lunes, 12 de octubre de 2020

La química se aprende mejor desde la piscicultura

Por medio de esta actividad se diseñó el currículo de lo que los estudiantes de una escuela rural de Cali debían trabajar en el área de química, y con un proyecto piloto se demostró la efectividad de esta estrategia para mejorar el aprendizaje.

 

En términos generales la piscicultura es la crianza o el cultivo de peces en acuarios, estanques y ríos, entre otros espacios que permitan el correcto desarrollo de las especies.

En el desarrollo del proyecto, los estudiantes iban al estanque donde estaban los peces y allí debían realizar las mediciones de componentes como pH, oxígeno disuelto y temperatura del agua, entre otros, lo cual se hacía todos los días para que los alumnos pudieran recopilar, controlar y comparar las cantidades de compuestos.

Con esto se demostró que los conceptos sí se podían utilizar, y también analizar procesos químicos por medio de estas alternativas que se encuentran en las zonas rurales.

Aunque en muchas escuelas rurales existen estos espacios, entre los que también se incluyen huertas, gallineros, conservas y otros proyectos, estos no suelen estar ligados directamente con las áreas disciplinarias.

En esto se concentró Jenny Viviana Salazar, magíster en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, cuyo proyecto se orientó a aprovechar el conocimiento que se usa en piscicultura, que es más técnico, para pasarlo a conocimiento científico.

De esa manera diseñó todo el currículo de lo que los estudiantes debían aprender en el área de química, pero usando el proyecto piscícola. El trabajo, dirigido por los profesores Boris Candela y Lucena Vásquez, de la UNAL Sede Palmira, se llevó a cabo con estudiantes de grados octavo y noveno de la Institución Educativa Los Andes, en zona rural de Cali.

Generalmente las evaluaciones académicas en el área de química arrojan resultados muy bajos. Según la magíster Salazar, esta problemática se presenta no solo en las zonas rurales, sino también en el sector público de Colombia. Por dicha razón, los docentes deben unir esfuerzos para buscar metodologías que mejoren esas competencias en estudiantes de básica secundaria.

En la Institución Educativa Los Andes, ella implementó la observación participante y realizó entrevistas a los estudiantes, para luego recolectar los datos que fueron analizados por medio de una triangulación.

Aprender con la naturaleza



“La escuela rural es un excelente laboratorio para abordar muchas indagaciones y otras maneras de aprender que sería maravilloso que se dieran a nivel general”, manifiesta la magíster Salazar.

Agrega que lo que diferencia a estas alternativas es que generan una enseñanza muy contextualizada, ya que no se manejan los ejemplos convencionales que los estudiantes muchas veces ven más abstractos, sino que se trata de experiencias y observaciones que ellos mismos están llevando a cabo.

Así logran entender más fácil y rápidamente qué significa lo que pasa en el lago, por ejemplo, relacionándolo con todos esos aspectos químicos, al mismo tiempo que evidencian para qué sirven.

Apropiación de conceptos y utilidad


El resultado más importante que se logró con el proyecto fue que los estudiantes empezaron a usar los términos científicos correctos. Por ejemplo, antes hablaban coloquialmente del lago, y después empezaron a hablar de este espacio refiriéndose a la cantidad de oxígeno que tenía, haciendo análisis de si era la adecuada o si debía modificarse.

Aprendieron a entender las concentraciones de sal para diferentes situaciones, si en algún momento debían incorporar sal marina para tratar algún hongo que estuviera atacando a los peces.


Con este tipo de experimentos, los estudiantes desarrollaron concentraciones peso/peso, masa/volumen, entendieron qué significaba que una solución tuviera un pH ácido o básico, aprendieron a usar diferentes instrumentos (termómetro, oxímetro, entre otros), además de realizar otras mediciones más avanzadas, como en el caso de las concentraciones de amonio.


Una de las recomendaciones que hace la magíster Salazar es que este proyecto se transversalice, es decir que otras áreas hagan lo mismo y trabajen a partir de dicha alternativa.