martes, 23 de noviembre de 2021

Aumento de temperatura de la Tierra será inminente en 30 años

 Aunque en 2050 nuestro planeta habrá alcanzado un aumento de la temperatura de 1,5 °C, con la reducción de dióxido de carbono, metano y otros gases de efecto invernadero se lograría una estabilización que evitaría llegar a los 2 o 3 °C, que en Colombia afectaría en mayor medida el norte y sur de la región Andina.

“Que la Tierra alcance un calentamiento de 1,5 °C es inevitable, y aunque tras el Acuerdo de París los países buscan su estabilización, eso no significa menos riesgo, pero sí que se debe pensar en la adaptación a los cambios. No obstante, que reduzcamos el calentamiento significará menor inversión de recursos en adaptación.”

Así lo resalta Paola Arias, investigadora de la Universidad de Antioquia (UDEA) y una de las invitadas a la tertulia “Cambio climático o crisis civilizatoria”, organizada por la Asociación de Profesores (APUN) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

En el encuentro, los invitados analizaron las implicaciones de los dos últimos reportes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los cuales evidencian, por un lado, la responsabilidad del ser humano en el aumento de la temperatura global y las implicaciones de sus acciones en los cambios del clima, como las olas de calor, el aumento de lluvias en algunas zonas del planeta y las sequías, entre otros fenómenos climáticos sin precedentes en miles de años.

“Algunas de estas condiciones climáticas conducen a impactos, por ejemplo en la agricultura en regiones costeras, oceánicas y vida silvestre, entre otras, sin embargo, de forma generalizada se ve la disminución de las heladas y los extremos fríos, aumento en el nivel del mar, inundaciones costeras, erosión costera y la acidificación de los océanos, que se proyectan a lo largo del siglo XXI”, mencionó la experta.

Amazonia, otra víctima de la deforestación

Por su parte el profesor Germán Poveda, de la UNAL Sede Medellín, resalta la importancia que ha cobrado la deforestación, una práctica anclada al cambio climático, ya que al menos el 20 % de los gases con efecto invernadero se emiten a causa de esta práctica humana.

“Un 20 % de la cuenca Amazónica está deforestada, por lo que la Amazonia colombiana también empieza a ver impactos con efectos económicos, ecológicos y biológicos”, advierte.

Una de las implicaciones más preocupantes es el hecho de que la deforestación reduce las lluvias en esta importante zona del planeta. Esto ocurre porque cerca del 50 % de las lluvias se producen por evaporación y las zonas deforestadas impiden que se dé ese proceso, generando sequías no solo para el entorno sino también para las comunidades que lo habitan.

“Es posible salir de la encrucijada”

Según el profesor Poveda, “para no caer en consecuencias irreversibles en el mediano plazo a causa del cambio climático, lo primero que se debe hacer es que todos los países dejen de usar y subsidiar combustibles fósiles, ya que a ese subsidio no se le adjudica el costo del daño ambiental que está haciendo”.

“Los combustibles fósiles están altamente influenciados por el precio del petróleo en los mercados internacionales, por lo que se debe acelerar la transición a energías limpias y renovables. También se debe trabajar en distintos planes de adaptación al cambio climático, ya que a estas alturas muchos de los efectos esperados son irreversibles”.

“Existe una gran asimetría, no en la elaboración de esos programas sino en su implementación, por lo que es necesario actualizar esas estrategias y adaptarlas; algunas de las acciones basadas en la naturaleza son el uso de manglares como protectores costeros, resguardo de bosques, entre otras, pero se necesita que tanto la economía como la ciencia y el modelo de desarrollo de cada país sea honesto con el medioambiente”, precisó el docente de la UNAL.



  





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