jueves, 31 de octubre de 2024

Reclutamiento de árboles: así funciona una restauración de bosques exitosa

 Recuperar los árboles de una zona deforestada no solo depende de la siembra de vegetación, sino también del tipo de especies plantadas, la sombra que dan y la visita de aves y murciélagos que permiten dar paso a nuevos individuos, un proceso conocido como reclutamiento.

Un estudio adelantado en Medellín, en parcelas restauradas de los corregimientos de Santa Elena, San Cristóbal, San Antonio de Prado, San Sebastián de Palmitas y Altavista, encontró que el 80 % de los nuevos árboles en crecimiento estudiados son especies distintas a las plantadas hace 10 años en el marco de una iniciativa de reforestación. Algunas de las claves para el éxito son la cobertura del dosel (copa de los árboles), la pendiente y las características del suelo .

Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo, los 10 lugares de Colombia donde más se siembran árboles son Medellín, Pasto, Barbosa, Barranquilla, Florencia, Bojacá, Buesaco, Almaguer, San José del Guaviare y Funza.

Desde 2009 Medellín tiene una de las iniciativas de restauración más extensas de la Región Andina, llamada “Más bosques para Medellín”.

“Consiste en la plantación mixta de 115 especies nativas en las zonas rurales o corregimientos, y hoy van 750 hectáreas restauradas. Sin embargo, aunque la siembra de árboles o restauración ecológica es una forma de recuperar los bosques, el monitoreo a largo plazo suele ser escaso, por lo que no se sabe qué factores están tras el éxito o el fracaso de estas iniciativas”, explica la investigadora Marina Piquer Doblas, magíster en Bosques y Conservación Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.

Por eso ella estudió si efectivamente estas zonas reforestadas en el Valle de Aburrá se están convirtiendo en ecosistemas de bosque andino, sobre todo con base en el crecimiento espontáneo de especies distintas a las plantadas artificialmente. “Para eso evaluamos 22 parcelas, enfocándonos en los árboles de más de 80 cm de altura y que no tenían placa de identificación”, agrega.

Buenas noticias y claves para el futuro

El crecimiento de otros individuos se conoce como “reclutamiento”, ya que el mismo bosque, con sus dinámicas, se encarga de promoverlos. “Hicimos una caracterización de estos nuevos árboles teniendo en cuenta su altura, diámetro, si eran nativos, cuáles eran los más abundantes, cuál era la condición del suelo, etc., todo ello tomando muestras y fotografías”, cuenta la investigadora Piquer.

Así mismo registró la cobertura del dosel, es decir cómo las copas de los árboles más altos dejan pasar la luz del sol, y así evaluar la competencia a la que se estaban enfrentando los árboles en crecimiento. “Aunque en todos los predios se habían hecho las mismas actividades de reforestación, vimos que unos tenían más éxito que otros, por lo que hicimos correlaciones entre distintos factores”, comenta la investigadora.

En el estudio se registraron 1.903 individuos reclutados, el 81 % de los cuales fueron especies distintas a las sembradas en el proyecto anterior, y los géneros más abundantes son: MiconiaPalicoureaMyrsine y Verbesina. “Se trata especialmente de árboles pioneros, es decir que crecen muy rápido, pueden competir con el pasto y no necesitan de condiciones muy especiales como la sombra. Después de ellos pueden llegar otras especies, e incluso fauna más específica”, comenta.

El equipo de trabajo constató que la vegetación reclutada proviene de semillas dispersadas por animales, como algunas aves y murciélagos, que tienen pocas restricciones para desplazarse en entornos urbanizados o poco favorables. “Con respecto a las condiciones más favorables, vimos que las parcelas más pendientes tienden a albergar mayor densidad de individuos, pues sus suelos presentaban un porcentaje de arcilla más alto, lo que los hace más fértiles”.

la riqueza y la diversidad, por lo que recomienda plantar especies pioneras como el arboloco (Montanoa quadrangularis), que ayudaría a dar más sombra. “También identificamos que cuanto más bosque había alrededor de las parcelas, más densidad de reclutamiento obteníamos, probablemente porque los animales se mueven más cómodamente y dispersan más semillas”.

Estos hallazgos, además de ser alentadores, permitirían elaborar planes de reforestación más efectivos considerando el uso anterior del suelo, por ejemplo en los que antes se hizo ganadería extensiva, que necesitan tratamientos especiales para regenerarse. En la investigación se determinó que los suelos que tuvieron pastos mejorados tienen una menor densidad de reclutamiento que las que tuvieron pastos nativos o cultivos de pan coger.

“Además, esta investigación abre la frontera del conocimiento que se ha cerrado a los estudios del Trópico, dejando relegados los ecosistemas de alta montaña, que en Colombia son fundamentales porque es donde se concentra la población y buena parte de la deforestación”, concluye.

Este estudio fue dirigido y co-dirigido respectivamente por los profesores Luis Fernando Osorio Vélez y Guillermo Antonio Correa Londoño, del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Medellín.






viernes, 25 de octubre de 2024

Cambiar biodiversidad por geodiversidad, paso fundamental para una protección efectiva

 Hablar de geodiversidad, y no solo de biodiversidad, implicaría una protección más integral de la naturaleza, nuevos retos para la ciencia, las políticas públicas, las leyes y la conservación del patrimonio natural. Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo por km2 gracias a su diversidad geológica, que va desde suelos áridos hasta casquetes de hielo, montañas, rocas y aguas, tan amenazadas por la actividad humana como los animales y las plantas.

Colombia es el único país de Sudamérica que tiene costas en los dos océanos, Atlántico y Pacífico, con distintos niveles de salinidad, temperatura y densidad. Además tiene selvas húmedas, zonas pantanosas y nieves perpetuas.

