jueves, 30 de marzo de 2023

LA CVC PARTICIPÓ EN LA NOVENA VERSIÓN DEL CARNAVAL DEL AGUA EN ALCALÁ, LA VILLA DEL SAMÁN

 El tradicional Carnaval del Agua es liderado por la Administración Cooperativa Maravélez - Alcalá ESP, con el apoyo de las demás entidades del municipio y la región

Como ya es costumbre, el municipio de Alcalá, al norte del Valle del Cauca, le rindió un merecido homenaje al recurso hídrico, en el marco de la celebración mundial de su día, que se registró el pasado miércoles, 22 de marzo.

Esta es ya una tradición conocida como el Carnaval del Agua, con una amplia connotación en la región, gracias a la labor de las entidades del municipio. Actividades como esta han sido dinamizadas por la campaña por el orgullo de la subcuenca Los Ángeles, que iniciaron la CVC y la ONG RARE Conservation en 2012.

Se trata de una excelente plataforma de mercadotecnia social, donde los actores locales se unieron en torno al cuidado y la protección del preciado líquido, a partir de la figura de Pagos por Servicios Ambientales-PSA. Esta figura consiste en la entrega de incentivos a propietarios de predios estratégicos que aportan a la preservación del agua.

Fue en esta dinámica donde se destacó la labor de la Administración Cooperativa Maravélez - Alcalá ESP, cuyo gerente, César Augusto García Carmona, se posicionó como uno de los líderes locales más comprometidos por su gran capacidad de trabajo y empoderamiento de las lógicas de esta nueva forma de gestión ambiental en el territorio.

"Aprendimos a trabajar de la mano de la CVC para proteger el agua y hoy, diez años después, nos sentimos muy orgullosos de haber seguido con esta importante labor, de la mano de otros actores de amplias ejecutorias, tanto en el sector público como en el privado", señaló el organizador de este importante evento, al tiempo que recordó a la fallecida funcionaria de la CVC, Gina Julieta Marín Ospina, quien fuera un agente clave en todo este engranaje interinstitucional.

Y es precisamente con una eucaristía, con motivo de su décimo aniversario, que se dio apertura a la programación del carnaval, seguida del también tradicional desfile de comparsas alusivas al agua y a la biodiversidad, donde todas las entidades expusieron sus carrozas decoradas con mucho empeño y creatividad.

"Aprendimos a trabajar de la mano de la CVC para proteger el agua y hoy, diez años después, nos sentimos muy orgullosos de haber seguido con esta importante labor, de la mano de otros actores de amplias ejecutorias, tanto en el sector público como en el privado", señaló el organizador de este importante evento, al tiempo que recordó a la fallecida funcionaria de la CVC, Gina Julieta Marín Ospina, quien fuera un agente clave en todo este engranaje interinstitucional.

Y es precisamente con una eucaristía, con motivo de su décimo aniversario, que se dio apertura a la programación del carnaval, seguida del también tradicional desfile de comparsas alusivas al agua y a la biodiversidad, donde todas las entidades expusieron sus carrozas decoradas con mucho empeño y creatividad.

Cabe destacar, una vez más, que esta experiencia ha marcado el comienzo de una serie de procesos exitosos en torno al empoderamiento comunitario, los cuales avanzan hoy de manera satisfactoria, todo para el beneficio del recurso hídrico en el Valle del Cauca.

Así lo reconoció Nasly Fernanda Vidales González, secretaria de Ambiente y Desarrollo Sostenible del Valle del Cauca, quien aplaudió el apoyo de las entidades y la participación de la comunidad, como muestra de la gran alianza que se tiene en aras del cuidado y la recuperación del preciado líquido en la escena local y regional.









lunes, 27 de marzo de 2023

EN GRAN JORNADA DE LIMPIEZA EN LA CAPITAL DEL VALLE

 La intervención de la recolección de residuos vegetales se realizó en los principales corredores viales de Cali, así como también autopistas, avenidas, parques y zonas verdes.

Más de 100 obreros de las organizaciones que trabajan para la CVC en el mantenimiento del arbolado urbano de Santiago de Cali, realizaron hoy una gran jornada de recolección de material vegetal en 22 frentes de la ciudad.

Las Autopistas Suroriental y Simón Bolívar, la Calle 5, las Avenidas Ciudad de Cali, Sexta, Tercera Norte y Pasoancho, y otros puntos como el Parque de la Babilla, Ciudad Jardín, Meléndez y la Carrera 1 hicieron parte de la actividad en la que se recogieron 80 toneladas de residuos vegetales.

"En coordinación con el Dagma, las fundaciones convenientes de CVC que trabajamos en el mantenimiento arbóreo de Cali, pusimos a disposición toda nuestra fuerza operativa con el fin de liberar a la ciudad de tanto residuo vegetal y así dejarla limpia y bonita en vísperas de Semana Santa", resaltó Anabella Toscano Collazos, coordinadora de CVC para el mantenimiento arbóreo en Cali.

