Las quemas que se salen de control y las acciones irresponsables de algunos turistas que instalan fogatas o dejan residuos de vidrio en el lugar amenazan el área protegida del Distrito de Manejo Integrado (DMI) Cinaruco, ubicado en el municipio de Cravo Norte (Arauca). Para contrarrestar los efectos negativos y prevenir incendios forestales se diseñó un calendario de quemas en el cual se reconoce el uso ancestral del fuego y cómo el trabajo conjunto con la comunidad puede prevenir que los ecosistemas se deterioren.
Entre los municipios de Arauca y Cravo Norte está Cinaruco,
un área natural protegida que fue la primera en el país en ser declarada bajo la
categoría de DMI, figura que protege los ecosistemas naturales y que además
permite el uso de los recursos de manera sostenible para las comunidades
indígenas y llaneras del departamento.
Conformada principalmente por sabanas inundables tropicales,
humedales, bosques de galería y cuerpos de agua provenientes de los ríos
Cinaruco y Capanaparo, esta zona natural se posiciona en el departamento por
sus riquezas en flora y fauna. Sin embargo, en esta área, habitada
especialmente por campesinos, las quemas que se salen de control constituyen un
factor de riesgo.
Con la importancia de conocer que uso le dan al fuego los
actores locales y enumerar que factores inciden en los incendios forestales, el
Grupo de Investigación en Ecología del Paisaje y Modelación de Ecosistemas
(Ecolmod) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá adelantó un
proyecto para generar estrategias que puedan prevenir los incendios forestales.
Del trabajo conjunto con la comunidad local, Parques
Nacionales en cabeza de los encargados del Distrito Cinaruco, bomberos de Cravo
Norte, Defensa Civil y otras instituciones del Estado, se construye un
calendario de quemas, una herramienta gráfica que permite planificar y orientar
las actividades forestales en torno a las quemas, y con ello organizar en
detalle las acciones relacionadas con esta práctica.
“Con este calendario se empieza a describir mes a mes qué
actividades realizan en la zona, y así caracterizar si había acciones que la
comunidad realizara antes de los incendios forestales o, por el contrario, ver
si hay alguna que esté incentivando el uso de fuego más de lo debido”, expresa
la ingeniera forestal Alejandra Reyes Palacios, investigadora de Ecolmod.
En el calendario se observa que el primer trimestre del año
es una época seca con temperatura más alta y más viento, lo que favorece que se
presenten incendios forestales.
“El calendario busca que la comunidad reconozca cuáles son
las épocas del año con mayor ocurrencia y cuáles son esas otras actividades que
se puedan realizar, como las siembras”, señala la ingeniera.
Diferenciar el fuego de los incendios forestales
“Existen muchos factores que hacen que el fuego se salga de
control, como por ejemplo el viento o la humedad de la sabana. No es lo mismo
quemar una sabana con una altura baja y mayor humedad a una completamente seca
y alta”, explica la ingeniera forestal.
Por eso, con la metodología de grupos focales se construye
de manera participativa el Sistema de Fuegos para el área de DNMI Cinaruco,
listando los factores que inciden en los incendios forestales. Dentro de las
capacitaciones, la comunidad ha manifestado que las quemas en la frontera con
Venezuela también tienen una participación en los incendios forestales.
Así mismo se resalta la falta de fortalecimiento
institucional que tiene una incidencia en el manejo del fuego, ya que existen
pocas estrategias para reducir los riesgos por incendios; también una debilidad
relacionada con el manejo oportuno de los desastres para mitigar los efectos
ocasionados por el fuego, y además la presencia de actores armados en la región
que es una amenaza constante.
“Es importante abordar estos procesos a partir de una
educación ambiental y de sensibilización respecto a las sabanas, pues que este
ecosistema esté adaptado al fuego no significa que se deba quemar con
frecuencia, así que es preciso conocer el régimen de uso del fuego para este
ecosistema, y también que si hay un pasto alto y seco este va a ser más
inflamable, por lo que se prenderá con mayor intensidad”, asegura la
investigadora.
Por eso los espacios de capacitación han sido valiosos, ya
que se reconoce que el fuego tiene un rol dentro de los ecosistemas adaptados a
este, además de ser una herramienta de manejo dentro de las practicas
productivas e incluso para la prevención de incendios forestales permitiendo el
manejo de combustibles.