Las presentes humaredas en el sector conocido como la Virgen en Herveo (Tolima), que han generado alerta, obedecen a un fenómeno natural del suelo denominado “combustión por materia orgánica”, lo que obligó a suspender el suministro del gas en algunos municipios del Eje Cafetero; aunque el servicio ha retornado gradualmente, aún queda la incógnita sobre cuánto tiempo tardará en apagarse la zona de calor. Expertos en estudios de suelos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales ofrecen aportes sobre este peculiar fenómeno.
El profesor Eugenio Duque Escobar –experto en geología,
geotecnia y movimientos de masa– afirman que la combustión por materia orgánica
no es de origen volcánico, ya que no se detecta un flujo, es decir, qué no hay
fusión de la roca, no existe una presencia de magma.
Al estar en un terreno escarpado y agrietado, la materia orgánica
se concentra en una sola zona de la montaña, y sin una liberación natural de
gases, como debería darse, entra en proceso de combustión.
“Una de las particularidades de dicho fenómeno es que las
temperaturas han alcanzado hasta los 700 ° C –una cifra elevada para casi
todo tipo de suelos–, capaz de derretir rocas, por lo que se debe estar
pendiente de los laterales de la montaña para prevenir agrietamientos mayores”
explica el profesor Duque.
Este fenómeno de combustión latente se presenta debido a una
mínima cantidad de oxígeno en la atmósfera, que a pesar de que exista una
combustión, no se da como cuando ocurre una quema forestal; en otras palabras,
es un incendio subterráneo.
El experto Duque, agrega que las fisuras o agrietamientos
que se han ido observando en el terreno, obedecen a un levantamiento interno
del suelo, ya que la montaña de Cerro Bravo está conformada por domos de lava,
es decir erupciones lentas de magma semisólida que se van mezclando con los
años superficialmente o al interior del suelo formando una especie de capas con
la tierra, además de la ceniza que cae y el material vegetal.
El interior del suelo de Cerro Bravo se caracteriza no solo
por ser un terreno escarpado sino por contar con la presencia de turbas, es
decir materia enterrado compuesta precisamente de ese material orgánico de
color pardo rico en carbono, el cual forma una masa esponjosa en la que aún
permanecen componentes vegetales de muchos años y que no se debe confundir con
el compost o compostaje.
Las turbas generan –de forma natural– un proceso de emisión
de gases, expulsando nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono, óxido nitroso y
metano, este último uno de los principales contribuyentes a la deformación de
la capa de ozono, un contaminante atmosférico peligroso al medioambiente como
gas de efecto invernadero.
“Un claro ejemplo de ello son las minas de carbón cuando
están expuestas a una concentración alta de metano y el gas no se libera por
taponamientos o estructuras para proteger a los mineros, entonces cualquier
chispa de una pica puede entrar en reacción y generar una explosión”, menciona
el profesor Duque.
Por eso no es conveniente taponar nuevamente el hueco con
más tierra u otro tipo de material, máxime cuando ya se ha determinado que el
proceso de combustión que se da de forma lenta; tampoco se puede apagar con
agua hasta que no bajen las temperaturas y se conozca el origen de dicho
enrojecimiento del suelo.
“No basta con determinar o predecir en cuánto tiempo se
puede extinguir este fenómeno; es importante evaluar si el fenómeno puede darse
en otros sectores del Cerro, teniendo en cuenta el principio geológico del
uniformismo de James Hutton: el presente es la clave del pasado”.
Menciona el profesor puede ser, una combinación de
sedimentos rocosos con vegetación que se da con el pasar de los años. Esta se
va introduciendo entre el suelo y forma pastizales bajo tierra, no se
desintegra por completo para volverse suelo común.
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