Troncos, ramas, plantas en mal estado y dejadas en sitios no adecuados de la ciudad, que dan mal aspecto, fueron los priorizados en este trabajo que inició desde las 7:00 de la mañana y se extendió hasta alrededor de las 4:00 de la tarde.

Miguel Fernando Vásquez, líder del Grupo de Flora Urbana del Dagma, hizo un llamado a la comunidad, para que haga una adecuada disposición de este tipo de residuos, ni de escombros. "Tras esta limpieza les pedimos a los caleños que no vuelvan a impactar a la ciudad con estos residuos, no los dejen por ahí que se vayan acumulando, cuidemos a Cali para que se vea agradable".


Es de recordar que, a la fecha, y con recursos de la sobretasa ambiental, 25 fundaciones en asocio con CVC han estado realizando el mantenimiento fitosanitario de árboles notables, erradicación de especies invasoras como la Leucaena, así como de árboles secos o enfermos, que corrían el riesgo de caer afectando seres humanos, animales o propiedades.




miércoles, 22 de marzo de 2023

Fortalecimiento de alianzas para defender la conservación de bosques y árboles en los trópicos

Para el día internacional de los bosques, celebramos nuestro trabajo con socios en Asia y el Pacífico, incluido el enfoque holístico al vincularnos con varios actores y partes interesadas para construir una red sólida de campeones en la conservación y restauración de valiosos recursos genéticos forestales.


Las selvas tropicales son el hogar de una rica flora y fauna esencial para la función de los servicios de los ecosistemas y la regulación del clima. Las tendencias recientes sobre la deforestación en los trópicos indican que casi un tercio de la deforestación mundial ocurre en el sudeste asiático debido a factores tanto antropogénicos como naturales; esto da como resultado cambios devastadores en la biodiversidad y las emisiones de carbono entre la mayoría de las naciones en desarrollo. 

Al proteger los bosques de las amenazas antropogénicas, es vital que varios actores en la silvicultura y otros sectores del uso de la tierra trabajen juntos en una asociación estratégica que permita compartir conocimientos, responsabilidades compartidas y acción colectiva para prevenir una mayor pérdida de diversidad genética en los trópicos. En la Alianza de Bioversity International y el CIAT, hemos estado trabajando para tomar medidas para conservar los recursos genéticos forestales a través de la restauración y la conservación mientras trabajamos en estrecha colaboración con socios en Asia. 

El monitoreo y la conservación de la diversidad genética de los bosques y árboles, especialmente de las especies silvestres, como se describe en el Marco de Biodiversidad Global Kunming-Montreal de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, no solo promueve un ecosistema saludable, sino que también hace que el medio ambiente sea más resistente a los cambios climáticos y ambientales. La integración de las comunidades locales en las actividades de monitoreo y conservación es clave para proporcionar las semillas de árboles y las plántulas que tanto se necesitan para la restauración. 

Ahora, aguarda un desafío: ¿cómo conservar algo que sigue siendo poco conocido? De la asombrosa diversidad de decenas de miles de especies de árboles tropicales y subtropicales, solo se ha analizado la diversidad genética de una fracción, mientras que la pérdida extensiva de bosques, la degradación y el cambio ambiental continúan empujando a las especies hacia la extinción, lo que significa una pérdida permanente de diversidad genética. que subyacen a los procesos ecológicos. 


20 años de una alianza regional por los bosques

El Programa de Recursos Genéticos Forestales de Asia Pacífico (APFORGEN), un programa y red regional que tiene como objetivo promover la gestión de los recursos genéticos forestales entre los 15 países miembros de Asia, celebró 20 años de alianzas del 14 al 17 de marzo de 2023. En esencia, APFORGEN emplea un enfoque holístico para la conservación y restauración de los recursos genéticos forestales en la región de Asia y el Pacífico que incluye investigación colaborativa, creación de capacidad técnica e institucional y consideraciones sobre los medios de subsistencia para las comunidades locales que dependen de los bosques. En esta asociación, la Alianza juega un papel activo apoyando a los miembros de la red en el diseño e  implementación de investigaciones que contribuyeron al logro de los objetivos del programa y de la red. 

De hecho, la Alianza ha rastreado los hitos significativos de APFORGEN como la capacitación y los talleres regionales sobre recursos genéticos forestales, incluido el establecimiento de un centro de capacitación regional; el reconocimiento de la estrategia 2018-2022 de la Comisión Forestal de Asia-Pacífico de APFORGEN que permitió a la red ampliar la cooperación regional; y finalmente, coordinar iniciativas regionales como APFORGIS, que analizó los impactos del cambio climático y otras amenazas para 63 especies de árboles asiáticos de importancia socioeconómica.

La científica de la alianza, Riina Jalonen, reflexiona sobre el trabajo con la red: "La colaboración regional y la creación de redes, como a través de APFORGEN, son cruciales para acelerar la identificación y conservación de estos recursos genéticos invaluables". Ella destaca que a través de esta red y asociación regional, podemos encontrar vías para abordar los problemas relacionados con la pérdida y degradación continua de los bosques, incluida la búsqueda de fuentes de semillas adaptadas y genéticamente diversas para implementar los objetivos nacionales de restauración de bosques y paisajes. 

