A la hora de realizar sus proyectos, los proponentes de obras de infraestructura –como hidroeléctricas, producción de hidrocarburos, vías y puentes, entre otras– no consideran los impactos ambientales acumulativos, en parte por el desconocimiento que rodea la aparición de estos indicadores, y en parte por la ambigüedad normativa.
Así lo determinó estudiante Lesly Villamil Rivera en su
trabajo de grado para la Maestría Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad
Nacional de Colombia (UNAL), quien analizó 25 casos de proyectos presentados a
las autoridades ambientales entre 2015 y 2019, 10 del sector de hicrocarburos,
9 de infraestructura, puertos, plantas de tratamientos y túneles, y otros 6 del
sector de energía.
El 56 % de esta muestra no tenía un método específico
para identificar los impactos ambientales acumulativos, a pesar de que estos se
incluyen en los lineamientos para la Evaluación de Impactos Ambientales (EIA).
Aunque esta evaluación se contempla en países como Estados
Unidos y Canadá, en Colombia es un campo de acción nuevo, por lo que a los
proponentes o contratistas de obras se les dificulta identificar tales
impactos.
“Para muchas de las actividades en una obra, por ejemplo de un pozo petrolero, se tienen que retirar capas vegetales, lo que implica el desplazamiento de fauna silvestre; esta acción empieza a interactuar con otra y generan sin
ergias que no existían antes en los ecosistemas intervenidos, pero
no se les presta mucha atención”, detalla la estudiante Villamil.
Agrega que “debido a la ambigüedad en las normas, los proponentes
hacen su propia interpretación de estas y terminan ajustándolas a sus
intereses”.
Después de recopilar información bibliográfica y revisar los
requisitos normativos existentes en Colombia para el otorgamiento de una
licencia ambiental, la investigadora encontró que “los impactos acumulativos
ambientales sí son mencionados, pero no se describen ni se dan recomendaciones.
Cuando la norma es tan confusa se puede prestar a muchas interpretaciones”,
subraya.
En la revisión de los 25 estudios de impacto ambiental, la
estudiante indagó por el desempeño de la evaluación de los impactos
acumulativos y evidenció que la identificación de estos es el aspecto que
mayores dificultades experimenta.
Al aplicar la metodología propuesta en el estudio de impacto
ambiental de un parque eólico en La Guajira, se identificaron 7 impactos con un
alto nivel de riesgo, entre ellos la pérdida de cobertura vegetal, la
activación de procesos erosivos, las molestias en las comunidades indígenas
aledañas, el riesgo para las aves y otras afectaciones a fauna silvestre.
“Después de identificar estos impactos, los pusimos a
interactuar y nos generaron unas redes en las cuales reconocimos, por ejemplo,
que el impacto de las molestas ocasionadas a la comunidad era una de los más
delicados, por la modificación del paisaje que iba a generar el proyecto”,
menciona la investigadora.
Otro impacto de acta relevancia está asociado con los
efectos erosivos propiciados por las excavaciones, debido a los cambios que
esta situación generaría en la capacidad del suelo para conservar agua potable,
un recurso que escasea en esta región.
Esfuerzo institucional
Frente a este panorama, y con base en los resultados de su
estudio, la estudiante de la UNAL propone usar la matriz propuesta es su
estudio y generar escuela de formación para identificar estos impactos.
En ese sentido, agrega que “se requiere un gran esfuerzo de
las autoridades ambientales para proveer información a los contratistas de
obras de infraestructura, porque si no existe información actualizada es
difícil que ellos identifiquen la acumulación de estos impactos”.
También recomienda que para identificar dichos impactos se
tenga en cuenta la participación de las comunidades, más allá de los talleres
de socialización que se realizan para informarles sobre determinado proyecto.
Por último, sostiene que no identificar a tiempo los
impactos acumulativos llevaría a afectaciones sobre el turismo, la seguridad
alimentaria y el acceso al agua potable, entre otros aspectos.
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