martes, 30 de abril de 2019

Juego con láser trata déficit de atención en niños


Laslab es la herramienta terapéutica que ayuda a que los niños de entre 6 y 8 años mantengan durante más tiempo su atención en una actividad específica, además de ejercitar procesos de atención, planeación y secuenciación, entre otros.



En el juego lógico los niveles aumentan su dificultad gradualmente. Foto: Angie García, estudiante de la Universidad Nacional.  


Situado sobre un tablero, el láser sale de un cubo amarillo y debe llegar hasta su destino: un cubo verde, o cueva, que se ilumina al completar cada nivel. Para encausar el láser hacia la dirección deseada, el niño debe ubicar en su trayecto cubos-ficha que, según su color, lo desvían, prolongan su sentido, lo duplican o lo triplican.
Cada ficha tiene orificios por los que entra y sale el láser, y en el centro un espejo que lo direcciona. Aunque existen muchos juegos similares creados para personas en general, por ser más creativos, los terapeutas decidieron aplicarlos para tratar a jóvenes con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).


El juego tiene siete tipos de fichas

“Laslab se diseñó específicamente para esa función”, explica Angie Carolina García López, estudiante de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira.

Agrega que el juego es una herramienta divertida que logra fijar la concentración de los niños, ejercitando esa capacidad para que la puedan trasladar a otras facetas de su vida. 

Consta de un tablero de madera de 25 casillas en las que se ubican 15 fichas. Aunque los terapeutas pueden plantear muchas disposiciones diferentes de las fichas para que los niños jueguen, Laslab trae una propuesta de cuatro clases según los grados de dificultad, cada una de las cuales se divide en 20 niveles.


Según el Ministerio de Salud y Protección Social , en Colombia el ·3% de niños entre los 7 y 11 años padece de TDAH .

“En todos los niveles de la primera clase, las fichas de inicio y destino siempre van a estar en el mismo lugar. Lo que cambiará a medida que se superen los niveles serán las fichas que se les pide utilizar para dirigir el láser.

 Así, en el juego la dificultad va aumentando y en las siguientes clases ya habrá estructuras más complejas. De esta manera, la gradualidad en la dificultad evitará que los niños usuarios lleguen a estados de frustración, frecuentes en poblaciones con TDAH”, explica la estudiante.


Así mismo, ella trabaja en el desarrollo de una aplicación para celular que se conectará vía Bluetooth con el tablero, con el fin de indicar los requerimientos de cada nivel, servir de guía en las primeras ocasiones, reportar cuando las fichas estén en una ubicación equivocada y medir el tiempo que tardan los jugadores en desarrollar las actividades.

“Ya tenemos una versión preliminar de la aplicación, o mock-up, que aunque todavía no cuenta con programación, sí permite visualizar cómo funcionaría. El objetivo es apostar por un producto propio de la dinámica tech toy, que complementa componentes físicos y digitales en juguetes para mejorar la interactividad y actualizar estas herramientas a las nuevas tecnologías”, destaca.




Necesidad desde el diseño

Según un informe de 2018 del Ministerio de Salud y Protección Social, el TDAH es el trastorno mental más frecuente en Colombia en niños de entre 7 y 11 años, con una prevalencia de cerca de 1 de cada 33 individuos.
La investigación –dirigida por el profesor Boris Villamil, de la U.N. Sede Palmira– surgió de las necesidades identificadas en un centro de rehabilitación para personas con capacidades especiales de Cali, donde se realizaban terapias con juegos pero faltaban herramientas que potenciarán el trabajo.

Durante la etapa de revisión bibliográfica, la estudiante García analizó documentos sobre salud mental, trastornos y aplicación de juguetes y metodologías para terapias, con el objetivo de lograr un producto que se ajustara al paso a paso de ciertos tratamientos.

Un referente fue el trabajo del doctor Thomas Brown en torno a las funciones ejecutivas, dentro de las que se encuentran la activación, la concentración, el esfuerzo, la emoción, la memoria y la acción.
“Son funciones que se pueden ver afectadas en personas con TDAH. 