Parte del taller de este mes fue definir los próximos pasos para la estrategia de la red en paralelo al Marco Global de Biodiversidad y la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas hasta 2030. Según Jalonen, esto le da a la red la oportunidad de apoyar la implementación de estos objetivos de conservación más amplios en países miembros y monitorear mejor las actualizaciones y reconocer hitos relacionados con los objetivos de la estrategia, que involucran: 

  1. Movilizar apoyo político y financiero para integrar consideraciones de diversidad genética en la implementación de objetivos globales, regionales y nacionales sobre biodiversidad en la región de Asia-Pacífico; 
  2. Poner a disposición información sobre los recursos genéticos forestales en la región de Asia y el Pacífico; 
  3. Desarrollar estrategias de conservación y uso sostenible para especies de árboles amenazadas y de importancia regional; y 
  4. Fortalecer el suministro de material reproductivo forestal para facilitar la restauración de bosques y paisajes, apoyar los medios de vida locales y la adaptación y mitigación del cambio climático. 

Además de la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas y el Marco Global de Biodiversidad, esta nueva estrategia se alinea con el Plan de Acción Global para la Conservación, el Uso Sostenible y el Desarrollo de los Recursos Genéticos Forestales de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, que se propone identificar acciones prioritarias a varios niveles en relación con el estado de estos valiosos recursos. 

 

miércoles, 15 de marzo de 2023

Mercurio y plomo, los metales pesados que más contaminan Ciénaga Grande y Bahía de Cispatá

 Estas dos fuentes hídricas del Caribe colombiano, la Ciénaga Grande de Santa Marta, considerada como la laguna costera más grande del país, y la Bahía de Cispatá (Córdoba), cuyas 8.600 hectáreas de manglares sirven como refugio de peces, moluscos y el caimán aguja, en peligro de extinción, tienen altas concentraciones de mercurio, plomo, estaño y cobre, lo que representa un peligro inminente para la flora y la fauna que estos ecosistemas preservan.

Un estudio de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Caribe y la Universidad Jorge Tadeo Lozano, financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias), evalúa desde 2021 el impacto de los niveles de contaminación por metales.

Según el doctor en Biología Marina Néstor Hernando Campos, profesor de la UNAL Sede Caribe, “la importancia de realizar estas evaluaciones radica en el grado de influencia que tienen los ríos Magdalena –en la Ciénaga Grande de Santa Marta– y Sinú, en la Bahía de Cispatá. Estos cuerpos de agua son relevantes para el país, pero que están en alto riesgo, así como las comunidades que viven en esos sectores, por las descargas de contaminantes”.

Por ejemplo, en 2014 se evidenció que en Cispatá el mercurio producto de la explotación aurífera en la zona estaba causando malformaciones en los cangrejos, y desde hace poco más de dos décadas se viene advirtiendo sobre el grave deterioro de la Ciénaga Grande, provocado entre otras razones por la hipersalinización de los suelos, la muerte progresiva del manglar, el incremento de la erosión costera, la disminución de la profundidad de cuerpos de agua y el enriquecimiento de estos con materia orgánica, nutrientes y contaminantes de la zona bananera.

Para la investigación se programaron cuatro muestreos: dos en época de lluvia y dos en tiempo seco, ya que en este tipo de ecosistemas costeros las fuentes de entrada de contaminantes son los ríos. Así se tiene una mirada más clara del efecto de las descargas de los ríos, según el clima y sus consecuencias.

Se tomaron muestras de sedimentos y de materiales suspendidos en el agua, divididos entre material inorgánico y orgánico, como las ostras. El material obtenido se secó a una temperatura de máxima de 60 °C y se envió a la Universidad de Córdoba, donde se contrató un servicio para la medición de los contenidos de metales.

El experto explica que “una cantidad aproximada de una milésima parte de un gramo, es decir 50 micrómetros, fue sometido a calentamiento con una mezcla de ácidos fuertes para producir la destrucción del material orgánico y así liberar el inorgánico; dicho proceso se utiliza en la determinación de la cantidad del contenido en relación con el metal pesado, a través de un equipo especializado para analizar concentraciones bajas de metales”.

El mismo procedimiento se hizo con moluscos como las ostras, en las que se analizó el tejido blando (formado principalmente por los órganos reproductores y digestivos envueltos en un tejido carnoso) para determinar su grado de contaminación.

Altas concentraciones

El profesor Campos afirma que “después de los estudios se encontró una fuerte variación de los contenidos de metales. En muchos casos también hallamos concentraciones relativamente altas, lo cual permite pensar que estas son peligrosas para los organismos; las ostras sencillamente las acumulan y concentran”.

Los trabajos e investigaciones adelantadas buscan determinar cuál es el grado de contaminación, es decir la capacidad que tiene ese organismo, en este caso la ostra, de tomar y extraer elementos del medio, pues al estar en raíces de mangle ellos extraen las partículas suspendidas para alimentarse. Tienen la capacidad de absorber grandes cantidades y concentrarlos.