“La variedad fisiográfica y geológica hace que todas las formas de vida, plantas y animales también se manifiesten de distintas maneras”, explicó el profesor Sergio Andrés Restrepo Moreno, geólogo adscrito al Departamento de Geociencias y Medio Ambiente de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, durante su participación en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) que se adelanta en Cali.

Partiendo de una idea reciente entre los científicos –uno de los primeros artículos sobre el tema data de 2020–, el profesor Restrepo planteó que el término “geodiversidad” sería mucho más amplio y completo que el de “biodiversidad”, una idea que incidiría no solo en el discurso sino también en la investigación y en las políticas públicas para la conservación.

“Pensemos en las más de 26.000 especies de grillos descritas hasta la fecha. Sus diferencias dependen del contexto geológico en el que viven: temperatura, tipo de suelo o disponibilidad hídrica, entre otros factores, lo que nos demuestra que, en esencia, los procesos geológicos son los que garantizan la supervivencia y el funcionamiento de los ecosistemas”, precisó.

Geodiversidad amenazada

Colombia tiene tres puntos críticos, o hotspots ecológicos: los Andes tropicales, el Caribe y el Tumbes-Chocó-Magdalena, es decir tres zonas megadiversas fuertemente amenazadas por las actividades humanas.

“Existen formas muy crueles de explotar la naturaleza, proyectos empresariales legales, pero no siempre legítimos, que sacan maderas finas, carbón, petróleo, oro y cobre que soportarán la transición energética. Por eso es pertinente plantear: ¿debemos hablar del cuidado de la geodiversidad más que del de la biodiversidad?”, agregó.

En el concepto “geo” se inscribe un mundo más amplio: la diversidad biológica, cultural, climática, hidrológica y topográfica. “Este cambio de términos modificaría las agendas de estudio, plantearía nuevos retos para las ciencias de la Tierra y del medioambiente, abriría nuevas prácticas de laboratorio y nuevas discusiones en torno al patrimonio geológico y la conservación de elementos como minerales, suelos y paisajes”.

La vida cambia porque la Tierra cambia

El profesor Restrepo, quien ha estudiado algunos de los períodos más prematuros de la Tierra, explica que “hoy se están interrumpiendo ciclos naturales que han permitido ‘evolucionar’, es decir pasar de organismos unicelulares como los del Precámbrico a otros más complejos como los del Paleozoico”.

“Pensemos en las cinco extinciones en masa que ha habido. La Tierra se ha creado y regulado a sí misma durante millones de años. No obstante, la sexta extinción (la actual) es muy distinta en cuanto a velocidad, y sería la primera ocasionada por una especie consciente”.

Según investigaciones lideradas por el profesor Restrepo, hace millones de años algunas zonas de Antioquia presentaban tasas de 0,1 a 0,02 mm de erosión por año (mm/año), mientras que hoy solo la actividad agrícola ocasiona tasas promedio de 10 a 100 mm/año, cuando la formación de suelo ocurre a cerca de 0,1 mm/año.

Un caso de estudio: la Sierra Nevada de Santa Marta

Actualmente el profesor Restrepo y dos estudiantes –uno de maestría y otro de doctorado– estudian la relación entre biodiversidad, geodiversidad y diversidad cultural en la Sierra Nevada de Santa Marta, el sistema de montaña costera más alto del mundo, con climas y geoformas diversas que han permitido el asentamiento de cuatro grupos indígenas: kogui, arhuaco, wiwa y kankuamos.

“Confirmar, como lo han hecho otros autores, que todo está interconectado, nos permitirá diseñar estrategias de conservación más efectivas. No debemos hablar solo de animales y plantas, sino también de culturas y elementos abióticos o ‘inertes’ como el suelo, máxime cuando en zonas como la Sierra se prevén grandes proyectos mineros para la extracción de cobre. Es un hecho histórico que la COP16 esté aquí, pues como país tenemos toda la autoridad y la evidencia para plantear discusiones como esta”, concluye el docente.









jueves, 24 de octubre de 2024

UNAL firma compromiso con la biodiversidad en la Reserva Bosque de Yotoco en acto simbólico

 Las directivas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) reafirmaron el pacto para proteger una de las áreas con mayor biodiversidad del país: la Reserva Forestal Bosque de Yotoco, en el Valle del Cauca, seleccionada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible como Zona Verde de la Conferencia de las Partes (COP16).

La Reserva, protegida por la UNAL desde 1959, abarca 559 hectáreas de bosque húmedo subtropical y es símbolo de la expresión de la diversidad biológica, pues aquí se encuentran 750 especies de plantas, 449 de aves y 68 de mamíferos –como el emblemático mono aullador y la amenazada pava caucana–, solo por señalar algunas cifras.

Allí, el rector de la UNAL, profesor Leopoldo Múnera Ruiz, y otras directivas académicas sembraron árboles nativos y dieron inicio a la COP16. En solo tres días del evento sobre biodiversidad más importante del mundo se inscribieron 1.000 personas para visitar esta zona, que se abrió al público para que conozca la naturaleza que se busca proteger.

Como parte del compromiso institucional con la biodiversidad, el rector Múnera inició oficialmente el evento mediante la firma de un retablo que permanecerá en el lugar como recordatorio del esfuerzo compartido, en el cual quedaron marcados los mensajes dedicados al cuidado de los recursos naturales y genéticos que se salvaguardan en la Reserva. El Rector estuvo acompañado de las directivas académicas, investigadores, estudiantes y miembros de la comunidad local.

“La Reserva no es solo un espacio de estudio, sino un santuario de vida que debemos cuidar y proteger para las generaciones futuras”.

Como acto simbólico, el rector de la UNAL sembró un guayacán manizaleño que crecerá hasta 20 m de altura y del cual brotarán flores de pétalos blancos y estambres largos color blancuzco.