Por ello trabajamos partiendo de elementos destacables en juegos clásicos como el parqués o el tangram, y sumamos el componente tecnológico”, relata la estudiante.

Antes de llegar al prototipo final se desarrollaron tres versiones. Para validar la funcionalidad del Laslab se adelantaron sesiones de juego con dos grupos –con y sin TDAH– de 5 niños de entre 6 y 8 años.

“El juego resultó divertido para ambos grupos, y los terapeutas nos manifestaron que la actividad llevó a los niños a ejercitar la atención, planeación, secuenciación, resolución de problemas y toma de decisiones”,

Fuente: 

comunica_pal@unal.edu.co

miércoles, 24 de abril de 2019

Todos los dia son de la Tierra!




Tener conciencia en que Planeta vivimos es de todos y para todos, cada día debe ser un despertar de gratitud por esta maravillosa tierra que nos fue dada para cuidar amar respetar al igual que todo lo que en ella se contiene. 

Cada año se celebra el dia de la tierra en un dia especial , pero este debe ser todos los días ya que en el vivimos, y de el recibimos todos sus beneficios.

Amar la tierra donde nacimos es un privilegio, es un regalo de Dios, es algo que no esta hecho por manos de hombres , es toda una naturaleza viva , de grandes y abundantes riquezas.

Con motivo del décimo aniversario del Día de la Madre Tierra, este año se celebra el noveno Diálogo sobre armonía con la naturaleza de la Asamblea General, el día 22 de abril en la Sede de la ONU de Nueva York, en el Salón del Consejo de Administración Fiduciaria.
El Diálogo Interactivo gira en torno al tema "La Madre tierra en la aplicación de la educación sobre el cambio climático".
 Va a servir para discutir las contribuciones de Armonía con la Naturaleza en garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus impactos, e inspirar a los ciudadanos y las sociedades a reconsiderar cómo interactúan con el mundo natural en el contexto del desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza y la justicia climática, para garantizar que las personas en todo el mundo tengan la información y el conocimiento necesarios para alcanzar el desarrollo sostenible y los estilos de vida en armonía con la naturaleza.
Gracias por tu amble visita a nuestra pagina 

miércoles, 17 de abril de 2019

Pesca en ciénaga de Zapatosa disminuye por contaminación

Vertimientos como aguas residuales alteran el oxígeno disuelto y otros indicadores de calidad del agua, lo que genera un desequilibrio en el ecosistema y reduce la población de peces de interés comercial.



La contaminación orgánica provoca la proliferación de ciertas plantas acuáticas que reducen la disponibilidad de oxígeno. Foto: Luis Acosta. 


En algunos de los muestreos del agua tomados cerca de la desembocadura del río Cesar en la ciénaga de Zapatosa, se encontró un nivel de oxígeno disuelto de 2,3 miligramos (mg) por litro (l), cuando los peces necesitan para su desarrollo normal, en promedio, alrededor de 5 mg/l.

Así lo asegura Luis Ángel Acosta Murgas, candidato a magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, quien estudió la calidad del agua en la ciénaga y sus consecuencias en la biodiversidad.

Agrega que la baja disponibilidad de oxígeno disuelto es consecuencia de procesos químicos propios de la contaminación y de la proliferación de ciertas plantas acuáticas producto de los vertimientos.


Factores como los bajos niveles de oxígeno han llevado a que en el ecosistema predominen especies pequeñas de bajo interés comercial, como es el caso del pincho (Cyphocharax magdalenae), que sobrevive ante cambios bruscos de las condiciones y se ve favorecido con el material orgánico en descomposición.

“Cuando peces de gran porte no encuentran un hábitat favorable en la ciénaga, migran a otras zonas o pasan por procesos de adaptación, lo que limita su tamaño, lo que les permite sobrevivir en ambientes contaminados”, explica el investigador.

Según un informe de la ONG Ecofondo, entre 1973 y 2006 las capturas pesqueras se redujeron en un 92% en la cuenca del río Magdalena, territorio donde se encuentra la ciénaga, pasando de 79.000 a 6.000 toneladas al año.

