lunes, 6 de mayo de 2024

Mi primer libro de terremotos se suma a la Colección Infantil de la UNAL

 Uno de los mayores retos para la ciencia es poder contarla de manera sencilla, y esto es lo que busca Mi primer libro de terremotos: Sismología para niños, una obra que acerca a los más jóvenes al entendimiento de estos fenómenos naturales y a saber cómo nos afectan en la vida diaria, con ilustraciones y metáforas que harán que incluso los adultos se interesen y quieran seguir aprendiendo sobre este campo.

Según una leyenda japonesa, existe un pez-remo capaz de predecir cuándo ocurrirá un terremoto o sismo, y lo asocia con el dios dragón del mar (Ryūjin), encargado de cuidarlo; se cree que cuando este sale a la superficie y se mueve es porque habrá un terremoto o sismo, y de hecho muchos niños japoneses se interesan por su historia.

Así lo menciona el profesor Germán Andrés Prieto, del Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, uno de los autores del libro, novedad presentada en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) 2024. En él se plasma el esfuerzo por contarles a los niños algo técnico y científico de la manera más interactiva y llamativa posible, ya que ellos se enfrentan a estos temas con un montón de preguntas y ganas de aprender.

“Tratar de explicarles un terremoto a los niños no es fácil, porque hay que buscar la forma de no perder la rigurosidad, entendiendo que no se puede decir algo equivocado. De ahí partió este viaje, con una primera versión que solo descifraban los expertos, pero que con el tiempo se hizo entendible gracias al arduo trabajo y empeño en el proyecto”, asegura el profesor Prieto.

Y precisamente la ilustradora del libro, Carolina Garzón, comenta que fue como tener un manuscrito complejo de términos –al que ella misma se acercó con la curiosidad de una niña– e irlo armando como un rompecabezas para que los pequeños se encuentren con la maravilla de la ciencia y comprendan –junto con sus padres– conceptos que forman parte de la cotidianidad en nuestro planeta.

“Al abrir el libro ellos se encontrarán con temas como la explicación de las capas de la Tierra usando un huevo, y teniendo siempre en cuenta los principios físicos de su funcionamiento. Hay algo que me dejó atónita, y fue cómo desconocemos las magnitudes y escalas de un terremoto, que escuchamos en un noticiero luego de que ocurrió, pero que en realidad no dimensionamos”, afirma la ilustradora, quien ya había trabajado en libros como Mi primer libro de minerales, de la Facultad de Ciencias de la UNAL.

Por su parte, la profesora Clemencia Gómez, del Departamento de Geociencias y coautora del libro, expresa que “el público infantil tiene una curiosidad innata y un montón de preguntas que hacen enriquecedora la labor de enseñar, y que son el verdadero escenario en donde se construye el gusto y la capacidad de acercarse a un mundo como la geología o el entendimiento de los terremotos”.

“Yo estoy de acuerdo con el reconocido astrónomo Carl Sagan cuando decía que ‘para que la ciencia tenga un impacto importante y sirva debe comunicarse’, por lo que estos esfuerzos son invaluables y surgen de una necesidad y un cuestionamiento crítico de los profesores, que nos hemos dado cuenta de que era el momento de acercarnos a este público”, asegura la experta.

Añade que “aunque parece un libro solo para niños, no lo es, pues le sirve a cualquier persona que no sabe sobre este tema y que quiera acercarse con inocencia y desconocimiento a un mundo enriquecedor y lleno de color y brillo para explicar este fenómeno natural y por qué ocurre”.

Al respecto, el profesor Prieto agrega que “cuando nos hablan sobre la magnitud en un terremoto creemos que lo entendemos, pero no es así, lo vemos como un número cercano en una escala, pero tiene una trascendencia enorme en un evento de este tipo; incluso hay gente o ‘expertos’ que dicen poder predecir cuando va a ocurrir un sismo, pero están equivocados, ya que aún no podemos realizar un pronóstico de la nada sobre el cuándo, dónde y en qué magnitud ocurrirá”.

La ilustradora Garzón comenta que “los colombianos debemos entender que, por nuestra ubicación en la Tierra, estamos expuestos a los terremotos. Yo no sabía que existe una formación denominada ‘anillo de fuego del Pacífico’, del que Colombia forma parte y que tiene una gran incidencia en que ocurra un sismo; por otro lado, también desconocía que hay lugares del planeta en los que no tiembla”.

Para los autores, este debe ser el primero de muchos libros que expliquen los fenómenos naturales, pues más adelante quieren hablar de forma sencilla acerca de qué son y cómo funcionan los volcanes, del impacto que tienen las sequías en la vida de las personas, o de por qué se producen deslizamientos, entre otros muchos fenómenos que quieren explicarles a los niños.