Por su parte, la profesora Luz Estella Cadavid Rodríguez, vicerrectora de la UNAL Sede Palmira, sembró un monte frío, árbol que crece en los bosques húmedos de la Región Andina y que es reconocido por atraer aves; y el profesor Gonzalo Andrade, director del Instituto de Ciencias Naturales (ICN), plantó un arrayán blanco.

Este ecosistema vital para la preservación de especies resguarda una rica variedad de fauna, entre ellos insectos como la mariposa monarca, 26 especies de anfibios y 32 de peces de agua dulce; y flora que incluye orquídeas, plantas nativas como el cedro amarillo, el aguacatillo y la jigua.

Por ello, el rector de la UNAL afirmó que “el futuro de la sostenibilidad depende de nuestro compromiso hoy. […] La Universidad tiene un papel esencial en la conservación del ambiente, no solo como generadora de conocimiento, sino también como garante de la protección de estos territorios que son el corazón ecológico de la región”.

Además de ser un laboratorio ambiental esencial para la investigación científica y académica, la Reserva ofrece alojamiento, senderos interpretativos y un mirador que les permite a científicos y visitantes nacionales e internacionales conectarse con la naturaleza.

“Aquí uno se siente vivo, contrario de lo que sucede en la ciudad, aquí la vida brota de todas partes, está en el camino, en la vegetación, en los árboles, en los animales, aquí está reflejada la vida de la Universidad”, agregó el profesor Múnera.

Por su parte, el profesor Andrade, del ICN, se comprometió a “seguir apoyando la conservación y protección de la Reserva de Yotoco por todos sus aportes a la conservación de la biodiversidad, el fomento de la investigación científica, la educación ambiental y la valoración de los servicios ecosistémicos”.

A su turno, la vicerrectora de la Sede Palmira aprovechó el espacio para plantear la necesidad de “transitar de un enfoque extractivista centrado en el hombre y su postura de dominación, a uno horizontal en el que reconocemos que somos otra especie en la naturaleza y propendemos por la conservación de todas las formas de vida”.

La COP16 representa una oportunidad única para que visitantes locales e internacionales no solo conozcan la riqueza de la biodiversidad en el Valle del Cauca, sino que también apoyen los emprendimientos sostenibles de la región, ya que podrán interactuar con proyectos que promueven la conservación ambiental, el uso responsable de los recursos naturales y el fortalecimiento de las comunidades rurales, enfocados en áreas como la agroecología, el ecoturismo, la acuicultura y la producción sostenible.

Un laboratorio vivo natural

En la Reserva de Yotoco, estudiantes, investigadores y docentes llevan a cabo estudios sobre biodiversidad, ecología y conservación. Cada año más de 2.000 visitantes, entre los que se encuentran académicos y científicos nacionales e internacionales, desarrollan proyectos de investigación que tienen un impacto directo en la preservación de especies y el mantenimiento de los ecosistemas.

Uno de los grandes logros recientes en la Reserva ha sido el aumento de la población de la pava caucana, una especie endémica y en peligro de extinción. Mientras que en 2006 se registraban entre 6,5 y 10 individuos por km2, este año los estudios revelaron una densidad de 46 ejemplares en la misma área, lo que representa una recuperación significativa para esta especie amenazada.

Además de la pava caucana, otras especies notables como el tucán rabirrojo y la guacamaya se han avistado en la Reserva, lo que indica que el hábitat natural está en proceso de recuperación. Estos resultados son alentadores para los conservacionistas y destacan la efectividad de las estrategias de gestión ambiental implementadas por la UNAL.












miércoles, 23 de octubre de 2024

UNAL, UIS, Uniandes y Univalle plantean estrategias para enfrentar riesgos de la biodiversidad en Colombia

 Durante el conversatorio “El quehacer de la educación superior frente a los retos de la biodiversidad y el cambio climático”, realizado en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), rectores y directivas académicas de reconocidas instituciones de educación superior destacaron la necesidad urgente de replantear las estrategias y hacer alianzas para salvaguardar los recursos naturales y genéticos en el país.

En el evento académico, realizado en el auditorio principal de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, los rectores de la UNAL, Leopoldo Múnera Ruiz, y de la Universidad de los Andes, Raquel Bernal, así como directivas académicas de la Universidad Industrial de Santander (UIS) y la Universidad del Valle (Univalle), discutieron sobre la crisis de la pérdida de biodiversidad y propusieron algunas iniciativas para su conservación.

Durante su intervención, el profesor Múnera hizo una reflexión a través de cuatro escenas para abordar este desafío global. En la primera advirtió el incumplimiento de las metas desde la firma del Convenio sobre Diversidad Biológica, señalando que, “aunque existen compromisos y se han implementado acciones tanto nacionales como internacionales, la biodiversidad continúa en una situación crítica”.

“A pesar de los esfuerzos, un informe reciente revela que solo seis de las 20 metas planteadas en Aichi, Japón, durante la COP10 se han logrado parcialmente, lo que ha llevado a la creación del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal en 2022; no obstante, la situación sigue siendo alarmante, con una reducción del 73 % en el tamaño de las poblaciones de fauna silvestre analizadas en el informe Planeta Vivo, mientras en América Latina y el Caribe la reducción alcanza el 95 %”, afirmó.

En tal sentido, destacó que aunque la UNAL cuenta con 730 profesores dedicados a clases o investigaciones sobre la biodiversidad, la sostenibilidad y el ambiente, y además ofrece 1.284 asignaturas sobre los mismos temas, hay que seguir fortaleciendo este aspecto.

En la segunda escena llevó a cabo un análisis histórico-cultural desde la La vorágine, en la que retomó el centenario de la obra de su autor José Eustasio Rivera, graduado de abogado de la UNAL en marzo de 1917, ya que retrata y denuncia la explotación de la selva y la esclavización de personas en el contexto de lo que se conoce como “la fiebre del caucho”.