En adición a esto, la longitud del bagre rayado (Pseudoplatystoma magdaleniatum), pez de gran atractivo para el mercado y hoy en peligro crítico de extinción, pasó en esa área de un  
promedio de 68,3 cm, en 1989, a 60,4 cm, en el 2005, según datos del entonces Instituto Colombiano de Desarrollo Rural.


Entre los factores decisivos de estas dinámicas de pesca, sostiene el investigador, se encuentran la sobreexplotación y la contaminación.


Vertimientos enemigos

Las plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) de los municipios de la región no son eficientes en la remoción de elementos contaminantes, lo que afecta la calidad del agua del río Cesar, que desemboca en la ciénaga, explica. En algunos puntos ni siquiera se cuenta con PTAR y, por ello, las aguas residuales municipales se constituyen en uno de los principales agentes de contaminación orgánica de la ciénaga, detalla.


Los desequilibrios en los niveles de amonio, nitrito, nitrato y fosfato provocan en toda la extensión de la ciénaga (entre 500 y 360 km2 dependiendo de la temporada) un fenómeno de eutrofización, que es la acumulación de nutrientes orgánicos en fuentes hídricas que conlleva a la proliferación de ciertas plantas acuáticas.


“Cuando los niveles de agua descienden —como en diciembre— las abundantes plantas macrófitas empiezan a morir y a descomponerse.

 Esa degradación disminuye el oxígeno; en esos periodos encontramos junto a la desembocadura del río Cesar solo cuatro especies de peces, mientras que en condiciones normales pueden permanecer allí, en promedio, 15”, advierte el  investigador. 
    
La eutrofización también aumenta la cantidad de microalgas en otras zonas, las cuales disminuyen el oxígeno disuelto en el agua en su proceso de respiración en las noches; esto perjudica a peces depredadores como los bagres, que tienen hábitos alimenticios nocturnos.



Inventario de especies

Para el estudio, financiado por la Gobernación del Cesar y dirigido por el profesor Guillermo Duque Nivia, de la U.N. Sede Palmira, se tomaron muestras de agua y peces en cuatro puntos diferentes de la ciénaga: junto a los ríos Cesar, Limón y Magdalena, y en un punto intermedio aislado de estos afluentes.
 Se realizaron cuatro campañas de muestreo distribuidas entre 2017 y 2018, de manera que resultaran representativas de los diferentes niveles de agua por temporadas.    

Se recolectaron 2.600 peces, a los cuales se les midió su longitud, talla y peso. Además, se les tomaron fotografías para caracterizar su taxonomía.

“En toda la ciénaga encontramos 37 especies, de las cuales siete figuran en alguna categoría de amenaza, según la Lista Roja de Especies Amenazadas a nivel mundial (UICN)”, detalla el investigador Acosta.

En los lugares de muestreo se analizó el oxígeno disuelto, la transparencia, el pH, la temperatura y la conductividad, mientras que en un laboratorio satélite establecido en la zona se estudiaron los nutrientes presentes.

“En Colombia no existe una legislación que estipule límites específicos a los niveles máximos de nitratos y fosfatos permisibles para los vertimientos en fuentes hídricas, algo que es necesario por el buen estado de los ecosistemas y la economía de las familias de pescadores”, concluye.

Fuente : Universidad Nacional- Palmira Valle del Cauca- Colombia 

lunes, 1 de abril de 2019

Plagas en cebolla


Plagas en cebolla se controlaría mejor con microorganismos



Con la acción combinada de estos seres vivos microscópicos se logró mantener el nivel de afectación por plagas y enfermedades de cada planta entre 1 y 30 % en promedio, cuando con el uso de agroquímicos ese intervalo oscila entre 1 y 25 %.


