martes, 16 de mayo de 2023

Almidón de bore tiene poder descontaminante de ríos y quebradas

 Esta especie de raíz muy grande, conocida científicamente como Alocasia macrorrhiza, que prolifera en zonas cercanas a ríos y quebradas y que es considerada como maleza, podría ser la aliada que se necesita para limpiar los afluentes de la contaminación provocada por las industrias agrícola y minera. En pruebas de laboratorio se evidenció que este tiene un poder purificador cercano al 80 %.

En el campo, los campesinos suelen tomar las hojas de bore para alimentar a las gallinas, y el tronco –la parte que más se desperdicia– se lo dan a los cerdos; también se desecha en el suelo para que sirva como abono, e incluso es materia prima para producir biogás.

Ebelin Daniela Ramírez Hernández, magíster en Ciencias Físicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, encontró otro potencial en el tronco del bore: el de limpiar las aguas contaminadas.

Para comprobar la capacidad purificadora del almidón de bore, la investigadora utilizó el tallo de una planta que tomó de su huerta, ubicada en el municipio de Riosucio.

“Aunque el almidón suele extraerse de plantas como maíz, yuca o papa, también se obtiene del bore, con la diferencia de que los gránulos de este son más pequeños, lo que permite un trabajo más efectivo durante el proceso de limpieza. La planta crece completamente hasta los cinco años, pero a partir de los cinco meses ya se puede cosechar para obtener el almidón; así, cuanto más longeva sea, mayor será su capacidad de producirlo”, explica la magíster.

Así, de un tallo de 4 meses de edad y 5 kilos se obtuvo un 87 % de almidón, un porcentaje considerable si se tiene en cuenta el provecho que se le podría sacar a todo lo que se desperdicia.

Para obtener el almidón, al tallo se le quita la corteza y se lava por el mayor tiempo posible para retirarle el oxalato de calcio, compuesto que produce irritación en el cuerpo. Después se muele de forma húmeda y se tamiza; el líquido lechoso obtenido se deja reposar durante 12 horas hasta que sedimente para que se separe lo sólido de lo líquido.

Una vez surtido este proceso, la parte sólida se centrifuga en una máquina para quitarle el exceso de agua. En seguida se lleva al horno y se pone a 45 oC durante 12 horas más para que seque por completo, y finalmente se vuelve a moler para tamizarlo hasta que se convierta en un polvo muy fino y parejo.

“El objetivo de la investigación es limpiar agua obtenida de ríos y quebradas, pero el almidón que se obtiene del bore es insoluble, no se mezcla en agua fría, por lo que su estructura química se debe modificar (mediante un proceso denominado acetilación), para que funcione”, menciona la investigadora Ramírez.


Una vez obtenido el almidón, se tomaron muestras de agua de dos lugares: la quebrada Manizales, en el sector conocido como La Enea, cerca al campus La Nubia de la UNAL Manizales, y del nacimiento de agua en Riosucio, líquido que no es del todo potable, por lo que la comunidad indígena Cañamomo Lomaprietala –a la cual pertenece la investigadora– debe hervirla para consumirla.

La investigadora llevó las muestras al laboratorio y allí las mezcló con el almidón y las dejó actuar durante 25 minutos; después de ese tiempo las partículas atraparon (o encapsularon) los residuos contaminantes formando flóculos (grumos o bolas) que se endurecen y se pueden retirar y desechar. El agua queda limpia de los residuos y se puede usar para riego de cultivos y bebederos para animales, pero no es apta para consumo humano.

También identificó que con el uso del almidón se modificaron favorablemente otros aspectos químicos del agua, disminuyendo en un 96 % el exceso de oxígeno y aclarando la turbidez –es decir qué tan oscura se ve el agua– en un 97 %.

Por último, la investigadora está diseñando un filtro para que después del proceso de purificación con el almidón de bor, se entregue el agua potable lista para consumo.






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