El profesor Múnera afirmó que esta novela ofrece una visión que entrelaza las ciencias sociales, naturales y las artes para abordar problemas complejos como la explotación de la naturaleza y la degradación ambiental: “es necesario comprender que la diversidad biológica es indisociable de la diversidad cultural, y que para enfrentar los desafíos actuales se requiere una sensibilidad epistemológica diversa y una creatividad extraordinaria”.

Agregó que “la obra se acompaña de una serie de estudios inter y transdisciplinarios que dan cuenta de la pertinencia del texto para responder y plantear alternativas a los problemas más acuciantes de nuestra época, tales como el cambio climático, la transición energética y la pérdida de la biodiversidad”.

Tercera escena: “la racionalidad dominante y sus límites”

En esta escena, el Rector se refirió a los modelos de desarrollo y los patrones de producción y consumo que, en su opinión, han contribuido al incumplimiento de las metas de conservación. “El paradigma dominante reduce el bienestar colectivo al crecimiento económico, ignorando los límites ecológicos. Pese a las advertencias, nos seguimos comportando como si el crecimiento ilimitado fuera sostenible, cuando los datos indican lo contrario”.

Para el profesor Múnera, el mito del progreso y el crecimiento ilimitado, ahora colorido de verde, se presenta como una solución para revalorizar la naturaleza, enfocando su valor únicamente en términos económicos y promoviendo soluciones basadas en la financiación y capitalización de la crisis ambiental, un enfoque que les permite a algunas empresas eludir la transición energética mientras otras consolidan nuevos mercados que concentran el poder y la riqueza.

“Mientras los países llamados desarrollados cuentan con tecnologías de punta para capitalizar la biodiversidad, los países periféricos se ven cada vez más obligados a garantizar el acceso de estas empresas a sus bienes comunes, y la conservación se convierte en una herramienta para capitalizar en terrenos como el farmacéutico y el alimentario”, añadió.

En la cuarta escena el rector Leopoldo Múnera propuso adoptar “racionalidades alternativas” que reconozcan los límites naturales y la importancia de una visión integradora. Debemos reconstruir la historia de la bioeconomía, alejándonos del reduccionismo económico que ha caracterizado su uso en la actualidad”.

Por su parte, la profesora Nubia Ruiz, vicerrectora de Investigación de la UNAL, resaltó la importancia de la colaboración en el sistema de educación superior para enfrentar la crisis de la biodiversidad, y destacó la necesidad de trabajar en conjunto desde una nueva racionalidad crítica que invite a docentes e investigadores a construir propuestas de formación para los jóvenes, y que considere las amenazas ambientales.

También resaltó la importancia de la investigación situada y contextualizada, dada la presencia nacional de la UNAL en regiones vulnerables como la Amazonia, Tumaco, el Caribe y la Orinoquia, e hizo un llamado a trabajar con comunidades y sectores económicos, con el fin de generar conocimiento práctico y construir políticas públicas basadas en la realidad de los territorios.

El evento también sirvió como plataforma para resaltar la cooperación entre las universidades en torno a la conservación de la biodiversidad. La economista Raquel Bernal, rectora de la Universidad de los Andes, y el rector Múnera coincidieron en la necesidad de establecer alianzas estratégicas no solo entre instituciones colombianas, sino también con entidades internacionales.














lunes, 21 de octubre de 2024

Conservación entresierras: retos y aprendizajes de la biodiversidad

 En un episodio especial del programa Análisis UNAL como abrebocas a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), que se celebrará del 21 de octubre al 1 de noviembre en Cali, los profesores de la UNAL Sede de La Paz Duverney Chaverra, Carlos Esteban Lara y Teddy Angarita abordaron los desafíos y oportunidades de conservación en la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá, enfatizando en la riqueza biológica y cultural de estas áreas, esencial para la biodiversidad global.

La Sierra Nevada de Santa Marta es un epicentro mundial de endemismo. El profesor Carlos Lara, ingeniero forestal, explicó que “el aislamiento geológico de la Sierra ha propiciado la evolución de especies únicas. Más allá de su biodiversidad, la particularidad más destacable de la Sierra es el alto nivel de endemismos, hay especies que solo existen aquí en el planeta”, afirmó el académico.

Por su parte el profesor Teddy Angarita añadió que en la cuenca del río Cesar, donde se ubica la Sede de La Paz, se encuentra el doble de especies de anfibios que en toda Europa, y un 15 % de estas especies son endémicas, es decir autóctonas de la región. Si una de estas especies desaparece de la Sierra también desaparece del planeta, de ahí la importancia de conservar estos ecosistemas.

Además la Sierra juega un papel esencial en las rutas migratorias de aves que viajan desde América del Norte hacia el sur, las cuales encuentran allí puntos estratégicos de parada haciendo de este lugar un punto importante para su conservación global.

Dos mundos diferentes a 30 km de distancia

Otra peculiaridad destacada por los expertos es la proximidad de dos ecosistemas tan diferentes como la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá, pero separadas por apenas 30 km en línea recta y que ofrecen una enorme biodiversidad completamente diferente. Este contraste ofrece oportunidades únicas para investigaciones biogeográficas y evolutivas. Resaltan que contar con dos mundos tan distintos a una distancia tan corta es algo único en el planeta.

Además no solo la biodiversidad se mueve entre estas dos montañas, pues también hay un movimiento de cultura. “Hay una participación muy grande de culturas ancestrales que están en ambos lados y que han marcado la manera en que se han desarrollado las intervenciones humanas alrededor de estas dos localidades”, recalca el profesor Chaverra.

Ciencia y saber ancestral: un diálogo necesario

En la charla también destacó la importancia de integrar el conocimiento científico con las cosmovisiones ancestrales de los pueblos kankuamos, wiwas, koguis y arhuacos. Estas comunidades, que han habitado las sierras durante siglos, ven la biodiversidad, la salud y la vida como un todo interconectado, una perspectiva fundamental para la conservación.

