Un estudio con 42 recicladores de tres asociaciones de la capital evidenció su exposición constante a radiación solar, malos olores, y sustancias químicas, además de cortes y pinchazos con material cortopunzante y contaminado, que desencadenan, entre otras afectaciones, gripas o asma. Aunque su labor es crucial tanto en la recuperación de miles de toneladas de residuos como en la preservación de los recursos naturales y en la disminución de la contaminación, ellos carecen de acceso al trabajo seguro y a la protección social.
Ante estos hallazgos, Lina Paola Escobar Rincón, magíster en
Salud y Seguridad en el Trabajo de la Facultad de Enfermería de la Universidad
Nacional de Colombia (UNAL), afirma que “urge que las autoridades locales, las
empresas de gestión de residuos y la sociedad en general se comprometan a
mejorar las condiciones de trabajo de los recicladores de oficio”.
“Se requieren medidas mínimas como la formulación de
políticas públicas eficaces que reglamenten procesos adecuados de reciclaje y separación
en la fuente”.
Así mismo, la formalización del trabajo, es decir,
brindarles seguridad social y estabilidad laboral a los recicladores, y
capacitación en salud y seguridad en el trabajo, “sensibilizarlos sobre la
importancia de la protección de los peligros asociados con su trabajo”, anota.
También es necesario dotarlos con equipos de protección
personal como mascarillas, botas de seguridad y guantes, ya que así se
minimizaría la ocurrencia de accidentes y enfermedades ocasionadas por el
trabajo.
En su estudio, la magíster trabajó con 42 recicladores de
oficio de tres asociaciones de la capital, que desarrollan su actividad
especialmente en la calle.
“A ellos se les aplicó un instrumento que en español traduce
como ‘Agua, medioambiente y salud: impacto en las condiciones de vida de los
recicladores. Cuestionario de salud’, para recopilar datos específicos sobre
sus condiciones de salud, trabajo y percepciones”, explica.
Las preguntas abarcaron desde datos personales como edad y
núcleo familiar, hasta hábitos de vida, uso de elementos de protección personal
que utilizan al ejercer la labor, información específica de su rutina laboral,
que permitió identificar los problemas más frecuentes.
Así, evidenció la exposición constante a peligros del
medioambiente de trabajo (radiación solar, olores ofensivos), sustancias
químicas, accidentes de trabajo asociados con cortes y pinchazos con material
cortopunzante, enfermedades respiratorias y contacto con material contaminado,
entre otros.
También otros comunes denominadores: registraron una
manipulación de cargas excesivas; en algunas respuestas se indicó que
podrían cargar en sus carretas hasta 300 kilos y para ellos es normal.
“De igual manera se observó una falta de medidas de
protección y una baja precepción al riesgo, ya que muchos no consideran su
trabajo como algo peligroso. Estas condiciones incrementan la posibilidad de
ocurrencia de accidentes y afectación de la salud a largo plazo”, indica.
Lo que para ellos parece ser normal se traduce en “problemas
de salud como alteraciones en la tensión, gripas, crisis asmáticas,
enfermedades respiratorias y dermatológicas, e importantes cargas mentales”,
amplía.
La magíster realizó acompañamientos en campo para obtener no
solo datos cuantitativos sino también experiencias cualitativas como espacios
de dibujo en donde los trabajadores expresaron sus condiciones laborales y la
asociación directa con la salud.
“Estuve con un reciclador durante una jornada, llegamos
hasta el centro de la ciudad y ahí evidencié la carga mental asociada con el
estigma social, la discriminación, así como los peligros al recorrer la calles
y zonas de tolerancia”, dice la egresada de la UNAL.
En estos ejercicios encontró que algunos aspectos de la
informalidad como la falta de acceso al trabajo seguro y la protección social
son causas por las que los recicladores de oficio trabajan en condiciones
precarias, a pesar de los esfuerzos gubernamentales por formalizarlo.
Existe un largo listado de asociaciones y organizaciones de
recicladores constituidas en la capital las cuales han venido trabajando de
manera ardua para que el gremio reciclador en crecimiento sea reconocido y
remunerado. En 2022 la población recicladora era de 25.259 individuos, según un
reporte de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.