Para avanzar en el estudio del microbioma (conjunto de microorganismos) de los insectos importantes en salud humana porque transmiten enfermedades tropicales como malaria, dengue y leishmaniasis, la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) adelanta una investigación en Amazonas, Cesar y Antioquia relacionada con el cambio climático.
“Nuestro conocimiento en esta temática aún es incipiente y
por ello cada avance nos acerca a desarrollar estrategias más efectivas de
control biológico de los vectores fundamentales para la salud pública”, explica
el microbiólogo y bioanalista Giovan Gómez, profesor de la UNAL Sede de La Paz.
Señala además que, “teniendo en cuenta que el estudio abarca
tres áreas geográficas contrastantes, podremos revelar posibles diferencias en
la composición de microorganismos en los insectos analizados”.
Así mismo, la investigación permitirá evaluar el efecto de
los cambios de temperatura con un diseño experimental controlado de laboratorio
sobre los insectos para intentar determinar el efecto potencial del cambio
climático en la interacción microorganismos-insectos.
El profesor Gómez indica que la temperatura es una variable
climática que impacta el desempeño vital de los artrópodos, y en especial de
los vectores de enfermedades tropicales, influenciando características como las
tasas de desarrollo, la frecuencia de ingesta de sangre, la modulación de la
respuesta inmune, y la susceptibilidad a infección por parte de parásitos y
bacterias, entre otros microorganismos.
“El análisis de la humedad relativa es relevante, ya que condiciona los ciclos de supervivencia de muchos insectos, pues los cambios térmicos sufridos hoy por el ambiente –no solo por el cambio climático sino también por la expansión de la frontera agrícola y por eventos de deforestación acelerada o explotación minera– pueden resultar favorables para los patógenos, pues ayudan a expandir su rango de dispersión, incrementan el contacto humano-vector y generan fenómenos de adaptación ecológica en ambientes intervenidos, lo cual podría resultar en efectos más severos de los agentes infecciosos en futuros escenarios climáticos”, enfatiza el académico.
Además de su relevancia científica, el proyecto tiene un componente social: busca impactar a las comunidades de los sitios de estudio mediante estrategias de apropiación social del conocimiento con acciones de promoción de la salud y prevención de las enfermedades transmitidas por insectos, particularmente de mosquitos.
Acerca de las enfermedades
La malaria o paludismo es una enfermedad causada por un
parásito Plasmodium, el cual se transmite por la picadura de la
hembra del zancudo Anopheles. Los síntomas incluyen fiebre, vómito
y dolor de cabeza.
El dengue, transmitido por el mosquito Aedes aegypti,
puede ser asintomático o cursar con síntomas que van desde una fiebre moderada
hasta una alta incapacitante, con dolores de cabeza, en los ojos, en
articulaciones y músculos, y sarpullidos.
La leishmaniasis la provocan 20 especies del género de
parásitos protozoarios Leishmania. Existen varias formas, entre las
más comunes están la cutánea y la visceral. El tipo cutáneo causa llagas en la
piel y el tipo visceral afecta órganos internos como el bazo, el hígado y la
médula ósea. Los enfermos suelen tener fiebre, pérdida de peso y aumento de
tamaño del bazo y el hígado.
La problemática en salud
El Sistema de Salud Pública (Sivigila) señala que entre 2017
y 2022 se confirmaron en Antioquia 5.849 casos de leishmaniasis, 156 de
chikungunya, 82 de zika, 32.022 de malaria y 16.299 de dengue, estas dos
últimas con 5 y 18 víctimas mortales respectivamente.
En la misma ventana de tiempo, en Amazonas se confirmaron 51
casos de leishmaniasis; 9.983 de malaria, 148 de ellos de tipo complicado;
2.346 de dengue, con una víctima mortal, 18 de chikunguña y 25 de zika.
De igual manera, en este lapso se registraron en Cesar 211
casos de leishmaniasis, 110 de malaria, 17 de chikunguña, 45 de zika y 14.217
de dengue, con 19 víctimas mortales.