“Entender las conceptualizaciones ancestrales de los pueblos indígenas será un elemento muy importante para que podamos llevar sus saberes a otras dimensiones”, anota el profesor Angarita. Un ejemplo de esta colaboración fue el redescubrimiento del colibrí de Santa Marta (Campylopterus phainopeplus), que estuvo perdido para la ciencia durante más de un siglo y fue avistado en territorio kankuamo.

Conservación como motor de desarrollo

El cambio climático y la degradación ambiental amenazan no solo la biodiversidad sino también a las comunidades que dependen de los recursos de la Sierra. Alteraciones en temperatura y humedad afectan especies cruciales, lo que a su vez impacta los medios de subsistencia locales. Los expertos coincidieron en que la conservación es esencial para mantener los servicios ecosistémicos, como el suministro de agua y el uso agrícola, fundamentales para la región.

La Universidad al servicio del territorio

Desde hace 3 años la UNAL ha fortalecido su presencia en estas áreas a través de programas de monitoreo y proyectos de conservación en alianza con la sociedad civil. El profesor Chaverra enfatizó en que “la Sede de La Paz busca formar talento humano que investigue estos valiosos recursos y que, en última instancia, las mismas comunidades se conviertan en guardianes de su biodiversidad”.

Los profesores manifestaron que la Universidad ha adoptado una postura proactiva en la que el objetivo es acercar la academia a las comunidades y no esperar a que estas vayan a la Universidad, sino que la Universidad vaya a los territorios. El profesor Chaverra invita a reconocer la Sede de La Paz como una apuesta de futuro para la región.

La charla cerró con una invitación a participar en la programación de la COP16 y en el “Foro de intercambio de saberes sobre la biodiversidad en la Sierra Nevada de Santa Marta”, en el que la Universidad participará.











viernes, 18 de octubre de 2024

Con más de 30 eventos y visitas guiadas, la UNAL abre sus puertas a la COP16

 Con exposiciones fotográficas, colecciones científicas, visitas guiadas a museos, avistamiento de aves, presentación de documentales y recorridos por la Reserva Natural Forestal Bosque de Yotoco, las 9 Sedes de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) se darán cita para recibir a los visitantes nacionales e internacionales en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), que se celebrará del 21 de octubre al 1 de noviembre en Cali.

Durante 12 días la UNAL desplegará la agenda académica, científica y cultural que preparó durante meses alrededor del evento mundial más importante sobre biodiversidad, en el que Colombia será el país anfitrión desde la capital vallecaucana, una de las regiones que alberga el mayor tesoro de diversidad de especies de flora y fauna del planeta.

El canto de las aves que habitan en los árboles tropicales de la conocida calle peatonal Bulevar del Río, un camino que se extiende por casi 1.000 m a lo largo del río Cali, formará parte de la banda sonora del Distrito Educación n.o 17 en la Zona Verde de la COP16 donde estará ubicado el estand de la UNAL, fabricado con guadua y otros recursos locales. Allí, investigadores, profesores y estudiantes ofrecerán una variada jornada de conferencias y actividades.

Las puertas se abrirán desde las 9 de la mañana con una agenda itinerante que iniciará con el lanzamiento de la Colección Arboretum Eugenio Escobar Manrique de la Sede Palmira, evento que destacará la diversidad de árboles y arbustos del campus y lo consolidará como un espacio dedicado a la conservación, investigación y educación ambiental.

Durante los días de la COP16, la UNAL dispondrá de rutas desde el Bulevar del Río de Cali hacia el campus de la Sede Palmira, situado en el barrio Chapinero (carrera 32 n.o 12-00). Inscríbete aquí: https://bit.ly/3Y56y3A. De igual forma, en Palmira habrá transporte para movilizar a grupos de estudiantes de colegios, universidades y empresas que deseen participar en la programación. Para acceder inscríbase aquí: https://bit.ly/4gZpvgN.

Es importante que además de la Sede Palmira, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible también incluyó la Reserva Natural Forestal Bosque de Yotoco, custodiada por la UNAL, como parte de la Zona Verde COP16.

Colecciones científicas

Entre las actividades destacadas de la UNAL en la COP16 se encuentra la exposición “Tesoros botánicos: el aporte de cuatro grandes sabios”, que rinde homenaje y exalta el trabajo de cuatro grandes botánicos que dejaron una huella imborrable en el estudio de la biodiversidad colombiana: los sabios Alexander von Humboldt, José Celestino Mutis, José Cuatrecasas Arumí y José Jerónimo Triana.

También se destaca la colección “Cocodrilo del Orinoco: un propósito de conservación UNAL”, con especímenes conservados en la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la UNAL en Villavicencio.

De igual manera podrán apreciar la Colección Maíces Criollos Colombianos, que reúne los ejemplares de 42 razas que representan la diversificación de las mazorcas en el país, así como las muestras del trabajo de conservación del pez gigante del Amazonas pirarucú y el “Aula móvil UNAL: un espacio de divulgación y aprendizaje”, estarán abiertas al público para presentar avances en investigación y extensión en materia de biodiversidad.

El recorrido en la Sede Palmira incluye la visita al sendero ambiental por el camino de las palmas, la huerta universitaria, el oasis, el trino de aves, el jardín vertical y el óvalo central. Mientras que el Museo de Suelos Ciro Molina Garcés presentará su colección de 288 minerales y 100 rocas, el Museo Entomológico más de 30.000 insectos y algunos laboratorios dedicados a la investigación, entre ellos el de Co-creación e Innovación Social y el de Genética y de Cultivos de Tejidos.

En los espacios académicos se desarrollará el conversatorio de rectores de universidades “El quehacer de la educación superior frente a los retos de la biodiversidad y el cambio climático”, que contará con la presencia del rector de la UNAL, profesor Leopoldo Múnera Ruiz; esto será el martes 22 de octubre, a partir de las 9 de la mañana, con la participación de las Universidades del Valle, Industrial de Santander y de los Andes.

