La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) le otorgó patente de invención al método para fabricar pilas orgánicas con desechos de caña panelera, cáscara de plátano y semillas de aguacate, lo cual le permitirá a la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) producir y comercializar de manera exclusiva este producto ecológico en el territorio colombiano por un periodo de 20 años.
Las pilas orgánicas se pueden usar en controles remotos de
televisores, en apuntadores, linternas y dispositivos electrónicos del mismo
tipo.
Cuando las pilas cumplen su vida útil tienen un tratamiento
similar al de una fruta, pues “se pueden desechar sin complicaciones, e incluso
aprovecharse como abono para la tierra”.
Así lo asegura el ingeniero físico Favio Nicolás Rosero Rodríguez,
de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas y líder de investigación en
energías renovables y baterías orgánicas de la Universidad Nacional de Colombia
(UNAL) Sede Manizales, realizada junto con un grupo de trabajo interdisciplinar
conformado por estudiantes de las Maestrías en Ciencias - Física, Ingeniería
Física, Química, Eléctrica e Industrial.
La patente de la producción de pilas orgánicas, que forma
parte de los resultados de su tesis para la Maestría en Ciencias – Física,
“permite darle una mayor utilidad a los desechos orgánicos y se pueden utilizar
con potenciales proyecciones y aplicaciones”, como señala el investigador.
“Es genial mostrar, por medio de una invención, el proceso
de hacer ciencia utilizando el método científico y brindando soluciones a
problemas reales de la sociedad”.
“Los dispositivos fabricados ofrecen importantes
proyecciones hacia futuros productos que se pueden utilizar en la industria, ya
que minimizan los efectos sobre el medioambiente y poseen eficiencias cercanas a
los productos que hoy están en el mercado”, afirma.
Considera además que “su cercanía en eficiencia a las pilas
similares del mercado permite seguir trabajando en imponer una nueva tecnología
en la industria”.
Según la Dirección de Asuntos Ambientales, Sectorial y
Urbana del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, el impacto
ambiental de las baterías comerciales depende especialmente del material del
que estén fabricadas. Por ejemplo, las de zinc pueden contaminar hasta 3.000
litros de agua, las alcalinas unos 175.000 litros, y las de mercurio alrededor
de 600.000 litros.
Semillas, cáscaras y bagazo
El investigador explica que “para el proceso de fabricación
de las pilas se utilizó una semilla de aguacate (pepa), una cáscara de plátano
verde y una caña de 50 cm, las cuales se secan en un horno para eliminar
el exceso de humedad, se maceran en un mortero y se tamizan con una malla para
finalmente obtener polvos semifinos de semilla”. Como compuesto electrolítico
se utilizaron los materiales orgánicos, además de cloruro de zinc y de sodio, y
el electrolito fabricado”.
“También se tomaron elementos de las pilas AAA desechadas,se
les retiró el material contaminante, y los casquetes de zinc y el grafito que
quedaron se rellenaron con el químico obtenido”.
Y la labor fue más allá, pues se sintetizó el material a
escala nanométrica, una tecnología más avanzada. “Los materiales llevados a
escalas tan pequeñas potencian sus propiedades y generan unas nuevas, y por eso
es interesante escalarlos a nanopartículas de plata por un método sencillo que
es económico y más ecológico que otros procesos de síntesis”, explica el
investigador Rosero.
Al final, para las 9 pilas se utilizó el 60 % del
material orgánico procesado y el peso aproximado de cada una es de 4,32 g.
Transferencia tecnológica
El magíster de la UNAL explica que esta tecnología formará
parte de un proceso de transferencia tecnológica que se trabajará desde la
OTRI N-LACE, una apuesta para impulsar negocios innovadores en Caldas.
Al respecto, el director de la OTRI, Sandro Villamil Martha,
menciona que “para la adjudicación de la patente de pilas orgánicas es
fundamental contar con las protecciones, porque facilita el proceso de
acercamiento al sector real y mejora las condiciones de transferencia de posibles
negociaciones con empresas interesadas en el desarrollo de esta tecnología para
comercializar el producto en el mercado”.
Por su parte, Elisabeth Restrepo Parra, directora de
Investigación y Extensión de la UNAL Sede Manizales, explica que “este proceso
patentado es el primer piloto; el siguiente paso es formar y capacitar a un
grupo de estudiantes de maestría para continuar escalando el proceso, de manera
que las pilas alcancen mayor voltaje y duración”.
El profesor Rosero concluye invitando a toda la niñez y
juventud a que indaguen en la ciencia, a que se interesen por la investigación
y que sigan este camino maravilloso de ser científico.