miércoles, 25 de noviembre de 2020

Casas de malla, opción agrícola frente al cambio climático

 Resultados preliminares de un estudio que compara los cultivos que se siembran a campo abierto y los que se hacen dentro de casas de malla, muestran que en estas se consume 20 % menos agua en las plantaciones.

Estos resultados hacen que las casas de malla se perfilen como una buena opción de adaptación al cambio climático, pues las proyecciones muestran que en el futuro habrá temperaturas más altas, y al mismo tiempo precipitaciones (lluvias) más bajas. “Y si vamos a tener menos precipitación necesitamos sistemas más eficientes que consuman menos agua”.

Así lo explicó el profesor Enrique Alejandro Torres Prieto, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, líder del proyecto “Manejo y uso eficiente del agua en la agricultura del Valle del Cauca como medida de adaptación al cambio climático”.

Las casas son una especie de invernadero, pero en vez de ser un lugar cerrado tienen mallas de pequeña abertura, las que generalmente se utilizan como antitrips para evitar la entrada de estos diminutos insectos. Las mallas son un control físico que reduce la cantidad de agroquímicos aplicados en los cultivos para controlar plagas.

El docente señala que desde hace ya varios años la comunidad científica ha aceptado el cambio climático como una realidad y ahora se buscan medidas de adaptación.

Especialmente en el Valle del Cauca se ha observado el uso masivo de las casas de malla, lo que llevó a los investigadores de la UNAL Sede Palmira a preguntarse sobre las implicaciones de estas frente a la cantidad de agua que se le aplica al cultivo, es decir si debía echarse más o menos agua, “porque lo que dice la literatura es que, por un lado, esto genera un incremento en la temperatura, pero por otro, como no deja mover fácilmente el aire, la humedad relativa puede bajar”, dice el profesor Torres Prieto.

Evapotranspiración como factor guía

El ejercicio se adelantó en campo del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), en Palmira (Valle), el cual colaboró en este proyecto a través del Programa de Recursos Genéticos en un convenio con la UNAL Sede Palmira.

A los cultivos se les instalaron estaciones meteorológicas sobre superficies de referencia (pasto) para comparar cómo se afectaba la evapotranspiración de referencia (la del pasto), lo que les permitió comparar el consumo de agua dentro y fuera de la casa de malla.

El ejercicio se adelantó en campo del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), en Palmira (Valle), el cual colaboró en este proyecto a través de un convenio con la UNAL Sede Palmira. Además contó con la participación de la profesora Sara Mejía de Tafur y de los estudiantes de Ingeniería Agrícola Jheison Adolfo Guerrero Gutiérrez, Rafael Orlando Díaz Angarita y Richard Lasprilla Velasco, también de la Institución.

Aunque en un principio las intenciones del equipo investigador eran realizar un seguimiento al cultivo diariamente, por motivos de la pandemia se vieron forzados a modificar la metodología. Al final resolvieron que se harían mediciones dos veces por semana, y hacia el final del proyecto sí se realizó una jornada intensiva de mediciones diarias.

Se concluyó que la diferencia en el requerimiento hídrico entre los cultivos sembrados dentro y fuera de la casa de malla varía entre un 20 y 27 %, siendo más bajo dentro de la casa de malla. Es decir, se requiere mayor cantidad de agua para los cultivos sembrados a campo abierto, que es el método más común entre los productores.

Con este estudio se contribuye al importante camino de la búsqueda e implementación de posibles métodos y herramientas que le hagan frente al cambio climático y al uso eficiente del agua, pues es importante recordar que además de los retos que plantea el aumento de las altas temperaturas, actualmente la agricultura demanda cerca del 47 % del agua que se consume en el país.

En Colombia las casas de malla se han implementado especialmente en cultivos de hortalizas, tomate y pimentón, cuyas alturas son medias o bajas, pues la casa de malla es costosa y con la altura de esta también se elevan los costos.

Sin embargo, según lo expresa el profesor Torres, por todas las bondades que presenta, “es posible que en el futuro tengamos árboles también en casas de malla”.