La pérdida de hábitat por urbanización costera, la contaminación por residuos sólidos y las alteraciones de los flujos de agua dulce son algunas de las principales amenazas que enfrentan las aves playeras en Tumaco, en el Pacífico colombiano. Así lo explicó el experto ambiental Vinicio Góngora Fuenmayor durante la charla “Aves playeras y estrategias para su conservación en Tumaco”, organizada por el Sistema de Gestión Ambiental (SGA) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) como parte del Evento Ambiental 2025.
Durante el encuentro, transmitido por YouTube y
liderado por la UNAL Sede Tumaco, el investigador destacó que este grupo de
aves incluye especies migratorias como el playero semipalmeado (Calidris
pusilla), que cumple funciones esenciales en los ecosistemas costeros como
el control de insectos y la dispersión de semillas. “Son bioindicadores del
estado ecológico del litoral. Su declive es una señal de alerta sobre la salud
del ecosistema”.
“Además su papel ecológico se extiende al equilibrio de
humedales y zonas intermareales: controlan poblaciones de gusanos arenícolas e
insectos, lo que evita desequilibrios que podrían afectar incluso la salud
humana”, señaló el experto.
También presentó un análisis detallado de las presiones que
están reduciendo la presencia de estas aves en playas, estuarios y manglares.
Entre ellas mencionó la ocupación desordenada del borde costero, el vertimiento
de aguas residuales sin tratamiento y el uso no planificado de playas para
actividades turísticas o comerciales.
A esto se suman amenazas como la cacería furtiva, el uso de
herbicidas en camaroneras y el abandono de piscinas acuícolas, que deterioran
el hábitat de especies fundamentales. Entre otros factores que también afectan
la permanencia de estas aves está la presencia de perros ferales —caninos que
viven en estado salvaje, organizados en jaurías y que suelen perseguir o atacar
a las aves—, la contaminación con residuos sólidos, el ruido y tránsito de
motos en la playa, y la depredación por halcones o serpientes.
Estrategias que nacen en el territorio
Frente a este panorama, el experto propuso fortalecer el
trabajo comunitario como vía para la conservación. “Las estrategias de
protección deben surgir con y para la comunidad. Necesitamos construir
capacidades locales que permitan la apropiación del conocimiento sobre las aves
y su entorno”, indicó Góngora, uno de los creadores de la Fundación para la
Conservación de la Biodiversidad (Guandal) - Tumaco Birding. En ese sentido,
resaltó experiencias exitosas de monitoreo participativo y educación ambiental
con niños, jóvenes y líderes locales en Tumaco.
Igualmente hizo énfasis en el valor cultural que algunas de
estas aves tienen para las comunidades locales. Por ejemplo, la cachimbuja (Numenius
phaeopus) es utilizada por las piangüeras como señal auditiva de que la
marea sube, permitiéndoles saber cuándo deben regresar del manglar. Otras, como
el meniaculito, son reconocidas por sus movimientos característicos y se
integran al saber popular.
Respecto al cambio climático, alertó que “algunas especies
están adelantando su llegada migratoria a Tumaco, lo que estaría asociado con
alteraciones en sus ciclos reproductivos en el hemisferio norte. Aunque aún no
hay estudios concluyentes, esta es una línea de investigación urgente”.
También compartió hallazgos sobre especies migratorias que,
de forma inusual, han comenzado a reproducirse en playas de Tumaco, como el
chorlito (Anarhynchus wilsonia), a pesar de las perturbaciones humanas.
Esta ave ha desarrollado una estrategia reproductiva escalonada que le permite
anidar dos veces por temporada, lo que aumenta sus posibilidades de éxito.
Así mismo planteó la necesidad de integrar estos esfuerzos
con políticas públicas y ordenamiento territorial, subrayando que “las
soluciones deben ser interinstitucionales, pero con el corazón puesto en la
comunidad”.
La charla se inscribe en una serie de encuentros virtuales
que buscan sensibilizar sobre los retos ambientales más urgentes en los
territorios colombianos, en el marco del Evento Ambiental 2025 de la UNAL.