En un esfuerzo coordinado para proteger a una de las especies más emblemáticas del Pacífico colombiano, la CVC, con el apoyo técnico de la Wildlife Conservation Society (WCS), llevó a cabo una serie de acciones preparatorias antes de la temporada de anidación de tortugas marinas en zonas estratégicas como Isla Ají, bajo la jurisdicción del Consejo Comunitario del río Naya, y Punta Bonita, en el Consejo Comunitario del río Cajambre.
Las actividades incluyeron capacitaciones, sectorización de playas y socialización del protocolo de monitoreo comunitario, con el objetivo de reforzar la protección de los ecosistemas marino-costeros y fomentar la participación comunitaria en la conservación de estas especies en peligro.
Durante las jornadas, se realizaron ejercicios de
sectorización de las playas para identificar zonas críticas de riesgo para los
nidos, así como áreas seguras para su posible reubicación, en caso de amenazas
como la marea alta, erosión o presencia de depredadores. También se abordaron
temas como la pesca incidental —una de las principales amenazas para las
tortugas— y el uso de herramientas tecnológicas como GPS y aplicaciones móviles
para sistematizar los datos de monitoreo en tiempo real.
“Estas acciones no solo mejoran nuestras capacidades
técnicas como autoridad ambiental, sino que fortalecen el compromiso y el
conocimiento de las comunidades afrodescendientes que tradicionalmente han
convivido con estas especies. El monitoreo participativo nos permite generar
alertas tempranas y tomar decisiones informadas para proteger a las tortugas
marinas en sus sitios de anidación”, afirmó Maryory Márquez, funcionaria del
Grupo de Biodiversidad de la CVC.
Desde la comunidad de Punta Bonita, los líderes del Consejo
comunitario del río Cajambre valoraron el acompañamiento técnico de la
Corporación. “Nosotras, como comunidad, llevamos años viendo cómo llegan las
tortugas a nuestras playas. Este año, con el apoyo de la CVC y WCS, entendemos
mejor cómo protegerlas, cómo actuar si el nido está en peligro y cómo enseñar a
los niños y jóvenes que estas tortugas son parte de nuestra historia. Es una
tarea que hacemos con amor y compromiso”, explicó Tania Lucia Diaz, integrante
de la Asociación Guardianes del Manglar de Punta Bonita.