Esta práctica, en distintas dosis, reduciría
considerablemente los gases de efecto invernadero emitidos por la sobre
aplicación de nitrógeno en los cultivos de caña de azúcar del Valle del Cauca.
Así lo asegura Sebastián Saavedra Rincón, magíster en
Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede
Palmira, quien destaca la importancia de aplicar en cada zona de manejo las
dosis de nitrógeno requeridas específicamente (tasas variables), en vez de
fertilizar con la misma cantidad toda la superficie de los suelos cultivados
(tasas fijas).
“Los factores ambientales y las prácticas de manejo
agrícola inciden en la variabilidad de los requerimientos de nitrógeno entre
una zona de manejo y otra, aun en el mismo lote. En el sector de la caña de
azúcar es posible encontrar aplicaciones desproporcionadas y que desconocen tal
variabilidad, llegando incluso a aplicar hasta el doble de lo necesario”,
explica el magíster Saavedra.
Una de las consecuencias de aplicar más nitrógeno del que
la planta puede aprovechar es que los excesos se pueden lixiviar, debido a la
alta solubilidad de este elemento, y llegar a los cuerpos de agua. Una vez
allí, provocan el crecimiento exagerado y el predominio de ciertas especies de
plantas acuáticas, en detrimento del ecosistema (eutrofización), explica.
Otra de las consecuencias de la sobreaplicación es la
liberación del nitrógeno a la atmósfera en forma de óxido de nitrógeno (N2O),
gas de efecto invernadero cuyo impacto es hasta 298 veces más nocivo que el del
dióxido de carbono (CO2), en términos de potencial de calentamiento
global.
Al procesar los datos históricos y realizar modelaciones
espaciales, el magíster comparó los impactos que generaría cada sistema de
fertilización por sobreaplicación de nitrógeno, y fue entonces cuando evidenció
que el sistema de tasas variadas –una práctica derivada del concepto de
agricultura de precisión– sería más sostenible en términos ambientales.
“En las zonas de manejo en las que encontramos sobre aplicación de nitrógeno notamos que la fertilización en tasa variada
reduciría por lo menos un 75 % de los excesos. Aplicando este método de
fertilización se podría evitar que los cultivos de caña lleguen a ser grandes
fuentes de contaminación difusa por cuenta del nitrógeno potencialmente libre”,
sostiene.
A su vez, otro beneficio reflejado en las proyecciones
por el sistema de tasas variables es el mejor rendimiento de los cultivos de
caña.
Para
adelantar la investigación, el magíster utilizó datos correspondientes a cuatro
años de fertilización nitrogenada a tasa variada en seis lotes ubicados en dos
zonas del Valle del Cauca.
Con esta información, proyectó los escenarios de la
operación de fertilización en tasas variada y fija, utilizando los programas
StatsGraphics Centurion, GS+ y QGIS.
“Gracias a la tecnología que se ha venido implementando
en la producción de caña de azúcar, ahora tenemos al alcance una gran cantidad
de información de las operaciones agrícolas que no se está aprovechando. Así,
este proceso metodológico configura una alternativa importante para procesar
los datos y tomar mejores decisiones”, destaca el magíster.
Por otro lado, explica que con el paso del tiempo los
productores han mejorado sus métodos para calcular las dosis de fertilizante:
“valoran factores ambientales como las precipitaciones, las cuales influyen en
la humedad del suelo, y en condiciones ideales mejoran el aprovechamiento del
nitrógeno por parte de las plantas”.
Finalmente, la falta de calibración de la maquinaria
utilizada para la fertilización (como los tractores) y la poca experticia de
los operarios se presentaron como factores que no favorecen una distribución
precisa del nitrógeno.
La investigación, que sirvió como trabajo de grado del
magíster Saavedra, fue dirigida por el profesor Oscar Chaparro Anaya, de la
U.N. Sede Palmira.
Fuente : https://agenciadenoticias.unal.edu.co