miércoles, 9 de abril de 2025

Turismo y contaminación amenazan los manglares del Pacífico

 Lo que impulsa el turismo en la costa Pacífica también está amenazando su equilibrio natural. Una investigación de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) encontró que la contaminación por fosfatos y nitratos –causada por aguas residuales y restos agrícolas– está afectando la regeneración de los manglares en Buenaventura y Tumaco, poniendo en riesgo su biodiversidad y los servicios que les brindan a las comunidades. El impacto de este deterioro sería irreversible si no se toman medidas urgentes.

Los manglares son ecosistemas que, además de albergar una rica biodiversidad, sostienen la vida de comunidades negras e indígenas, las cuales los utilizan para pescar, recoger frutos y obtener materiales de construcción. Así mismo, brindan servicios ecosistémicos esenciales como proteger las costas, purificar el agua y capturar carbono. No obstante, estas funciones están siendo alteradas por acciones humanas como el vertimiento inadecuado de desechos, la acumulación de microplásticos y el uso excesivo de fertilizantes en zonas aledañas.

La investigadora Luisa Fernanda Mondragón Díaz, magíster en Ingeniería Ambiental de la UNAL, estudió la relación entre la concentración de nutrientes en los sedimentos y la estructura de los bosques de manglar en Buenaventura y Tumaco. Su estudio demostró que los bosques cercanos a zonas urbanas y turísticas reciben mayor carga contaminante, lo que afecta su crecimiento y composición.

Para su trabajo se analizaron cuatro sitios con distintos niveles de intervención humana: en Buenaventura se compararon los manglares del bosque de Piangüita –altamente expuestos al turismo y la contaminación– con los de San Pedro, más protegidos por barreras naturales, y en Tumaco se evaluaron los bosques de Bocagrande, situados en una zona turística, y los de Rompido, donde la tala y quema de árboles son frecuentes.

Las muestras se tomaron del agua intersticial de los sedimentos, aquella atrapada entre las partículas del suelo (o sedimento) en un ecosistema acuático, que actúa como un reservorio de nutrientes y otras sustancias químicas influyendo en la disponibilidad de elementos esenciales para las plantas y los microorganismos, y cuya composición puede cambiar por la contaminación, y afectar la salud de los manglares. De las muestras se midió la concentración de nutrientes y su impacto en la estructura de los manglares.

El impacto invisible de la contaminación

“Los resultados revelaron que en Buenaventura las concentraciones de fosfatos y nitratos son más altas, y que estos nutrientes favorecieron la aparición de nuevos árboles, pero más pequeños”.

“En Tumaco los niveles de amonio y nitritos son más elevados, y la alta concentración de estos últimos afectó la regeneración del manglar. Dichos niveles aumentan en época seca, lo que posiblemente obedece al incremento de aguas residuales por el turismo”, afirma la investigadora.

Señala además que “el exceso de nutrientes puede generar eutrofización, un fenómeno en el que la proliferación de algas reduce el oxígeno disponible, lo que perjudica a la fauna y la flora: una acumulación excesiva de fósforo obstaculiza el crecimiento de las plantas, y la reducción del oxígeno en los sedimentos puede aumentar las emisiones de gases como el dióxido de carbono y el metano”.

Este estudio representa un hallazgo fundamental para entender el estado de los manglares del Pacífico colombiano, pues al generar una base de datos sobre la calidad del agua intersticial y los niveles de eutrofización se pueden establecer alertas tempranas y orientar estrategias de conservación.

La investigación  también subraya la necesidad de establecer regulaciones más estrictas en la gestión de residuos y en el turismo en estas áreas sensibles, asegurando la protección de estos ecosistemas esenciales tanto para la biodiversidad como para las comunidades locales.






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