Uno de los momentos más esperados será la presentación del documental Los reyes del Orinoco, una producción de Televisión UNAL y la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la UNAL que permite viajar a través de los ríos de la Orinoquia colombiana con un grupo interdisciplinario de científicos, para vivir de primera mano la búsqueda de 14 cocodrilos criados en cautiverio que fueron liberados en su hábitat natural en 2023, evento programado para el viernes 25 de octubre a las 2 de la tarde.

El sábado 26 de octubre se lanzará el documental Liberación río Tomo entre Discovery Chanel y la UNAL en la Casa Humboldt del Centro Cultural Comfandi, a partir de las 5 de la tarde en Cali.

Conozca y prográmese con la agenda completa: https://unal.edu.co/fileadmin/user_upload/docs/COP16/Brochure_COP16-PalmiraUNAL.pdf

31 de octubre con avistamiento de aves

Con el lema “Biodiversidad Viva: Conectando Ciencia y Conservación”, para esta fecha la UNAL celebrará con el Festival de Aves, que contará con jornada de avistamiento, exposiciones, talleres y charlas, evento organizado por el Sistema de Gestión Ambiental de la Sede Palmira.













jueves, 17 de octubre de 2024

51 especies de aves registró la UNAL Sede Orinoquia durante el October Big Day 2024

 Por ejemplo, en diversas áreas del campus de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Orinoquia se avistó al cachaquito gigante o frutero cabeza negra (Nemosia pileata), un pájaro raro en la región que además de Colombia habita en Argentina, Bolivia, Brasil, Guayana Francesa, Guyana, Paraguay, Perú y Venezuela. También se observaron guacharacas (Ortalis ruficauda), periquitos (Brotogeris jugularis) y hasta una pareja de guacamayas rojas (Ara macao), autóctonas de la Orinoquia.

Así, la UNAL Sede Orinoquia se unió al evento mundial de avistamiento de aves más grande del planeta, el October Big Day, que se realiza desde 2015, logrando el registro exitoso de 51 especies en su campus en Arauca.

Bajo la guía del biólogo Andrés Aponte, docente de la UNAL Sede Orinoquia, un grupo de estudiantes realizó el recorrido por diversas áreas del campus, contribuyendo al conteo internacional que celebra la biodiversidad y fomenta la conservación de la avifauna. La jornada empezó el 12 de octubre hacia las 3 de la tarde en la Granja Experimental El Cairo y se extendió por el sendero ecológico del campus, pasando por infraestructuras universitarias y lagunas seminaturales cercanas a la entrada de la Sede.

“Tuvimos la fortuna de observar algunas especies que no suelen aparecer con frecuencia en la zona”, comentó el docente Aponte, destacando que esta experiencia les permitió a los estudiantes conectarse de manera más profunda con la biodiversidad de su entorno.

El October Big Day pone a prueba el conocimiento y la pasión de miles de observadores en todo el mundo y reafirma la posición de Colombia como uno de los países líderes en biodiversidad aviar. En el evento –organizado anualmente por la Universidad de Cornell a través de la plataforma de ciencia ciudadana eBird– los observadores de aves de todo el mundo se suman para registrar el mayor número posible de especies en un solo día.

En 2023 Colombia registró 1.530 especies, ocupando el primer lugar mundial por encima de Perú, Brasil, Ecuador e India. Para este año se espera haber logrado mantener este primer puesto; hasta el momento se sabe que se superaron los récords históricos establecidos, van 7.692 especies observadas y 88.804 listas de verificación enviadas en todo el mundo.

La diversa avifauna de la Orinoquia, desde el campus UNAL

Aunque las cámaras trampa instaladas antes no capturaron especies el día del conteo, sí sirvieron para analizar el desplazamiento de las aves por el campus, por lo que la observación directa fue fructífera, especialmente con la aparición del cachaquito gigante o frutero cabeza negra(Nemosia pileata) de la familia Thraupidae, un pájaro raro en la región que sorprendió tanto a estudiantes como al docente.

“Este fue el hallazgo más sorprendente, ya que esta especie, además de Colombia, habita en Argentina, Bolivia, Brasil, Guayana Francesa, Guyana, Paraguay, Perú y Venezuela. Fue la primera vez que la vi aquí”, detalla el profesor.

Además de esta especie inusual, el grupo también observó otras como guacharacas (Ortalis ruficauda) y periquitos (Brotogeris jugularis), hasta una pareja de guacamayas rojas (Ara macao), todas ellas representativas de la rica fauna de aves de la Orinoquia, por lo que estos registros refuerzan la importancia del campus como un espacio de alto valor ecológico para la avifauna, además de su potencial como laboratorio vivo para el aprendizaje y la conservación.

“Observamos aves tanto locales como migratorias, con una gran variedad en zonas de esteros y en zonas de cultivos mixtos y de infraestructura de nuestro campus. Esto me parece muy importante como aporte para la ciencia, además pudimos aprender mucho de ellas al observar sus colores, las actividades que realizan y su desplazamiento por todo el hábitat” expresó Erick Sánchez, estudiante de Química de la UNAL.

La jornada de observación tuvo un enfoque no solo académico, sino que también fue una oportunidad para fomentar la apropiación del espacio universitario por parte de los estudiantes.

Estas experiencias son una forma de llevar la clase al bosque, de que los estudiantes puedan vivir el campus desde otra perspectiva, no solo académica, sino también personal y de bienestar”, explicó el profesor Aponte. El evento les permitió a los participantes desarrollar un mayor entendimiento sobre la diversidad de especies en su propio entorno y comprender la importancia de la conservación como una práctica diaria.

