El análisis de 36 huertos caseros de Nóvita, Istmina y Tadó –18 establecidos hace más de 50 años en zonas de actividad minera y alta deforestación y otros 18 en zonas de reserva– evidenció que más del 40 % de sus suelos tienen altos niveles de mercurio, lo cual afecta frutas, verduras y plantas medicinales, fundamentales para la alimentación de las comunidades locales.
Entre las especies más afectadas por mercurio están zapote,
anón, bore, naranja, ‘pipilongo’, guanábana, árbol del pan, chontaduro, ñame,
aguacate, limón, papachina, marañón y palma de Cristo, todas fundamentales en
la culinaria y la medicina tradicional de la región.
Una de las más preocupantes por su alto contenido de
mercurio es el saúco, planta medicinal muy consumida en fresco por niños y
adultos. No obstante, se encontró un nivel de contaminación más bajo en raíces
y tubérculos como la yuca y especies de la familia de las musáceas (plátanos y
bananos).
Aunque el mercurio se había evaluado con mayor interés en
las aguas del Pacífico colombiano, hasta el momento ningún estudio se había
ocupado en indagar si la contaminación había migrado del suelo a las plantas, y
en particular a sus frutos.
Los huertos tradicionales de Chocó, esenciales en la vida y
cultura de estas poblaciones, se caracterizan por proporcionar los alimentos
básicos para la subsistencia y las plantas que por siglos han utilizado en la
medicina tradicional. La mayor parte de lo que cultivan es para el autoconsumo
de las familias y el restante es comercializado, por eso se conocen como
mixtos.
El estudio de Liviston Barrios Arango, doctor en
Agroecología del Grupo de Investigación en Agroecología de la Universidad
Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, también encontró que algunas huertas
habían superado el límite máximo permitido por la normatividad internacional
europea para suelos agrícolas, que es de 1 mg de mercurio por kilogramo.
“Por ejemplo en Tadó, de los seis huertos cercanos a
actividad minera, dos tienen niveles por encima de la norma”, confirmó el investigador,
cuyo trabajo fue dirigido por la experta en agroecología Marina Sánchez de
Prager, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNAL Sede Palmira.
También reveló que aunque el mercurio se encuentra
especialmente en las raíces, se desplaza por toda la planta, incluyendo el
tallo y, de manera preocupante, los frutos.
En un ejercicio anterior el investigador Barrios identificó
9.934 individuos y 117 especies frutales y vegetales en Istmina, 5.561
individuos y 145 especies en Nóvita, y 17.335 individuos y 130 especies en
Tadó, lo que reafirma la alta diversidad presente en la zona.
El mercurio está relacionado con problemas en el sistema
nervioso y se ha asociado con enfermedades degenerativas, y aunque aún se
necesitan estudios adicionales que formarán parte en una siguiente etapa del
trabajo, “se podría relacionar con algunas condiciones de salud en el Chocó,
como el aumento de enfermedades neurológicas y motoras, abortos espontáneos y
malformaciones en recién nacidos”, afirma el investigador.
Este problema va aún más allá, pues ha desencadenado una
crisis de inseguridad alimentaria en estas comunidades, ya que, para prevenir
estas enfermedades, algunos habitantes han optado por no consumir pescado
debido a las investigaciones que han revelado mercurio en algunos peces.
“Así se afecta la nutrición de las familias, dado que el
pescado es una fuente fundamental de proteínas en la dieta local”, advierte al
preguntarse ¿qué pasará cuando la población conozca los resultados de su
trabajo de investigación?
“Es evidente que el departamento debe cambiar el modelo de
extracción por uno de producción sostenible, obviamente hay que hacer un
periodo de transición, pero tenemos que hacerlo ahora, porque de lo contrario
la afectación de las familias chocoanas podría ser mayor”, recalcó.
Chocó se caracteriza por su economía extractiva, centrada en
la minería y la explotación forestal. Muchos de los suelos utilizados por las
comunidades para cultivar alimentos han estado expuestos a la contaminación por
mercurio durante más de 50 años, un subproducto de la actividad minera que
sigue dejando un legado tóxico en esta población.
El doctor Barrios, también profesor de la Universidad
Tecnológica del Chocó, presentará mañana a las 8 a. m., los hallazgos de
este estudio en el Primer Congreso Internacional por la Conservación de la
Biodiversidad del Pacífico que forma parte del Encuentro Internacional: Retos
del Pacífico Frente al Cambio Climático, evento organizado por la Alcaldía de
Cali.