La Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira celebra este año 9 décadas de aportes al progreso del suroccidente colombiano a través de sus actividades de formación, investigación y extensión, con más de 12.000 egresados y 3.000 estudiantes del Cauca, Chocó, Nariño, Putumayo y Valle del Cauca. El aniversario se conmemorará con eventos académicos, un libro sobre su historia y una exposición fotográfica, entre otras actividades.
Para hablar de los inicios de la Sede Palmira hay que
remontarse al siglo XIX, cuando en Colombia emergieron dos modelos económicos
capitalistas con enfoques distintos: el inglés, que promovía la gran propiedad
rural y la producción intensiva, y el francés, basado en la pequeña propiedad
rural y el desarrollo de cooperativas y asociaciones, e impulsado en el país
por figuras intelectuales y políticas que influyeron profundamente en la visión
agrícola del Valle del Cauca.
Entre ellos estuvo Manuel Esteban Ancízar Basterra, primer
rector de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia –como se
llamó en sus inicios la UNAL–, quien en su obra Peregrinación del Alpha resaltó
la importancia de apoyar a las comunidades rurales para que se conviertan en
pequeños empresarios, reflejando así el modelo francés, enfoque compartido por
otros personajes y líderes vallecaucanos.
Sin embargo, en medio de la crisis mundial del capitalismo
de 1929, y con una ley de emergencia que autorizaba la importación de
alimentos, el sector agrícola colombiano estaba prácticamente arruinado y ante
un desafío. En ese periodo llegó desde Puerto Rico al departamento la Misión
Chardón para realizar un reconocimiento agropecuario, que al final sugirió que
la investigación agrícola fuera transferida al Departamento de Agricultura de
los Estados Unidos, país que mostró interés por tratarse de un territorio
ubicado en el Trópico.
Esta propuesta marcó el primer momento de la Universalidad
en el Valle del Cauca, destacando la transferencia de modelos agrícolas
foráneos, especialmente estadounidenses, que se impusieron en la región.
En 1931, con la expedición de la Ley 132, cada departamento
del país podía crear un instituto agrícola, el cual debería estar conformado
por una escuela superior de agricultura, un servicio de extensión agrícola y
una granja experimental, con la que ya se contaba, y el 5 de noviembre de 1934
se fundó en Cali la Escuela Superior de Agricultura Tropical con un plan de
estudios adaptado al modelo francés y a las necesidades locales, que luego de
superar diversas transformaciones y pasar a ser la Facultad de Agronomía, hoy
celebra sus 90 años como Sede Palmira de la UNAL.
Progreso e impacto en la región
Desde su fundación, la Sede Palmira ha estado a la
vanguardia en la investigación agrícola, ambiental, agroindustrial y pecuaria,
además de otros campos del conocimiento como el diseño y la administración,
abarcando la transferencia tecnológica de modelos extranjeros y la
investigación autóctona centrada en las necesidades locales.
La profesora Luz Stella Cadavid Rodríguez, vicerrectora de
la Sede, anunció que “para celebrar este aniversario, durante este año el
campus será el escenario de diversas actividades y eventos académicos que
conmemorarán la rica trayectoria de la Universidad y su contribución al
desarrollo regional de la mano de las comunidades. Además se publicará un libro
y se desarrollará una exposición fotográfica con los hitos más relevantes de
estos 90 años”.
Agro-ecología, comunidades y liderazgo femenino
En el legado de la Sede Palmira han sido fundamentales los
aportes de la profesora titular Marina Sánchez de Prager en la evolución de la
agro-ecología en la región. Su trayectoria comenzó hace más de 50 años, cuando
la científica rompió barreras de género al ser la primera mujer en ocupar un
cargo en un entorno dominado por hombres, rol que le permitió demostrar las
capacidades de las mujeres en la ciencia y la agricultura y fue la primera
Decana de Sede antes de que surgiera la figura de Vicerrector.
Bajo su liderazgo, la UNAL ha contribuido con el movimiento
nacional y latinoamericano de la agro-ecología, formando profesionales y
colaborando estrechamente con comunidades campesinas en la implementación de
tecnologías blandas y prácticas de cultivo sostenibles.
Hortalizas, aporte de la Sede Palmira al país
En paralelo, el profesor emérito Franco Alirio Vallejo,
primer vicerrector de la Sede Palmira, ha dejado una marca indeleble en la
agricultura nacional a través de su trabajo con el grupo de investigación
“Mejoramiento genético, agronomía y producción de semillas de hortalizas”, uno
de los más antiguos de la Institución y que ha permitido la formación de 30
doctores, 55 magísteres y 130 profesionales al servicio del país.
Su contribución llevó al desarrollo de las variedades de
hortalizas “Unapal”, que incluyen tomate chonto Maravilla, cilantro Laurena,
habichuela Milenio, pimentón Serrano y zapallo Bolo Verde, innovaciones que han
beneficiado en productividad y calidad a los agricultores nacionales,
especialmente en Valle del Cauca, Cauca y Eje Cafetero.
Por sus aportes a la investigación, en 1994 el profesor
Vallejo recibió el Premio Nacional en Ciencias de la Fundación Alejandro Ángel
Escobar, y en 2021 la Orden Simón Bolívar en el grado Gran Maestro, conferida
por el Ministerio de Educación Nacional.