El estudio de los océanos se debe incluir en los currículums escolares para que los niños y jóvenes conozcan a profundidad el territorio marítimo y las fortalezas y capacidades que tiene el país en este campo.
También es importante que la formación de los docentes no solo esté enfocada en un futuro profesional en las grandes ciudades del país, sino también en las zonas costeras, que requieren más de estos profesionales para que los jóvenes de las mismas comunidades tengan desde temprano instrucción en el campo científico y del mar.
Estas fueron algunas de las principales conclusiones que dejó el primer encuentro de “Juventud océano 2021: Retos en formación, investigación y oportunidades laborales”, un espacio promovido por la Dirección Nacional de Investigación y Laboratorios de la Vicerrectoría de Investigación de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
“Todas las economías y la posibilidad de permanecer en el
planeta están en ese 75 % equivalente al mundo marítimo, lo que hace
urgente que nos involucremos más con lo que ocurre allí. Hay sistemas que no
conocemos, hay recursos que podemos utilizar, y la participación de los jóvenes
es crucial”, destaca el Profesor José Ernesto Mancera, director Nacional de
Investigación y Laboratorios de la UNAL.
Ciencia por y para las comunidades
Según la investigadora Camila Forero, magíster en Biología
Marina, Biodiversidad y Conservación de la Universidad de La Laguna, en Islas
Canarias (España), “no solo se debe hacer ciencia e incluirla en la toma de
decisiones, sino que también esta se debe extender a las comunidades y a su beneficio”.
Señala además que “tendemos a trabajar en las ciencias
porque nos gusta, pero la misión aprendida en la formación profesional y de
posgrado es el compromiso con las comunidades, que nos llama a llevarles la
ciencia, a que se traduzca en resultados inmediatos para su beneficio y el de
nuestro medioambiente”.
Agrega que “es indiferente el número de artículos o
publicaciones que los investigadores realicen, pues lo realmente valioso es la
transmisión del conocimiento, que es lo que hace que se generen cambios”.
Carreras con enfoque de oportunidades
Para Natalia Rincón Díaz, bióloga de la Universidad El Bosque y magíster en Ciencias y Biología Marina de la UNAL, “la formación en las carreras asociadas con las ciencias del mar deben estar enfocadas en las oportunidades y en la búsqueda de ellas, pues en ocasiones los egresados no saben dónde comenzar su vida laboral o a dónde tocar puertas para una beca o un proyecto”.
“No se puede desconocer que tanto en pregrado como en
posgrados existe una falencia, que es la no materialización, escritura y
formulación de proyectos de investigación. Generalmente esto lo aprendemos
cuando ya estamos trabajando, y debemos empezar a escribir proyectos y a
conseguir recursos. El hecho de saber formularlos, no solo escribir la parte
técnica sino entender y desglosar la parte presupuestal, es algo que se debe
fortalecer en la formación de los jóvenes de este campo de la ciencias del
mar”.
A propósito del tema, el ingeniero biológico Daniel Felipe
Bernal Glen señala que “hace falta más inversión por parte de las autoridades y
el Estado para fortalecer la parte investigativa, pues hay muchas áreas en las
que se pueden adelantar proyectos y profundizar en el conocimiento de los
mares”.
“El Caribe colombiano ha sido poco estudiado y publicado. En
este momento hay una gran oportunidad para estudiarlo y crear nuevas
estrategias de manejo, oportunidad de conservación, creación de áreas
protegidas y otros aspectos que solo pueden venir del conocimiento de nuestros
mares, pues si no conocemos lo que tenemos no podemos protegerlo ni gestionarlo
adecuadamente”, concluye el especialista.
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