El biólogo enfatizó en la importancia de crear una conciencia ambiental sólida en los estudiantes: “uno no puede proteger lo que no conoce, y estas iniciativas generan una base de conocimiento fundamental para cualquier acción de conservación. Además les permiten a los estudiantes apropiarse de su territorio y de la riqueza natural que los rodea. Este tipo de actividades son cruciales para formar una nueva generación de profesionales comprometidos con la sostenibilidad”.

La participación en el October Big Day también tiene implicaciones a largo plazo. Los registros obtenidos no solo se suman a bases de datos internacionales que ayudan a monitorear la salud de las poblaciones de aves, sino que además sirven como insumo para futuros proyectos de conservación y manejo ambiental.









miércoles, 16 de octubre de 2024

Bachilleres lideran iniciativa para preservar la biodiversidad del Herveo (Tolima)

 Aves como afrecheros, tórtolas y pavas, y mamíferos como ardillas, osos perezosos, tigrillos y conejos fueron avistados por 37 estudiantes de grados sexto a noveno de la Institución Educativa Alfonso Daza Aguirre, ubicada en la vereda Arenillo de Herveo (Tolima), quienes encontraron en la bioprospección una manera de enriquecer el aprendizaje científico y cultivar la conciencia ambiental. Esta es una ciencia reciente y todavía novedosa en Colombia, cuya tarea fundamental es estudiar los seres vivos y sus potenciales usos y aplicaciones.

Miladiz Aguirre Sánchez, magíster en la Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, afirma que “la ausencia de actividades prácticas en la enseñanza, como la observación, experimentación y análisis en situaciones reales, puede llevar a que los estudiantes perciban el aprendizaje como algo tedioso y desconectado de sus intereses y necesidades”.

“Esto genera un entorno en el cual la participación de los estudiantes es pasiva, lo que obstaculiza el desarrollo de su pensamiento crítico, la estimulación de su creatividad y la aplicación del conocimiento en situaciones de la vida diaria”.

En ese sentido, con su investigación la magíster quiso ofrecerles a los estudiantes la posibilidad de convertirse en agentes de cambio en la preservación de la biodiversidad local, a través de la bioprospección como una herramienta pedagógica eficaz para el aprendizaje de las ciencias naturales en Colombia.

Expertas en el tema, como la profesora de la UNAL Luz Marina Melgarejo, destacan la bioprospección como un enfoque colaborativo que combina saberes tradicionales y científicos en el ámbito educativo, permitiéndoles a los estudiantes explorar la riqueza biológica local y vincular la enseñanza de las ciencias naturales con los problemas de su entorno.

Observación y mucho entusiasmo para aprender sobre la fauna

Para su trabajo, la magíster Aguirre aplicó el instrumento “Evaluar para Avanzar” del Icfes, una iniciativa que les proporciona a los docentes un conjunto de recursos destinados a apoyar y a facilitar los procesos de enseñanza, monitoreo y fortalecimiento del desarrollo educativo de niños y jóvenes, con el fin de diagnosticar el nivel de comprensión de los estudiantes.

Como parte de su trabajo, la investigadora instaló una cámara trampa que escondió en el bosque cercano al colegio, lo que les permitió realizar un monitoreo de la fauna local. 

También coordinó salidas de campo en las que los estudiantes pudieron aplicar técnicas de muestreo como huelleros, binoculares, lupas y guías de campo, e incluso hubo un taller de primeros auxilios.

Zorro perruno, imagen captada por la cámara-trampa instalada en los alrededores del colegio.

 De igual manera, realizó entrevistas a familiares y miembros de la comunidad para recopilar información sobre la presencia histórica de especies en la región.

Así, ella y sus pupilos, de entre 11 y 15 años, observaron alrededor de 40 especies de aves incluyendo afrecheros, cholongos, tórtolas, un águila y mirlas, y 16 especies de mamíferos como ardillas, erizos, guatines, osos perezosos, tigrillos y conejos.

“Este ejercicio y las entrevistas permitieron corroborar una tendencia preocupante y es la reducción durante los últimos 15 años de la diversidad de especies de aves y mamíferos que habitan la región”, menciona la magíster.

Mejoraron el conocimiento

Para este trabajo se realizaron dos pruebas de conocimiento del entorno, antes y después del ejercicio. En la primera los estudiantes mostraron un conocimiento bajo sobre las aves, con un puntaje promedio de 1,74, y sobre mamíferos fue de 2,39.

En la segunda prueba, después de las clases y las actividades de campo, el promedio de conocimientos de los estudiantes mejoró: con respecto a las aves alcanzó 3,16 y en mamíferos de 3,72.

“Los datos muestran que el método de enseñanza utilizado ayudó a que los estudiantes comprendieran mejor estos temas de ciencia como la Competencia de Indagación, crucial para el desarrollo de habilidades científicas que son esenciales frente a los desafíos contemporáneos, la identificación de especies y la evaluación del estado de la biodiversidad”.

“En el ámbito educativo colombiano la indagación se percibe como una competencia específica en ciencias naturales que implica la capacidad de formular preguntas, buscar información y realizar experimentos. Sin embargo, existe una tendencia a abordarla de manera parcial, a menudo confundiéndola con el método científico” anota la magíster.

“Nuestra experiencia impulsó el interés de los estudiantes por la biodiversidad local y fomentó habilidades investigativas como la observación y el análisis. El enfoque innovador serviría como modelo para otras instituciones educativas en el país, destacando la importancia de la educación ambiental en el desarrollo sostenible”, concluyó la investigadora.






martes, 15 de octubre de 2024

Los sedimentos también están secando el río Amazonas

 Desde hace más de dos décadas expertos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) vienen advirtiendo que la sedimentación –es decir el arrastre de lodos, rocas o restos de árboles, entre otros elementos– está provocando cambios drásticos en el curso del río Amazonas, generando barreras e islas que reducen el paso de agua. Las consecuencias de este fenómeno, aunado a la deforestación y los incendios forestales, se han profundizado con la sequía.

como una gigante anaconda, está muriendo de sed, y a su paso las comunidades y los ecosistemas que dependen él también sufren las consecuencias.

