Fanzines, talleres didácticos, clases, e incluso visitas prácticas al Laboratorio, forman parte del proyecto “Memorias del agua y diálogo intergeneracional alrededor de los humedales de Leticia” que busca concientizar a la niñez y a los adultos mayores sobre la importancia de cuidar los humedales de la ciudad.
Este proyecto, a cargo de la Universidad Nacional de
Colombia (UNAL) Sede Amazonia y la Fundación Platino, tiene como base la
memoria ambiental, esencial para proteger estos ecosistemas amenazados por la
contaminación, la deforestación y la reducción de flora y fauna.
El profesor Santiago Duque, director del Grupo de
Investigación en Limnología Amazónica de la UNAL Sede Amazonia, afirma que “no
se cuida lo que no se conoce”, frase que puede resumir la esencia del proyecto,
pues es fundamental que todas las generaciones conozcan la importancia y los
beneficios ecosistémicos que brindan los humedales, especialmente en Leticia”.
“La expansión urbana ha llegado hasta los humedales, que
tiende a deteriorarlos, lo mismo que a las fuentes naturales hídricas; por eso
los del casco urbano de Leticia están completamente reducidos, contaminados y
dañados”, afirma el docente.
En ese sentido, la iniciativa está dirigida a las
comunidades de La Playa y el cabildo indígena Tiwa, dos grupos compuestos
interculturalmente por 9 etnias: tikuna, yukun, murui, miraña, tanimuca, cubeo,
inga, cocama y yaguas, con las cuales se busca reforzar la memoria ambiental
intergeneracional en la niñez, los adultos y abuelos de las comunidades.
“En los humedales de Leticia hay dos zonas geográficas o
topográficas: en la parte alta, unos metros encima del nivel del río Amazonas,
tiene lluvias e inundaciones locales, y en la parte baja de la ciudad está el
área suburbana; allí, a solo 500 m está el sistema lagunar de Yahuarcaca,
compuesto por 21 lagos en donde viven varias comunidades, entre ellas la de La
Playa”, señala el docente Duque.
En un ejercicio anterior, el grupo de investigación
identificó que los humedales del casco urbano están contaminados con residuos
orgánicos. Así mismo, en 2017 el Instituto Sinchi analizó 40 de los 77
humedales del Amazonas y concluyó que el 17,5 % presentan buena calidad
del hábitat, 32,5 % media, 32,5 % moderada y 17,5 % baja.
Precisamente por estas amenazas sobre los humedales –que
también incluyen la reducción de flora y fauna–, el proyecto le apuesta a
llegar desde los más jóvenes hasta los abuelos. “Los abuelos todavía tienen el
conocimiento que se está perdiendo en los más jóvenes, sobre todo en los cascos
urbanos, entonces queremos estrechar los lazos entre generaciones y que los
abuelos se conviertan en los profesores de sus propios hijos y nietos”, asegura
el docente.
La inauguración de este proyecto se dio en el marco del XXXIII
Mes de la Investigación y Extensión de la UNAL Sede Amazonia, en cuyo marco se
realizó un taller con estudiantes enfocado en la memoria ambiental.
Los humedales, conocerlos para cuidarlos
Aunque en los últimos años se ha agudizado el debate sobre
la protección de los humedales, lo cierto es que aún faltan acciones claras
para protegerlos. Para lograr dicho cometido lo primero es conocer los
beneficios de estos valiosos ecosistemas.
Los humedales, de diferentes tamaños, se encargan de ayudar
a regular el flujo del agua, almacenando agua durante las lluvias y liberándola
durante las sequias; además actúan como esponjas absorbiendo el exceso de agua
durante las inundaciones. Y como si fuera poco, tienen la función de “depurar”,
por lo que filtran el agua de contaminantes, lo que ayuda a mejorar su calidad.
Al respecto el docente Duque comenta que “el agua siempre
debe ser el eje central de la planeación y la manera de vivir y convivir con la
naturaleza, sobre todo en los dos territorios que trabajaremos, que tienen una
inundación frecuente y constante”.
Sin embargo, enfatiza en que “la inundación es un proceso
natural por la ubicación del país en la región ecuatorial, cercana a la línea
del Ecuador; por eso todos los años parte del territorio se inunda por el incremento
de las lluvias y el desbordamiento de los ríos. Hay que aprender a vivir con
esa naturaleza inundable”.
De ahí que el trabajo que realizan busca recuperar el
conocimiento ancestral que por diferentes razones no ha podido permear entre
los jóvenes. “Las estrategias que usaremos incluyen fanzines, talleres
didácticos, clases, e incluso visitas al Laboratorio de la UNAL Sede Amazonia”.
“En el mundo del agua, de los humedales, hay vida pequeña, y
puede que esto sea lo más importante. Pero este diminuto mundo solo se puede
ver con un microscopio, que nos muestra que el humedal está repleto de
microorganismos, que son los que le dan el potencial para que los peces que
viven allí se alimenten, y además dan el oxígeno a través de la fotosíntesis. Y
lo que nos hemos notado con otros proyectos es que las personas no conocen el
mundo microscópico del agua y su importancia”, concluye.