lunes, 1 de septiembre de 2025

UNA JORNADA POR LA VIDA EN EL PACÍFICO VALLECAUCANO

 LA CVC REALIZA LIBERACIÓN DE FAUNA SILVESTRE Y ACOMPAÑA LA TEMPORADA DE BALLENAS EN BUENAVENTURA

En medio de una maratónica jornada en el Pacífico Vallecaucano se realizó la liberación de 33 animales, entre ellos dos babillas, once tortugas de diferentes especies y veinte boas constrictor, que tras un proceso de recuperación lograron volver a su hábitat natural.

 “Hoy es un día que nos llena de alegría, porque estos 33 animales regresan al lugar al que pertenecen. Estamos hablando de babillas, tortugas y boas que, gracias al trabajo de nuestros veterinarios, biólogos y zootecnistas, pudieron recuperarse y ahora vuelven a su entorno natural. Solo en lo corrido de este año hemos recibido en el Centro de Atención y Valoración de San Emigdio más de 1.600 ejemplares, y 632 de ellos ya han sido liberados. Eso significa 632 historias de vida que continúan, y que nos motivan a seguir trabajando con pasión por nuestra biodiversidad”, señaló Marco Antonio Suárez Gutiérrez, director general de la CVC.

El director recordó que muchos de estos animales llegan al Centro producto de rescates en zonas urbanas y rurales, de entregas voluntarias o de decomisos. “En ocasiones, como ocurrió con varias de las babillas, las comunidades encuentran a los animales y nos avisan para que la CVC intervenga. Otras veces son entregados voluntariamente, como sucede con algunas boas halladas en fincas o cañaduzales. En cada caso hacemos un proceso de valoración rigurosa para garantizar que estén en condiciones de volver a la naturaleza. Ese es nuestro compromiso”, agregó Suárez Gutiérrez.

 Además, recalcó la importancia de evitar tener animales silvestres en cautiverio: “Siempre repetimos un mensaje que para nosotros es fundamental: la fauna silvestre no son mascotas. Entiendo que muchas personas pueden encariñarse con un animal que llegó a su casa, pero eso no es lo correcto. Estos animales pierden sus instintos naturales y con ello se afecta su capacidad de sobrevivir en libertad. Nuestro trabajo consiste en rehabilitarlos, devolverles esas habilidades y garantizar que vuelvan a su hogar natural. Ese es un acto de responsabilidad y de amor por la vida”, enfatizó.

Control y vigilancia en temporada de ballenas jorobadas

Posteriormente, en sectores como Juachacho y Bahía Málaga, se realizaron las labores de control y vigilancia en el marco de la temporada de ballenas jorobadas, un fenómeno natural que cada año atrae a visitantes y comunidades locales. Estas imponentes especies recorren más de 8.500 kilómetros desde el sur de Chile y la Antártida para llegar a las cálidas aguas del Pacífico colombiano, donde cumplen su ciclo reproductivo entre los meses de julio y octubre.

“Estamos en el sector de Negritos, observando cómo hacen el avistamiento de nuestras ballenas jorobadas, un espectáculo único que nos recuerda la riqueza del Pacífico. Son animales que hoy suman apenas 20.000 ejemplares en el mundo, lo que nos obliga a cuidarlos con mayor responsabilidad. Su presencia aquí no solo es un regalo de la naturaleza, también es un motor para el turismo sostenible, que beneficia directamente a nuestras comunidades”, afirmó Suárez Gutiérrez.

El Director destacó el trabajo pedagógico que realizan los funcionarios de la Corporación con las comunidades y los operadores turísticos: “Durante los recorridos entregamos recomendaciones claras: mantener una distancia mínima de 200 metros, acercarse de forma paralela al trayecto de las ballenas, poner en neutro el motor de la embarcación cuando estén cerca y, por supuesto, nunca arrojar plásticos ni residuos al mar. Lo más valioso es que los mismos lancheros locales han ido asumiendo estas prácticas, y hoy se han convertido en aliados. Ellos entienden que proteger a las ballenas significa también proteger su futuro y el de sus familias”.

Con estas dos acciones, la CVC reafirma su papel como autoridad ambiental comprometida con la vida en todas sus formas, promoviendo un equilibrio entre la conservación de la fauna silvestre, la protección de los ecosistemas marinos y el fortalecimiento del turismo responsable en el Pacífico Vallecaucano.

 “Cada vez que liberamos un animal o que observamos una ballena nadando en libertad, entendemos que nuestro trabajo tiene un sentido profundo: garantizar que las próximas generaciones también puedan disfrutar de esta riqueza natural. Ese es el legado que queremos dejar: un Pacífico vivo, diverso y protegido”, concluyó el Director General de la CVC.