“Como fuente energética, el hidrógeno verde es un vector energético que proviene de fuentes renovables y con cero emisiones de dióxido de carbono; su producción en Colombia tiene un gran potencial ya que el país cuenta con fuentes primarias como la hidráulica, la biomasa y la energía solar”, afirmó el ingeniero electricista Omar Prías, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), durante el I Congreso UNAL de Hidrógeno y Energías Renovables, organizado por la Facultad de Ciencias de la Institución
El experto en temas de eficiencia energética y fuentes
renovables manifestó que el futuro de una nueva fuente de energía como el
hidrógeno verde –o hidrógeno renovable– depende no solo de una buena política
sino también de que se asignen presupuestos para desarrollar la tecnología que
impulse su desarrollo en el corto, mediano y largo plazo.
“La ley de transición energética ya existe, pero el Congreso
de la República debe integrarla en la política pública para definir quién
produce, quién transporta y cómo se regula el hidrógeno. Es una decisión
política que no puede esperar más”, dijo el académico.
En su opinión, el hidrógeno verde representa no solo una
solución ambientalmente sostenible sino también una oportunidad de oro para
diversificar la matriz energética y fortalecer la economía nacional, ya que se
puede vender a países vecinos. Sin embargo, subrayó: “la clave está en tomar
decisiones rápidas y bien fundamentadas antes de que esta oportunidad se nos
escape”.
El académico enfatizó en que la planificación energética
debe integrar incentivos tributarios y recursos suficientes para fomentar la
producción y el uso del hidrógeno verde, y también advirtió que el desarrollo
del hidrógeno verde requiere vigilancia tecnológica y prospectiva. “Aunque todo
el mundo habla del hidrógeno, ¿cómo se va a producir, con qué máquinas, cómo se
usará? Hay que hacer un seguimiento de las tecnologías, verificar casos de
éxito y adaptar esas tecnologías a nuestras condiciones”.
Transición energética requiere inversiones billonarias
Otro invitado a la primera jornada del evento fue Arno van
den Bos, ingeniero y analista de la Agencia Internacional de las Energías
Renovables (Irena), organismo intergubernamental con más de 170 miembros y
comprometida con liderar la transición energética global, quien expresó que
“alcanzar un sistema energético sostenible sí es posible pero requiere de
inversiones masivas, innovación y políticas públicas decididas. Si realmente
queremos mantenernos en un mundo que no rebase los 1,5 oC
debemos reducir drásticamente las emisiones del sector energético y de otros
sectores esenciales”.
La Irena calcula que para 2050 la transición energética
global requiere inversiones de 150 billones de dólares, de los cuales 80
billones deberán destinarse a energías renovables, 45 billones a eficiencia
energética y 12 billones al desarrollo de hidrógeno verde.
“Es un reto pero también una oportunidad única para
transformar nuestras economías y construir un futuro sostenible. Las energías
renovables tienen costos operativos bajos pero requieren acceso a capital
asequible para su implementación”, indicó el experto Van den Bos.
Según un informe de la Irena, para 2050 el consumo final de
energía mundial debería reducirse significativamente mediante la implementación
de medidas de eficiencia energética. La electricidad representa hoy solo un
29 % del consumo energético global, pero en un escenario de
descarbonización debería alcanzar el 91 %.
Al respecto, el profesor Prías aportó que “en Colombia el
carbón sigue siendo una oportunidad no solo de producir electricidad sino
también de que las comunidades tengan de dónde vivir, pues muchas familias
viven del carbón”.
De igual manera instó a la academia a jugar un papel más
activo en este proceso. “La universidad tiene que investigar nuevas
tecnologías, no solo desde lo académico sino también desarrollando soluciones
prácticas. Si no lo hacemos seguiremos importando tecnologías listas y
quedándonos con la tarea de limpiar los equipos”, precisó el experto Prías.
En esa afirmación coincidió el ingeniero Van den Bos de la
Irena: “un mundo descarbonizado es posible, pero necesitamos actuar ahora. Para
lograrlo es fundamental la cooperación entre Gobiernos, sector privado y
sociedad”.
Urgen modelos energéticos sostenibles
El investigador Mirovan Sverko, del Instituto de Hidrología,
Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), invitado al Congreso, centró su
intervención en la importancia de no perder de vista el impacto del
calentamiento global.
Recordó que este es impulsado principalmente por la
acumulación de gases de efecto invernadero que ha llevado a un aumento promedio
de la temperatura del planeta de 1,2 °C y no se puede sobrepasar de
1,5 °C, lo que quiere decir que si sigue aumentando así también lo hará el
nivel del mar, lo que perjudicaría a la población.
“Este incremento, aunque aparentemente pequeño, tiene
consecuencias catastróficas en los sistemas climáticos y en fenómenos
meteorológicos extremos y pérdida de biodiversidad”, afirmó.
Agregó que el sector energético es uno de los mayores
contribuyentes a este problema, ya que depende en gran medida de combustibles
fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural, cuya combustión libera a
la atmósfera grandes cantidades de dióxido de carbono y metano.
“Estas emisiones no solo intensifican el efecto invernadero,
sino que además retrasan la transición hacia un modelo energético sostenible
basado en fuentes renovables y limpias”, concluyó.