“La cantidad de elementos que tienen las ostras indica su capacidad de acumulación, teniendo como referencia valores de otros sitios, y así determinar qué se considera como una concentración ‘normal’; en este caso la concentración sí es muy alta en contaminación”.

Además, esta información se relaciona con la capacidad de estos animales para transferir y contaminar a otros niveles. Por eso se hacen mediciones sobre la concentración del metal en los organismos, en los sedimentos donde viven y en los materiales suspendidos en el agua.

La evaluación es esencial

“La evaluación de la contaminación debe ser muy precisa, pues lo que se conceptúe puede ser tomado para decisiones, y si no se tiene certezas puede ser muy riesgoso”, destaca el docente.

Sin embargo, con información disponible por organismos como la Organización Mundial de la Salud o el Ministerio de Salud y Protección Social (Minsalud), las cuales determinan las cantidades que una persona puede consumir por kilogramo de peso de estos elementos, se puede estimar si una persona está en riesgo o no por consumir determinado número de ostras.

“Con los resultados se publicará un artículo científico. Además, estamos trabajando en un informe al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación para que implementen regulaciones de manera conjunta con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y Minsalud”, concluye el académico.







lunes, 13 de marzo de 2023

Manizales, ejemplo de resiliencia ante desastres ambientales

 Más de las 1.000 obras de infraestructura convierten a esta ciudad del centro-occidente de Colombia –con 485.442 habitantes– en ejemplo de resiliencia, no solo ante la amenaza sísmica y volcánica, sino también ante las fuertes lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra durante las intensas épocas de invierno.

Estabilidad y control de la erosión de las laderas, ampliación de los sistemas de alcantarillado para que puedan recolectar de manera óptima las aguas lluvia, mantenimiento y reforzamiento sismorresistente de múltiples edificaciones importantes como el Hospital de Caldas y la Catedral Basílica Metropolitana Nuestra Señora del Rosario de Manizales, forman parte de las obras adelantadas en la ciudad, que muestran su capacidad de afrontar un desastre y recuperarse del evento adverso (resiliencia).

Hoy la capital de Caldas es un ejemplo mundial de gestión del riesgo; por ejemplo, cuenta con estrategias y protocolos de reacción ante eventos adversos, y además en la oficina del Servicio Geológico de Colombia, un conjunto de pantallas transmite en tiempo real la actividad sísmica, las imágenes satelitales y las imágenes de la cámara web del volcán Nevado del Ruiz, gracias a cerca de 150 sensores.

El profesor Omar Darío Cardona, de Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, afirma que “aunque no se puede predecir qué día van a ocurrir fenómenos como los sismos, sí se puede determinar con anticipación cómo afectaría a la población y estimar los daños que se presentarían en la infraestructura, por ejemplo”.

Agrega que “en ocasiones los gobiernos ignoran estas estimaciones y no se hace prevención cuando se sabe que en un país como Colombia existen sectores de la población que son más vulnerables”.

“La resiliencia frente a los desastres no solo tiene que ver con la forma como la Policía, las Fuerzas Militares, los bomberos o la Defensa Civil atienden una emergencia, sino cómo se ordena, se hace la planeación del territorio y se aplican normas de seguridad en la construcción”.

Algo fundamental para un municipio es tener un desarrollo territorial adecuado, lo que significa no habitar zonas de alto riesgo, en pendientes inestables, en las orillas de los ríos o en zonas costeras. Colombia posee asentamientos humanos en zonas consideradas como de alto riesgo, en donde quienes más padecen pérdidas son las personas de los estratos más bajos.

El académico Cardona considera que “es mejor un gasto anticipado en el territorio y mejorar la resistencia sísmica de las edificaciones del país para prepararse ante un fenómeno, que tener que lamentar las víctimas y enormes pérdidas y costos en un futuro”.


Justamente la falta de prevención fue notable en las cifras de 2022, cuando se registraron más de 4.000 eventos de emergencia ambiental, y en 2023 ya se han presentado más de 30 sucesos, sumados a la ocurrencia de temblores como el sucedido en la madrugada del pasado viernes 10 de marzo.

El profesor Cardona ofreció estos aportes durante la charla “Riesgo y resiliencia. Desafíos para el mundo”, realizada en el marco de los 75 años de la UNAL Sede Manizales.







viernes, 10 de marzo de 2023

Arrecifes de coral del Caribe colombiano, en riesgo por interacción con algas

 Datos obtenidos desde 2015 muestran que las algas céspedes tienen un impacto negativo sobre las comunidades arrecifales, pues limitan el establecimiento exitoso de larvas de coral y otros organismos, y después de la interacción entre ambos organismos generalmente ocasionan la muerte lenta y progresiva del tejido coralino.

Los arrecifes de coral son catalogados como de gran importancia por la cantidad de bienes y servicios económicos, sociales, recreativos y culturales que proveen, y que además sustentan la biodiversidad oceánica. En estos ecosistemas, los organismos bentónicos sésiles (por ejemplo las algas) compiten por recursos como la luz y el alimento, y en especial por el espacio para establecer, mantener y expandir su territorio.

