La riqueza natural, ambiental y biológica de la Serranía del Perijá es innegable: a lo largo de sus 310 kilómetros de extensión se encuentra una importante variedad de especies animales, árboles, plantas, cultivos y cuerpos de agua que la han convertido en una gran despensa agrícola e hidrográfica.
Este imponente sistema montañoso, ubicado en la parte más
septentrional de la cordillera Oriental, abarca varios municipios de los
departamentos del Cesar, La Guajira y Norte de Santander, y también una zona
del estado Zulia en Venezuela.
En el Cesar recorre 17 de sus 25 municipios, muchos de los
cuales fueron visitados por las profesoras Claudia Mosquera Rosero Labbé y
Lucía Eufemia Meneses Lucumí, en el marco del proyecto Laboratorio de Paz
Territorial, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede de La Paz.
Ellas estuvieron en veredas, corregimientos, fincas y
caseríos, evidenciando todo lo que brinda la Serranía a la población rural y al
planeta a través de su gran producción hídrica, la biodiversidad y los diversos
climas que la convierten en un importante patrimonio para el país.
Durante sus recorridos se encontraron con campesinos,
emprendedores, ganaderos, artistas, indígenas, docentes y empresarios del
turismo, que fueron considerados como personajes emblemáticos del departamento
del Cesar y cuyas historias forman parte del Laboratorio de Paz Territorial.
Para las docentes fue maravilloso encontrar relatos de
superación, de lucha y de fortaleza, pero, sobre todo, muy humanos, en los que
los protagonistas destacan todo lo que brinda la Serranía del Perijá tanto a
sus vidas como al medioambiente.
En este territorio, considerado como una gran fábrica de
agua, junto a la Sierra Nevada de Santa Marta, apreciaron cultivos de café,
cacao, árboles frutales, hortalizas, ganadería, minería, y sobre todo bellos
paisajes que invitan a disfrutarlos.
Para las investigadoras fue muy importante conocer proyectos
productivos resilientes de personas que sufrieron el conflicto armado y las
acciones de los grupos violentos, pero que han decidido vivir en esperanza,
sacando adelante sus iniciativas familiares y grupales, con las cuales están
aportando a la economía de la región.
La Serranía del Perijá abarca una gran variedad de climas,
desde el húmedo que se presenta en el sur hasta el seco en el norte, pasando
por los cálidos, fríos, templados y el páramo, todos aptos para su desarrollo
agrícola y que las docentes recorrieron durante su investigación
También conocieron el sistema hidrográfico de la Serranía,
compuesto por caños, fuentes, ríos y quebradas que alimentan el complejo
cenagoso de la Zapatosa y que llegan al río Magdalena.
Dentro de los hallazgos registrados por las investigadoras
está la importante producción de alimentos que se da en estos territorios,
donde se cultiva gran parte de lo que se consume tanto en el Cesar como en los
departamentos vecinos.
“Hemos encontrado flujos comerciales que se dan a través de
diferentes iniciativas de mercados campesinos, asociaciones y organizaciones
empoderadas, a las cuales creemos que hay que apoyar porque se han convertido
en agentes económicos territoriales y muchos productos agrícolas que son
susceptibles de ser investigados y de desarrollar cadenas productivas”, afirma
la profesora Mosquera.
Muchos de los entrevistados que formarán parte de las más de
100 semblanzas que saldrán como resultado del proyecto, habitan en la Serranía
del Perijá y han sido consideradas como emblemáticas a nivel microlocal, por lo
que en un libro se destacarán sus valores, sus actividades, sus experiencias y
sus proyectos.
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