lunes, 15 de enero de 2024

Avispa tiene el secreto para ponerle “tatequieto” a plaga del cultivo de palma

 Tiene cuerpo delgado y alas prominentes, su cuerpo suele ser negro y marrón, con algunas marcas amarillas. La avispa Polistes infuscatus vive en colonias, tiene una jerarquía social marcada y, a diferencia de las abejas, sus hogares son más pequeños y temporales. Algunas especies de mariposas que se alimentan de las hojas de las palmas de aceite, son un serio problema para su producción, forman parte de su menú, lo que las convierte en aliadas idóneas para el control biológico de plagas.

En años recientes se ha empezado a reconocer la importancia del uso de las avispas para combatir las plagas de los cultivos de palma de aceite, que, según la Federación Nacional de Cultivadores de Aceite (Fedepalma) ocupan alrededor de 580.000 hectáreas distribuidas entre 155 municipios de 20 departamentos. Dichos insectos, que hasta hace unos años eran vistos como una amenaza, son los principales depredadores de las mariposas de la especie Opsiphanes casina, cuyo letal accionar amenaza el sustento de miles de familias palmiculturas en el país.

Según Fedepalma, el cultivo de palma de aceite provee al menos 191.000 empleos directos e indirectos; cifras que evidencian la gran importancia de este rubro para la economía, en el que hay que poner la lupa frente al control de plagas y enfermedades.

En la actualidad, los problemas asociados a las mariposas que fungen como plaga en estos cultivos se tratan con pesticidas especiales; o el uso de feromonas, sustancias que al ser introducidas en estos lugares confunden e interrumpir el ciclo de apareamiento de las misma.

Sin embargo, la acción que va adquiriendo un papel cada vez más protagónico es el control biológico, un método natural en el que se introducen organismos beneficiosos que actúan como depredadores de las plagas, y en el que ha estado trabajando Dana Sofía Forero Leiva, bióloga de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien con la colaboración del profesor Carlos Eduardo Sarmiento Monroy, encontró que la avispa P. infuscatus prefiere hacer sus nidos cerca a las poblaciones de O. casina para alimentarse de ella.

Es la primera vez que se realiza un estudio tan detallado del comportamiento y hábitos de esta polilla en Cesar, una región en la que O. casina ha tenido un impacto negativo, y en la que los productores han pedido ayuda científica para tratar el problema.

El trabajo se realizó en la hacienda La Gloria, que forma parte de un grupo agroindustrial que se dedica al cultivo de palma, con más de 5.000 hectáreas sembradas. Allí, cuando los trabajadores cosechan y cortan la base de la hoja, las avispas aprovechan para sentar sus nidos y dividen las labores, unas van en busca del alimento y otras se quedan en estas particulares casas.

Se hallaron 214 nidos de la especie en la zona, un número que supera con creces a otro tipo de especies de este insecto. La investigadora realizó dos visitas, y pasó días enteros observando el cultivo y el comportamiento de P. infuscatus; luego recolectó muestras del alimento y lo analizó  para determinar si era la oruga; posteriormente, en el laboratorio comparó características como alas y cuerpo para confirmar que era este tipo de avispa.

“Dividimos la plantación en distintas zonas para establecer si preferían vivir y asentar sus nidos en el bosque seco tropical de la hacienda, o en el cultivo. Casi todas se quedaban cerca de las palmas y se llevaban a las orugas de la mariposa plaga a sus casas”, indica la bióloga Forero, quien tuvo la colaboración de integrantes del Laboratorio de Sistemática y Biología Comparada de Insectos.

Añade que, para comprobar la teoría, construyeron nidos artificiales y los ubicaron en estas zonas del cultivo, para que, al cabo de un tiempo, las avispas llegarán y se hospedaran; lo que ocurrió fue que estas dejaron que se murieran los nidos y construyeron otros allí mismo, por lo que son lugares predilectos para ellas, porque se pueden alimentar de O. casina.

Dentro de las variables analizadas, en las que se tenían fotos, coordenadas y todo tipo de apoyo visual, están la cantidad de adultos, si los nidos estaban activos, la cantidad de larvas y huevos encontrados, la altura del nido con respecto al piso, y la distancia a la que volaban en los cultivos.

Uno de los fenómenos más relevantes que se observó en la investigación, fue el de la filopatría, que se refiere a que esta especie de avispas construye sus nidos cerca a los de sus familiares, es decir todas viven cerca del original y en pequeños grupos de 5 avispas, en una conformación de por lo menos 7 nidos, lo cual les ayuda en términos de alimentación y supervivencia.