipios vallecaucanos de Buga, Argelia, El cerrito, El Cairo, Caicedonia, Trujillo, Roldanillo, Calima, Restrepo, Palmira, Cali y Tuluá. El objetivo es que, así como el café, la miel también tenga una denominación de origen botánico que impulse la reputación del producto, y que de paso les permita a los apicultores de la región generar mejores ingresos.
La denominación de origen botánico se refiere al proceso
mediante el cual se identifica y clasifica la miel según su procedencia
geográfica, composición, método de producción u otras características
específicas que la distinguen de otras mieles.
Así, cada colmena de abejas que existe desde Buenaventura
(al nivel del mar) hasta los Farallones de Cali (a 3.000 msnm) resguarda
una parte de la rica biodiversidad del Valle del Cauca, riqueza que la
zootecnista Kelly Johana Quitián Sosa está decidida a identificar mediante
herramientas genéticas, en el marco de su Maestría en Producción Animal y del
Grupo de Investigación en Diversidad Biológica de la Universidad Nacional de
Colombia (UNAL) Sede Palmira.
Entre los métodos que existen para realizar dicha
denominación están la palinología y la melisopalinología. La primera es el
estudio y la caracterización de los granos de polen presentes en la planta para
luego hacer una relación de las plantas presentes en los apiarios; y la segunda
es el estudio del grano de polen, pero suspendido en la miel. Con el metabarcoding se
espera hacer una identificación más precisa de las especies vegetales del
departamento, presentes en la muestra.
“Incluso la técnica permite trabajar con pequeñas
cantidades, ya que proporciona una visión más completa de la diversidad floral
asociada con la miel”, indica la zootecnista Quitián.
A diferencia de los métodos tradicionales, el metabarcoding utiliza
información genética y, gracias a la automatización y a la alta capacidad de
procesamiento, analiza múltiples muestras de manera simultánea y rápida,
facilitando el procesamiento de grandes volúmenes de datos y aumentando la
eficiencia del análisis.
En la actualidad, la zootecnista estandariza el protocolo en
el Laboratorio de Biología Molecular de la UNAL Sede Palmira, ya que el metabarcoding también
se aplica para plantas y microorganismos, uno de los pocos reportes alrededor
de su implementación.
“Técnicas moleculares como esta nos permiten estudiar el
material genético o ADN presente en el grano de polen suspendido en la miel, y
con la metodología que he diseñado espero obtener información de las plantas
visitadas por las abejas”, señala la zootecnista.
La investigadora señala que “así como el café ha
representado a Colombia en el mundo, la miel tiene el gran potencial de
convertirse en un emblema de calidad y sostenibilidad, gracias a la invaluable
labor polinizadora de las abejas”. Sin embargo, la falta de una cultura
arraigada de consumo de miel ha llevado a que su valor y variedad pasen
desapercibidos en la mesa de los colombianos.
Dicho desconocimiento, además de limitar la productividad de
los pequeños productores en el departamento, también se convierte en un riesgo
si se considera que hasta el 80 % de las mieles en el país son adulteradas
o falsificadas, lo que deja a los consumidores en la oscuridad sobre la
verdadera naturaleza del producto que adquieren.
Gracias a su ubicación geográfica y diversidad de climas, el
territorio colombiano produce miel a lo largo de todo el año. No obstante, la
falta de estándares de calidad y de la rigurosidad necesaria en su proceso
productivo han limitado su presencia en el mercado internacional.
A diferencia de países como Argentina, que lidera las
exportaciones y en donde las estaciones marcan la pausa en la producción,
Colombia tiene el potencial de convertirse en un referente global si supera la
realidad de pequeños productores que luchan por mantenerse a flote en un
escenario en donde el precio y no la calidad suele ser el factor determinante.