El profesor Santiago Duque, director del Laboratorio de Manejo y Gestión de Humedales de la UNAL Sede Amazonia, quien lleva más de 30 años investigando la “salud” ambiental de los ecosistemas acuáticos más valiosos del país, entre ellos el del Amazonas, afirma que “durante el último año este ha venido afrontando una condición atípica hidroclimáticamente; por ejemplo, desde el año pasado se viene presentando escasez de lluvias, lo que ha afectado a varios ríos y quebradas que son sus afluentes –o sea que desembocan en el río–, pues al haber menos líquido su caudal también se reduce”.

“A este aspecto se suma la acelerada sedimentación de los brazos del río hacia el lado colombiano, lo que ha generado consecuencias devastadoras para la biodiversidad y las comunidades que dependen de él”.

El Amazonas nace a 6.000 msnm y recorre 3.000 km hasta su desembocadura en el océano Atlántico; cuando pasa por Leticia lo hace a solo 98 msnm, es decir que tiene muy poca pendiente; esta dinámica es todavía más lenta en los brazos del río, que fluyen más lentamente haciendo que todo el material que trae el río se sedimente, no se mueva, no se transporte, y por el contrario, forme barras e islas y hace que a su paso por Colombia el agua fluya menos.

El académico amplía que “el paso del río es de tipo anastomosado, lo que significa que en algunos sectores se angosta y en otros se ensancha, formando brazos y zonas profundas. Este fenómeno es especialmente relevante cerca de la capital del Amazonas, donde se encuentran los estrechos de Nazareth (comunidad indígena que pertenece al municipio de Leticia) y Tabatinga (Brasil); lo que el río haga en este tramo en procesos de sedimentación y erosión define la geografía de toda la región limítrofe de la frontera entre Colombia y Perú”.

En 2005, en un estudio realizado para el Invías, el profesor Duque y la ingeniera civil Liliana Posada, de la UNAL Sede Medellín, mapearon el río Amazonas y evidenciaron que desde entonces ya había empezado a moverse hacia el brazo peruano, detrás de las islas Rondiña o Chineria y Santa Rosa en Perú.

“Las islas inician como bancos de arena que van quedando y aumentando con los años, lo que permite que colonicen vegetación, consolidando así las islas de cauce (como se les llama) en los diferentes brazos que se construye entre cada estrecho”, señala el profesor Duque.

Menciona además que en desde los años 90 otros estudios del Laboratorio de Hidráulica de la UNAL Sede Bogotá constataron que el río Amazonas había cambiado su trayectoria, pasando de tener un 30 % del caudal hacia el lado colombiano, a un preocupante 13 %, como está ocurriendo hace algunos años, lo que se agrava en este 2024, por haber sido un periodo de sequía extrema de la cuenca en Ecuador y Perú, de donde viene justamente el agua que forma el Amazonas en Leticia.

“El río ha estado moviéndose de un lado para otro porque es un elemento vivo del paisaje, desde hace muchos años él decidió hacia dónde quiere ir, ese es el panorama y es completamente natural” puntualiza.


De hecho, desde hace más de 40 años se ha incrementado la sedimentación haciendo que aparezcan más islas de cauce y otras aumenten de superficie, e incluso que se eleven en el paisaje, como está ocurriendo en la Isla de la Fantasía, ubicada justo al frente del malecón de Leticia .

Impacto de los cambios drásticos del río

El experto en Limnología e Hidrología indica que algunas consecuencias se relacionan la seguridad alimentaria y la pérdida de la biodiversidad, pues el río Amazonas también alimenta lagos circundantes como los de Yahuarcaca (en Leticia) y el sistema de lagos de Tarapoto (en Puerto Nariño).

“Sin agua no hay peces y este es un escenario grave sobre todo para la biodiversidad, porque si el río ya no tiene la dinámica de inundar, entonces los peces ya no entran a esas zonas de lagos”. Es importante mencionar que la conectividad de ríos y lagos en estos dos sectores se está perdiendo, y con ello su productividad pesquera.

Por su parte, la bióloga Dolors Armenteras, directora del grupo de investigación en Ecología del Paisaje y Modelación de Ecosistemas (Ecolmod) de la UNAL Sede Bogotá, advierte que “cada vez que haya tala de bosques, los árboles dejan de hacer su función de filtrador de agua, porque afectan la formación de nubes y las precipitaciones”.

Con respecto a las altas temperaturas asegura que “todo esto es resultado del cambio climático, pero se junta con que tenemos menos agua y temporadas más largas de sequía, creando el coctel perfecto para que se propaguen los incendios forestales, donde ni los animales logran escapar”.

También existen causas naturales para los incendios actuales, la investigadora Armenteras advierte que “en el trópico el 99 % de los incendios son provocados por acción humana intencional, por negligencia o accidental”. Sin embargo, lo más preocupante de estos es la gran pérdida de fauna, que ha llevado a la muerte de innumerables especies de reptiles, anfibios, aves y primates, entre otros.

¿Qué se puede hacer para el futuro?

Además de formar a futuros científicos y profesionales, la UNAL adelanta importantes investigaciones en estos valiosos ecosistemas, contribuyendo a propuestas que permitan traducir la ciencia en políticas públicas más eficaces.

Sin embargo, los profesores Duque y Armenteras coinciden en que es importante trabajar de forma articulada entre la academia y la ciencia junto con el Gobierno nacional, con el objetivo de mitigar los impactos en todos los sectores.

“El Amazonas es un ecosistema vivo y en constante cambio, lo más importante es vivir en armonía con él”, enfatiza el profesor Duque. Por su parte, la profesora Armenteras agrega: “hay impactos en la salud, en la economía y en las comunidades, por eso es importante articularse, porque esto va para largo y hay que evitar que el ecosistema se siga degradando”.