De estos, 33 son completamente nuevos, y los 17 restantes ya se habían reportado, pero ahora todos forman parte del inventario de la Reserva Nacional Forestal Bosque Yotoco (Valle del Cauca), un terreno de 1.224 hectáreas custodiado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira y considerado como un escenario de gran biodiversidad del país, hogar de monos aulladores, orquídeas, la pava caucana y la mariposa monarca, entre otras especies.
Los hongos hallados tienen propiedades medicinales y
culinarias potencialmente valiosas, lo que abre la puerta a futuras
investigaciones en los campos de la industria farmacéutica y gastronómica.
El profesor Diego Fernando Mejía, del Departamento de
Ciencias Básicas y coordinador de la Oficina de Gestión Ambiental (OGA) de la
Sede Palmira, afirma que “la mayoría de estos hongos son comestibles, ricos en
vitaminas, minerales y proteínas, compuestos necesarios para el funcionamiento
celular, el crecimiento y el desarrollo normal”.
“Por ejemplo, algunos contienen vitaminas B, C, D y K,
también son ricos en minerales como hierro y cobre, y su contenido de proteínas
oscila entre el 10 y el 30 %, superando de lejos a muchos vegetales”,
señala el académico.
Agrega que “el hallazgo de esta amplia diversidad de hongos
es el resultado de un exhaustivo estudio realizado dentro de un proyecto de
inversión de la OGA de la Sede Palmira cuyo objetivo es contribuir al
inventario de macrohongos presentes en este ecosistema”.
Para desarrollar su investigación, el docente se incorporó
al equipo a Viviana Motato, talentosa micóloga de la Universidad del Valle
quien durante un año realizó extensas jornadas de campo en la Reserva,
recolectando ejemplares de hongos y documentando de forma exhaustiva su
diversidad de formas, texturas y colores mediante fotografías y registros
detallados.
En estos recorridos se tomaron más de 1.000 fotografías, de
las cuales 614 fueron captadas por el profesor Mejía y 447 por la micóloga
Motato, lo que da cuenta de la inmensa diversidad de hongos que alberga el
ecosistema de la Reserva de Yotoco.
Con este material se creará una colección virtual a la que
podrán acceder investigadores y aficionados, quienes podrán profundizar el
conocimiento de la diversidad micológica que resguarda Yotoco.
“También estamos considerando la posibilidad de establecer
una colección física para promover aún más la educación y el turismo científico
en la Reserva”, indicó el coordinador de la OGA.
¿Horneados o en ensalada?
Los hongos estudiados son llamados macrohongos porque son
visibles al ojo humano –como por ejemplo los champiñones– pero su función va
mucho más allá de darles un toque gourmet a pastas, salsas o
ensaladas.
En la naturaleza, por ejemplo, muchos facilitan la descomposición
de materia orgánica y el reciclaje de nutrientes en el suelo; otros son
depredadores de pequeños organismos y ayudan a hacer control biológico, algunos
son sensibles a cambios en el medioambiente y se pueden emplear como
bioindicadores de la calidad del aire, el agua y el suelo, ya que su presencia
o ausencia ayuda a evaluar la salud de un ecosistema.
Por eso su estudio y preservación es fundamental para
conservar los ecosistemas de Yotoco, y además representarían una opción
alimenticia económica y viable para las comunidades que habitan en este
entorno, tanto las que producen como las que comercializan.
Precisamente como parte de esta iniciativa, hace poco la OGA
presentó otro proyecto de investigación ante el Ministerio de Ciencia,
Tecnología e Innovación de Colombia (Minciencias) para ampliar el estudio de
hongos comestibles presentes en la Reserva, con potencial culinario; también se
pretende identificar especies que se puedan cultivar y utilizar de manera
segura para consumo humano.
“Este enfoque no solo promovería la conservación de la
Reserva al fomentar el turismo y la adopción de prácticas agrícolas sostenibles
con el entorno, sino que también generaría oportunidades económicas para las
comunidades locales que se beneficiarán del proyecto. Además busca enriquecer
la comprensión de los beneficios y propiedades de los hongos, lo que daría
lugar al desarrollo de productos farmacéuticos y nutracéuticos innovadores”,
concluye el docente Mejía.