En los sistemas arrecifales de poca profundidad del Parque Nacional Natural Tayrona y de la Reserva de la Biosfera Seaflower se evaluaron las interacciones entre corales masivos y otros organismos bentónicos, como los céspedes algales, para estimar la tasa anual de avance o retroceso del tejido coralino.

La bióloga marina Catalina Gómez Cubillos, magíster en Ciencias – Bilogía, Línea Bilogía Marina, y candidata a Doctora en Biología Marina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Caribe, explica que “estas interacciones ocurren cuando una perturbación ocasiona pérdida de tejido coralino (heridas y cicatrices), lo cual deja el esqueleto del coral expuesto a ser colonizado por los céspedes, que cuando se establecen y monopolizan ese nuevo sustrato compiten con el tejido de coral remanente. En el estudio demostramos que estas algas matan lentamente el tejido coralino y así expanden su territorio”.

Además precisa que “evaluar la dinámica de estas interacciones es una manera de entender, en parte, cómo ha sido la historia de perturbación en un arrecife en particular, conocer qué tan susceptible es cada especie de coral a ese conjunto de perturbaciones que afecta su hábitat y aprender sobre los mecanismos de defensa de los corales y los céspedes en la lucha por el espacio, que tal vez es uno de los recursos más valiosos en el bentos arrecifal”.

Otros hallazgos

También se evidenció que en los arrecifes estudiados los céspedes son el componente bentónico más abundante: 40 %, “lo cual tiene unas implicaciones ecológicas importantes si consideramos que en general los arrecifes del Caribe están en una transición de arrecifes dominados por corales hacia el dominio de las algas, lo que a futuro influirá fuertemente en la calidad y cantidad de los servicios que estos ecosistemas ofrecen a las sociedades humanas”.

Así mismo, la investigación encontró que estas algas tienen una enorme capacidad de acumular sedimentos de hasta 21 veces su peso, como arena, arcilla, limo y otras partículas sueltas del suelo que se depositan en el fondo de una masa de agua.

“Estos sedimentos sirven de soporte estructural para que las algas avancen lateralmente y recubran el tejido coralino, registrando pulsos de pérdida mayores durante la época de lluvias,  cuando los céspedes pueden acumular mayor cantidad de sedimentos finos ricos en materia orgánica, a consecuencia de la escorrentía continental”, explica.

Los pulsos de pérdida o ganancia de tejido coralino son mediados por los mismos sedimentos, y con el resultado final de su tesis doctoral la bióloga Gómez pretende evaluar cómo estos sedimentos alteran la composición y función de los consorcios bacterianos asociados con estos bordes de interacción, en relación con la materia orgánica acumulada y la producción de carbono orgánico disuelto.

“Quién gane o quién pierda no solo depende de estos sedimentos, sino de la especie de coral (estrategias de defensa o evasión) y de las características estructurales de la comunidad de algas del césped”, concluye la experta.







jueves, 9 de marzo de 2023

En Punta Soldado y Tumaco las comunidades participan en soluciones a sus problemáticas

 En el corregimiento de Punta Soldado (Buenaventura) y en el municipio de Tumaco (Nariño) el conocimiento que tienen las comunidades del territorio –ampliamente centrado en la actividad pesquera– ha permitido que, de la mano de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), entre otras instituciones, se dé respuesta a problemáticas como la erosión costera y el incremento de la temperatura del mar. Algunos aportes se presentaron en la Cátedra “Riquezas, saberes, problemáticas y retos del Litoral Pacífico colombiano”, que forma parte de la Cátedra Nacional de la UNAL.

Punta Soldado, corregimiento ubicado a 20 minutos del puerto de Buenaventura, es un territorio habitado por alrededor de 480 personas afrodescendientes, dedicadas en un 98 % a la pesca como principal actividad económica, que también representa la base de su seguridad alimentaria.

Pese a ello, las familias han sido desplazadas por la erosión costera; de hecho, en 2020 el nivel del mar aumentó cerca de 50 m ahogando varias hectáreas de mangle, que, como se sabe, suelen ser valiosos criaderos de peces.

En la reciente sesión de Cátedra “Riquezas, saberes, problemáticas y retos del Litoral Pacífico colombiano”, el profesor Andrés Fernando Osorio Arias, de la Facultad de Minas de la UNAL Sede Medellín y director de la Corporación Centro de Excelencia en Ciencias Marinas (CEMarin), manifestó que “en este corregimiento la playa se empezó a perder y las comunidades se convirtieron en desplazados por el clima. El aumento del nivel del mar los ha obligado a adentrarse cada vez más en la isla, a la que se llega únicamente por vía marítima”.

Desde 2019, un equipo conformado por la UNAL, CEMarin, el Consejo Comunitario Punta Soldado y la ONG Adaptation, entre otros, vienen realizando allí investigaciones relacionadas con las aves playeras, la vegetación costera, las olas, las mareas, las corrientes, la erosión y la sedimentación costera, actividades que se realizan de la mano con las comunidades, con las que se ha implementado un diálogo de saberes promoviendo el fortalecimiento de capacidades entre los jóvenes de la comunidad, y en la actualidad trabajan en el tema de la bioeconomía.

