Con 3 de las 4 especies de tapires reportadas en el mundo, Colombia es el país más diverso en estos animales, pero su existencia está en riesgo a causa de la destrucción de su hábitat y del cambio climático, y con ellos la biodiversidad del bosque.
“Si desaparecen los tapires desaparece la variabilidad
genética del bosque, y como consecuencia se reduce su capacidad de adaptación
al cambio climático, ya que lo relevante de este animal es que se puede
desplazar largas distancias, entre 5 y 7 km, dispersando semillas y
frutos. Estos nuevos árboles o arbustos son el hogar cientos de especies de
insectos, anfibios y aves, por eso los tapires son considerados como especie
paisaje”, explica el biólogo Federico Mosquera Guerra, de la Universidad Nacional
de Colombia (UNAL), investigador del grupo de investigación en Ecología del
Paisaje y Modelación de Ecosistemas (Ecolmod).
El tapir, o danta, es una especie de gran importancia
ambiental para el mundo que se ubica en la categoría de “peligro de extinción”.
Este fue el eje central del octavo simposio del Grupo de Especialistas de
Tapires de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN),
realizado esta vez en Brasil, en julio de 2024. Allí, un representante de
Ecolmod compartió los aportes del grupo desde la investigación científica y las
contribuciones en pro de la conservación de los tapires.
Colombia es el quinto país del mundo con mayor riqueza de
mamíferos, entre los que se encuentran el tapir centroamericano (Tapirus
bairdii), tapir de montaña (T. pinchaque) y tapir de tierras
bajas (Tapirus terrestris).
El tapir de tierras bajas es un mamífero herbívoro de gran
tamaño que desempeña un rol muy importante en los ecosistemas en donde habita,
y en la ecología de las sabanas de la Orinoquia son esenciales como dispersores
las semillas y frutos de los bosques de galería y morichales, contribuyendo así
al mantenimiento de las coberturas naturales y la regulación del ciclo del
agua, lo que resalta la necesidad de preservar esta especie y sus hábitats en
un entorno de constante cambio por las acciones humanas.
A pesar de su importancia, los tapires enfrentan amenazas
como la caza, la destrucción de su hábitat, los cambios en el clima y los
fenómenos extremos, como sequías o inundaciones, que pueden alterar su acceso a
alimentos y al agua, degradando sus hábitats aceleradamente.
“En los últimos años el cambio climático ha generado un
aumento en la frecuencia, intensidad y extensión de los incendios forestales,
que se han convertido en una amenaza creciente para la biodiversidad de la
Orinoquia porque deterioran los bosques riparios y morichales en las sabanas.
Estas acciones humanas reducen la oferta de recursos disponibles para las
especies de mamíferos, como alimento, refugio y provisión de agua”.
“A esta situación se suman las actividades productivas mal
implementadas como la ganadería extensiva y la agricultura tradicional, que
realizan prácticas como la tala y quema, que influyen en la presencia de estas
especies en los hábitats evaluados para las sabanas de altillanura de la
Orinoquia”, explica el investigador Mosquera.
Tapires: especiesvitales para
el mantenimiento de los ecosistemas del país
El objetivo del proyecto “Biofuegos” del grupo Ecolmod es
evaluar la influencia de factores ambientales –como las áreas afectadas por
incendios forestales y las actividades humanas agropecuarias– sobre la
diversidad de especies de grandes mamíferos amenazados.
“El tapir de tierras bajas –considerado como vulnerable– se
distribuye en las sabanas nativas de altillanura del Vichada y actualmente está
amenazado por el deterioro de sus hábitats debido a incendios forestales,
construcción de infraestructura vial y la presión cinegética”, enfatizó el
investigador de la UNAL.
La conservación de esta especie es esencial no solo para su
supervivencia sino también para la salud de los ecosistemas que dependen de su
actividad ecológica. Según el biólogo Mosquera, “la asistencia al simposio y el
diálogo con los profesionales de diferentes países me permitió identificar 3
principales cuellos de botella para lograr la conservación del tapir y de sus
hábitats”.
“El primer obstáculo es la protección social del
conocimiento, es decir articular la academia que está generando investigaciones
con el decisor, que en últimas son las comunidades; el segundo es la incidencia
en las políticas públicas y el tercero la financiación de la ciencia, ya que el
porcentaje para la construcción del conocimiento en nuestros países es muy
bajo.
Por último, hace un llamado acerca de la importancia de
conocer e implementar acciones que realmente ayuden a la conservación de los
tapires y sus hábitats, debido a que su pérdida no solo afectaría esta zona de
estudio del país. Mientras tanto el equipo de investigación continúa realizando
estudios que ayuden a identificar las amenazas que presenta el tapir de tierras
bajas y posteriormente construir las estrategias para incidir con este
conocimiento en la toma de decisiones que tenga como pilar fundamental la
conservación y protección de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que
prestan estos grandes mamíferos y sus hábitats en el país.
Un llamado internacional
El biólogo Mosquera representó al grupo Ecolmod en Campo
Grande do Soul (Brasil) para exponer los conocimientos adquiridos por la UNAL
sobre la relación entre el tapir y su entorno y el desplazamiento de grandes
mamíferos amenazados, como el tapir de tierras bajas característico de las
sabanas del Vichada.
El simposio del Grupo de Especialistas de la UICN se realiza
cada 3 años y esta vez participaron importantes instituciones interesadas en la
preservación de esta especie al rededor del mundo, entre ellas la UNAL y el
Zoológico de Cali representantes de Colombia; algunas ONG como WCS e
instituciones académicas como las Universidades Nacional Autónoma de México
(UNAM), Nacional de Guatemala, y Nacional de Costa Rica, entre otras
instituciones de Ecuador, Brasil, Singapur y demás países de Asia y Europa.
Como aporte de la UNAL al encuentro, el investigador
Mosquera expuso 4 trabajos derivados del proyecto “Biofuegos” (BPIN
2020000100456) que desarrolla el grupo Ecolmod con financiación del Sistema
Nacional Regalías: “el primero está relacionado con un modelo de distribución
potencial para el tapir de tierras bajas para la altillanura y su
representatividad en áreas protegidas; el segundo con la conectividad funcional
de los tapires en la Orinoquia, con énfasis en la altillanura; el tercero con
la importancia de los bosques ribereños y el hábitat de más de 31 especies de
grandes mamíferos, y por último presentamos avances del libro Colombia,
país de tapires, el cual publicaremos próximamente como un aporte
pedagógico tangible al conocimiento más profundo de la especie en el país”,
concluye el investigador Mosquera.