El caracol africano, una extraña plaga capaz de causar graves enfermedades e incluso la muerte a quienes lo manipulen o lo consumen, amenaza hoy a Roldanillo.
Alerta en dos barrios de la tierra del alma, por el peligro que estos representan para los niños.
Según las autoridades ambientales del municipio, este animal, conocido también con el nombre científico “Achatina fúlica” es considerado una especie invasora y letal para el entorno humano, no son venenosos pero se debe evitar su contacto directo por el peligro potencial para la salud. El Caracol Africano es un transmisor potencial de enfermedades dado que sirve de huésped a parásitos capaces de generar enfermedades como la Meningoencefalitis, la cual produce una inflamación cerebral severa, igualmente enfermedades de tipo respiratorio, afecciones intestinales y peritonitis debido a su manipulación porque son transmitidos a las personas a través de alimentos contaminados o por contacto directo con la baba del animal a través de la boca, nariz y ojos; la recomendación es no tener contacto directo sino avisar a las autoridades ambientales para su recolección y control poblacional.
Además tiene un riesgo para la agricultura porque por su tamaño y al no tener en nuestro medio depredadores naturales puede ocasionar estragos en el ecosistema, acabando con especies nativas y también con graves impactos en la flora ya que consume hojas, frutas, flores y tallos; Se expande con rapidez por la oferta de alimento, pues es principalmente herbívoro.
Por ser un molusco hermafrodita, se reproduce en forma rápida y con una longevidad de hasta cinco y siete años pero algunos ejemplares alcanzan los 10 años, a los 12 meses o antes alcanzan la edad de reproducción, con posturas de entre 30 y 1.000 huevos con seis pasturas al año, por lo que en corto tiempo pueden poblar una zona lo que le permite multiplicar en forma geométrica su especie; al parecer ha encontrado en el clima y condiciones ambientales del país, el medio ideal para reproducirse y arrasar con toda la vegetación que encuentra a su paso, no en vano aparece entre las 100 especies exóticas "más dañinas" del mundo, según la Unión Internacional para la conservación de la Naturaleza ( UICN). Cuando esta especie de caracol gigante se establece, otros caracoles nativos se extinguen, por lo que es un riesgo para la agricultura.
No se conoce en el Valle del Cauca con exactitud cómo y cuándo arribó a la región, pero se sospecha que comerciantes lo trajeron a Buenaventura con el fin de comercializar productos cosméticos como la baba de caracol.
Lo que sí es claro es que este invertebrado está invadiendo poco a poco la región. La situación de invasión más compleja y más grave es que ya se han detectado ejemplares y la presencia de este molusco en el barrio Humberto Gonzales Narváez. Según funcionarios de la administración municipal y la CVC, en varios hogares de este sector.
Lo que sorprendió a las autoridades ambientales fue encontrar la semana anterior en una vivienda cerca de 30 invertebrados de esta especie.
Su presencia ha sido reportada en Venezuela y en Colombia en las zonas de Putumayo, Amazonas, Buenaventura, Cali y ahora en Roldanillo. En el Valle del cauca y otros departamentos que también registran presencia de esta especie ya avanzan procesos de erradicación.
Especie mortal
El Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara, Cuba, sostiene que esta especie genera una enfermedad grave para los menores y ancianos, llamada meningoencefalitis eosinofílica, la cual es producida por larvas del helminto Angiostrongylus cantonensis o caracol Africano.
Esta enfermedad se registró inicialmente en países donde habitaba el molusco, como Cuba, Estados Unidos, Brasil, Venezuela y Ecuador. Aunque en la Costa Pacífica colombiana no se ha reportado aún ninguna víctima con esta patología, las autoridades de la CVC están preocupadas por qué la Secretaria de Salud del municipio de Buenaventura no ha realizado estudios que indiquen que los casos de meningitis sean derivados del parasito de esta especie.
El biólogo Robert Tulio González Mina, experto en agronomía de la Universidad del Pacífico, manifestó que las principales víctimas son los niños que juegan con estos caracoles. Los moluscos se alimentan con plantas enfermas y toman de ellas patógenos o esporas que empiezan a producir en el organismo humano diarreas severas, deshidratación y la muerte.
El biólogo también advirtió que los caracoles terrestres y acuáticos son portadores de parásitos que pueden llegar al intestino del niño por vía oral, y posteriormente al cerebro, causando lesiones que desencadenan la meningitis.
“La Secretaria de Salud ya tiene conocimiento del caso, y adelantan los procedimientos del protocolo recomendado por la CVC en compañía de las entidades que conforman el CLOPAD.
Los funcionarios de la CVC en Roldanillo enviaron un informe detallado de la situación a la Dirección General de la entidad en Cali, para que se gestionen los recursos para iniciar el plan de erradicación, control y prevención de la plaga. Además, pidieron que se estudie la posibilidad de declarar alerta ambiental en el municipio.
Erradicación
Aunque departamentos como Putumayo han logrado la erradicación de esta especie invasora, el Valle del Cauca está atrasado en la atención del problema.
Según Maribel González, profesional de la CVC especializada en mejoramientos de procesos de la oferta ambiental para Buenaventura, la erradicación del invertebrado se debe hacer utilizando sal para deshidratarlo y luego incinerarlo.
En Putumayo y Amazonas las entidades ambientales permiten enterrarlos, pero para el caso de Roldanillo, las condiciones climáticas obligan a la incineración.
Para el caso de Cali, el Dagma llevó los caracoles a zoonosis para un control sanitario, el cual obliga a la entidad a deshidratarlos y posteriormente incinerarlos.
La Ley colombiana es explícita en señalar que está prohibido consumir cualquier especie animal que sea considerada una plaga, explicó González.
¿Qué debe hacer la comunidad?
Para la CVC y el ICA, las únicas medidas que por el momento se pueden adoptar son los cuidados preventivos entre las comunidades expuestas al caracol. De esa manera se reducirá el riesgo de contraer enfermedades. Las recomendaciones a los ciudadanos son:
1. Lavarse las manos y antebrazos constantemente, para quitar las esporas que produce el caracol.
2. No consumir los caracoles
3. Evitar el contacto con su baba principalmente en las membranas mucosas de ojos, nariz y boca.
4. Los caracoles deben manipularse cuidadosamente utilizando los equipos de bioseguridad (guantes de látex, tapabocas y gafas) únicamente por personal entrenado y capacitado para tal fin.
5. No consumir agua ni alimentos de sitios donde se encuentren los caracoles.
6. Mantener limpios los lugares como patios, cocina, baños y dormitorios.
FOTOS MIGUEL POMO.
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