Para Juan Carlos Ortiz Ríos, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, estos resultados validan la pertinencia del manejo ecológico del cultivo en el corregimiento de Tenerife del municipio de El Cerrito (Valle del Cauca). Colombia .
Según sus proyecciones, utilizar estas alternativas resultaría entre 30 y 60 % menos costoso que la inversión realizada por los agricultores en herbicidas, plaguicidas y productos elaborados con síntesis química para frenar las enfermedades.
Como parte de un proyecto que avanza en convenio con la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), el investigador estudia con un equipo de la U.N. Sede Palmira el potencial –en las condiciones de la zona– de dos bacterias y cuatro hongos: Trichoderma spp., Bacillus subtilis, Paecilomyces lilacinus, Bacillus thuringiensis, Beauveria bassiana y Lecanium lecanii. 
Según explica, con los primeros tres se busca hacerles frente a las enfermedades que impactan las plantas de cebolla, otorgándoles el nombre de factor B, mientras que con los otros se proyecta el control biológico de las plagas, denominándose factor C: “probamos formando diferentes parejas entre microorganismos de los dos factores. Cuando concluyamos cuál es la pareja que logra mejor complemento y acción en el corregimiento, trabajaremos para difundir su uso”.



Los investigadores han realizado talleres sobre agroecología con jóvenes de grados 10 y 11 del Colegio Técnico Agropecuario Jorge Isaacs, de Tenerife. Allí se establecieron tres parcelas –que suman 321 m2– para realizar la investigación, dirigida por el profesor Diego Iván Ángel, de la U.N. Sede Palmira.
Cerca de estas parcelas experimentales, los jóvenes trabajan en el cultivo de cebolla y perejil en la huerta del colegio, en donde implementan estrategias de manejo ecológico como el uso de microorganismos.


Riesgos de los agroquímicos 


Aunque abarca una zona de transición al páramo, el municipio de El Cerrito tiene, entre otros cultivos, 460 hectáreas de cebolla, la mayoría de ellas en el corregimiento de Tenerife.

Sobre el Cañón del Chinche se pueden observar cultivos en los que se aplican agroquímicos que contaminan los nacimientos de agua de las inmediaciones, detalla el magíster.

Agrega que “nuestro trabajo parte de estudios previos de la CVC en los que también se encontró degradación de las propiedades del suelo por cuenta del manejo agrícola convencional. Cuando llegamos a la zona también observamos que los jornaleros aplican productos químicos todos los días sin ningún tipo de protección”.
El contacto regular con agroquímicos organofosforados podría causarles daños en el sistema nervioso. Además algunos de los productos aplicados allí están clasificados como “posiblemente” o “probablemente” cancerígenos por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, como el glifosato, principal herbicida utilizado.
“Cuando se presentan heladas en la zona se generan condiciones de humedad propicias para la proliferación de enfermedades, como las popularmente llamadas pudre y amarillitis”, explica.
Si bien la eficiencia de los microorganismos estudiados se había comprobado en investigaciones previas que se tomaron como referentes, condiciones ambientales de cada zona geográfica como la humedad, la temperatura y la radiación solar inciden en el éxito de su implementación. Por esta razón, afirma el investigador, resultan vitales los hallazgos que se están encontrando en torno a alternativas sostenibles a nivel ambiental, económico y para la salud para las condiciones específicas de la zona.
Por esta razón es vital encontrar alternativas ambientales, económicas y para la salud sostenibles, con el objetivo de resolver la situación.
Con la reducción de los costos que supondría un viraje hacia alternativas ecológicas se podrían mejorar las condiciones de vida de cosecheros y jornaleros: “cuando hay cosecha de cebolla en Nariño y una parte llega al Valle del Cauca, los precios se caen aquí. En muchos casos los productores terminan operando a pérdida, lo que resulta grave para los jornaleros, por ejemplo, que ganan alrededor de 35.000 pesos por día de trabajo”, agrega.
Durante la investigación también se analizan posibles tratamientos de fertilización, teniendo en cuenta que actualmente en Tenerife aplican al suelo gallinaza cruda –excremento de gallinas sin tratamiento alguno–, en lo que configura un caldo de cultivo para plagas y enfermedades de las plantas. Dentro de las alternativas analizadas se encuentran el compost y la gallinaza tratada e inoculada con microorganismos descomponedores.

Fuente: Universidad Nacional -Palmira -Colombia