Ana Lucía Caicedo Laurido, investigadora del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas de la Dirección General Marítima (Dimar) seccional Tumaco, invitada a la Cátedra, centró su intervención en las bases del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026: Retos y oportunidades para el Pacífico colombiano de cara al mar.

Al respecto, la especialista destacó los alcances de esta política pública para las zonas costeras que consideran aspectos como la adaptación y variabilidad climática, la gestión de riesgos y desastres, el fortalecimiento de los territorios alrededor de los océanos y los ríos, y la transformación energética.

El tercer participante en la reciente sesión de la Cátedra fue el profesor John Josephraj Selvaraj, director del Instituto de Estudios del Pacífico (IEP) de la UNAL Sede Tumaco, quien  presentó el proyecto de investigación “Evaluación de la vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en la pesquería marina de Tumaco – departamento de Nariño”.

El investigador mencionó los efectos del cambio climático en este sector, que consisten en el incremento tanto de la temperatura del agua como del nivel del mar y de la acidez en el océano debido al dióxido de carbono (CO2).

A partir de este valioso proyecto se creó el Geovisor “Geopesca Tumaco”, plataforma de divulgación de información relacionada con las condiciones oceanográficas y la actividad pesquera en la región que además sirve como apoyo a los procesos de transferencia de conocimiento para que los pescadores de Tumaco y la subregión pacífica nariñense tomen decisiones más informadas.

En esta sesión de la Cátedra se evidenció que gran parte del éxito de estos proyectos se debe a lo manifestado por el profesor Osorio: “las soluciones no vienen solo de la academia, las soluciones se co-construyen con las comunidades y se piensan desde el diálogo de saberes”.

También se resaltó el significativo aporte que se ha hecho desde la ingeniería y la oceanografía.

Importancia de la Cátedra 

La Cátedra “Riquezas, saberes, problemáticas y retos del Litoral Pacífico colombiano” tendrá 15 sesiones que se adelantarán a lo largo del primer semestre de 2023. Su propósito es ampliar el panorama de la comunidad universitaria sobre cómo –a partir de las distintas carreras que se ofrecen en la UNAL– se pueden realizar valiosos aportes a la resolución de problemáticas de los ciudadanos en todo el territorio nacional y así mejorar su calidad de vida, en especial las de las comunidades de las zonas costeras del país.

La profesora Amanda Lucía Mora, directora de la UNAL Sede Tumaco, destaca que “a partir de esta Cátedra se identifican problemáticas, retos y oportunidades en las comunidades, que demandan un proyecto o una línea de política pública en la cual la comunidad universitaria desde su accionar investigativo y la participación activa de los estudiantes puede aportar al mejoramiento de la calidad de vida de la sociedad”.

En la Cátedra participarán destacados investigadores, maestros y líderes del territorio que buscan ofrecer diferentes perspectivas frente a temas propios del Pacífico colombiano, desde las investigaciones científicas, las experiencias, los saberes y las realidades del territorio. Esta es también el resultado del trabajo realizado desde el Centro de Pensamiento en Asuntos Estratégicos del Pacífico Colombiano (CPAEPC), en articulación con las sedes Bogotá, Medellín y Palmira.





lunes, 6 de marzo de 2023

Amazon financia proyecto académico en el páramo de Chingaza

 Los 171.000 millones de pesos donados por la corporación estadounidense Amazon se destinarán a la capacitación de la comunidad en temas de gobernanza del agua, en el diseño de instrumentos que incentiven la conservación de los bosques y en la promoción del ecoturismo en el Parque Nacional Natural Chingaza.

Los recursos serán administrados por la Alianza WEF (Agua, Energía, Alimentos) Nexus Colombia – Estados Unidos, conformada por la Universidad Estatal de Pensilvania, el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo - América Latina (SEI), la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), y las Universidades Jorge Tadeo Lozano y Javeriana.

El profesor Sergio Alonso Orrego, director Nacional de Extensión, Innovación y Propiedad Intelectual de la UNAL, dijo que “la Institución participará en este proyecto a través de la vinculación de profesores en temas académicos específicos”.

Los páramos son considerados como fábricas de agua naturales, y el de Chingaza alimenta microcuencas que desembocan en los ríos Meta y Bogotá, a través de los afluentes Teusacá y Siecha.

Además se encuentran los embalses Sisga, Tominé, San Rafael y Chuza. Los dos últimos pertenecen al sistema Chingaza, que provee el 80 % del agua para Bogotá y municipios de la Sabana como Soacha, Mosquera y Funza y juega un papel importante en la producción de energía.

A través del proyecto del páramo de Chingaza, la Alianza tiene como objetivo mejorar la planificación futura considerando varios factores, entre ellos los efectos del uso del suelo en la capacidad del páramo para suministrar agua potable a la cuenca del río Bogotá.

El enfoque innovador del proyecto aportará información valiosa sobre los desafíos que enfrentan las comunidades y sobre las posibles soluciones que pueden implementar los decisores en un futuro no muy lejano.

Siela Maximova, directora para América Latina y el Caribe de Penn State Global y profesora-investigadora en biotecnología vegetal, resaltó que “la Alianza WEF Nexus es un importante ejemplo de lo que podemos hacer cuando acordamos un objetivo común y unimos esfuerzos para entender los complejos desafíos asociados con los sistemas de agua, energía y alimentos. Este proyecto es un sitio de investigación esencial para la seguridad hídrica”.

Por otro lado, Brian Huseman, vicepresidente de Políticas Públicas de Amazon, indicó que “en todas las comunidades donde operamos nos esforzamos no solo por ser un gran empleador, sino también un gran vecino, y eso significa invertir en iniciativas de sostenibilidad local. El acceso a agua limpia es esencial, y es por eso que estamos invirtiendo para proteger el medioambiente de las personas y comunidades a las que servimos”.


David Purkey, director del SEI para América Latina, agregó que “este proyecto brinda un laboratorio de aprendizaje crucial para impulsar la gestión sostenible de los ecosistemas de páramo en Colombia y en los Andes del norte, donde estos ecosistemas dominan cuencas fluviales significativas y se constituyen en fuente vital de suministro de agua para las poblaciones aguas abajo”.

Yesica Rodríguez, investigadora del SEI para América Latina explica que “en esta zona hay una alta concentración demográfica y socioeconómica, lo cual hace que haya una demanda alta de agua potable y por lo tanto se deba recurrir a fuentes de abastecimiento alternativas como el páramo de Chingaza”.

“Este ecosistema alberga más de 2.000 campesinos y cuenta con una amplia riqueza en biodiversidad, lo cual hace que se ahonde en la investigación para poder entender el ecosistema y así realizar una gestión más integral y sostenible de los recursos existentes allí”.

“Por lo tanto, el año pasado la Alianza WEF trabajó en la propuesta del páramo Chingaza, con el fin de entender el componente del agua del páramo, la cual se realizará a través de una modelación hidrológica de los procesos biofísicos del páramo y de sus procesos de demanda asociados con la asignación de agua”.

Por último, la investigadora resaltó que “se busca entender la relación entre la comunidad y el ecosistema según las actividades económicas que se desarrollan en este ecosistema”.







viernes, 3 de marzo de 2023

Alta temperatura del bosque amenaza la supervivencia de ranas y lagartijas

 La transformación en la cobertura de los bosques, provocada especialmente por la tala indiscriminada de árboles, incrementa la temperatura de estos ecosistemas, lo que afecta su diversidad y la de anfibios y reptiles como ranas, lagartijas y serpientes.

La cobertura de los bosques es la formación de ramas y hojas en la parte más alta de los árboles, un “techo natural” que se conoce como dosel y que hace las veces de sombrilla que protege el interior de estos ecosistemas de los rayos del sol.

El biólogo Andrés Felipe Aponte Gutiérrez, magíster en Ciencias - Biología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y docente de la UNAL Sede Orinoquia, menciona que “acciones como la tala de los árboles más altos del bosque incrementan la temperatura ambiental, pues este se va quedando sin su sombrilla”.

“La tala provoca un proceso conocido como ‘efecto de borde’. Aunque con el tiempo estos espacios se regeneran, ya no vuelven a crecer árboles altos sino arbustos, cuyas coberturas no son suficientes para aislar el interior de bosque de los rayos ultravioleta, y por tanto las temperaturas cambian”.

“Los anfibios y reptiles dependen de la temperatura para sobrevivir: si esta es muy fría estarán inactivos, y si es muy caliente y sobrepasa lo que pueden tolerar, van a perder funcionalidad e incluso pueden morir”, explica el profesor.

Por ejemplo, en las zonas bajas las ranas de la lluvia tienen un promedio de tolerancia entre 24 y 26 °C, mientras que en las zonas altas el rango está entre 15 y 16 °C.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) asegura que los anfibios son un grupo altamente presente en el planeta. La destrucción y alteración de su hábitat, lo mismo que la contaminación, las enfermedades, las especies invasoras e incluso el cambio climático son algunas de las amenazas que enfrentan estos animales, en los que encontramos ranas, sapos y salamandras, entre otros.

Los reptiles también enfrentan una amenaza latente; un estudio publicado en la revista Nature expone que el 20 % de sus especies están en peligro de extinción: “estas son el eslabón intermedio de la cadena trófica, controlan poblaciones como insectos o roedores, o son la comida de otras especies” explica el docente Aponte.

Su estudio se centró en Villavicencio, ya que la ciudad presenta diferentes altitudes en poca área, algo que facilitó la logística y la comparación de los distintos ambientes en las zonas altas, medias y bajas.

“Villavicencio tiene unas coberturas boscosas muy grandes que están conectadas con otras zonas fragmentadas, lo que nos permitió evidenciar cuál es el efecto causado en estas ranas por las coberturas que han sido transformadas de bosques a potreros”, explica el magíster.

Especies muy sensibles al calor extremo

Los efectos de borde y de la cobertura del dosel fueron las variables evaluadas por el profesor Aponte, junto a tres investigadores, quienes se dirigieron hasta el bosque de la vereda La Cuncia.

Se estudió la distribución de especies de anfibios y reptiles en dos paisajes boscosos fragmentados; luego, con pruebas de laboratorio determinaron la tolerancia térmica máxima, y por último midieron la variación térmica del paisaje mediante registros de datos.

Para medir los niveles de tolerancia térmica se tomó una muestra 347 individuos de 25 especies de ranas, lagartijas y serpientes, y se estableció una distancia de 250 m alrededor de las ubicaciones de los anfibios y reptiles individuales desde el borde el paisaje.

“Se controló la temperatura cada hora durante casi dos meses para constatar los cambios a lo largo del día y cómo se afecta el régimen de lluvia”, indica el docente.

La investigación, pionera en el tema, encontró que a mayor ruptura del dosel hay un aumento de la temperatura y una disminución en las especies.

“Las especies demostraron ser muy sensibles a los cambios drásticos de temperatura. Lo que supone este hallazgo es que en este tipo de ecosistemas habitarán especies más tolerantes al calor extremo, lo que llevaría a una reducción de la biodiversidad”.






miércoles, 1 de marzo de 2023

“En Bogotá las quemas están duplicando los niveles de contaminación ”

 Así lo señala el profesor Néstor Rojas, director del grupo de investigación en Calidad del Aire de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), tras la Alerta Fase I por contaminación ambiental anunciada el 24 de febrero por la Secretaría Distrital de Ambiente, debido a los recientes incendios forestales provenientes de la Orinoquia y de los Llanos Orientales.


El académico resalta que “en los últimos años Bogotá ha presentado alrededor de 18 microgramos por metros cúbico (µg/m³) de material particulado (PM 2.5) como promedio anual de contaminación; con la situación actual que experimenta la capital del país, ese nivel se está duplicando. Dichas partículas son provocadas por la acción del polvo o la ceniza, el hollín y el polen, entre otras”.

Agrega que “en los últimos días la concentración máxima horaria fue cercana a los 100 µg/m³ y el máximo de los promedios de 24 horas fue de 50 µg/m³ en el suroccidente de la ciudad”.

Según la Resolución 2254 de 2017, el nivel máximo permisible de contaminación es de 37 µg/m³ y la recomendación de la Organización Mundial de la Salud es de 15 µg/m³ para un promedio de 24 horas.

El docente aconseja que “con esta situación lo mejor es no hacer ejercicio físico intenso porque hay mayor respiración, y por ende se inhalan mayores dosis de material particulado, y para personas que son sensibles, es importante protegerse con mascarillas de alta eficiencia”.

Además especifica que “si se intensifican los incendios, es posible que próximamente lleguemos a una Alerta Fase II de mayor contaminación. Hasta ahora las alertas han llegado a ese primer nivel, pero en caso de trascender, la Secretaría Distrital de Ambiente tendría que imponer mayores restricciones para reducir el riesgo de enfermedad”.

Los antecedentes del problema

Esta situación parece repetir la historia de años atrás. En los primeros trimestres de los últimos se han dado grandes riesgos de alertas, especialmente por ser la época más seca del año y con poca presencia de lluvia, que hacen que las partículas contaminantes circulen con mayor libertad.

Las épocas de sequía también propician situaciones infortunadas como los incendios y las quemas, que en estos primeros meses se han presentado en Meta, Vichada, Guaviare y Casanare, lo mismo que en Venezuela.

Dichos incendios son una gran fuente de contaminación, y por las corrientes de viento esta es arrastrada hacia la cordillera Oriental donde se ubica Bogotá.

El experto en calidad del aire señala que “las sequías dejan dos consecuencias: (i) hay más polvo en la calle que se puede resuspender tanto por la acción del viento como por los vehículos, (ii) la baja precipitación o lluvia evita un efecto de limpieza de la atmósfera, pues esta remueve una parte de la contaminación”.

En Colombia, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) –a través del Subsistema de Información sobre Calidad del Aire (Sisaire)– obtiene la información sobre la calidad del aire y con base en ella es como finalmente se crean estrategias para prevenir y mitigar su afectación a causa de la contaminación.

En eventos similares como el ocurrido justo antes de la pandemia, cuando Bogotá se declaró en alerta ambiental grave por material particulado, la UNAL, desde su grupo de investigación en Calidad del Aire, analizó los datos de contaminación junto con algunos de meteorología e imágenes de satélites para poder generar evidencia de las causas de la contaminación.

Ojo, a usted lo puede afectar

Generalmente las partículas contaminantes –como el ozono, los óxidos de nitrógeno y el monóxido de carbono– se encuentran suspendidas en el aire, y al entrar a través de las vías respiratorias pueden ocasionar problemas leves como piquiña en la nariz, irritación en los ojos o tos, pero también pueden ser crónicas, aumentando el riesgo de padecer enfermedades respiratorias, cardiacas, cáncer de pulmón, e incluso derrames cerebrales.