En este departamento la deforestación ha sido un problema creciente que afecta tanto al medioambiente como a las comunidades y la biodiversidad. Un estudio reciente de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales utilizó imágenes satelitales avanzadas para analizar la cobertura forestal y entender mejor la magnitud de la tala de árboles en la región.
La investigación desarrollada por Mónica Yolanda Moreno
Revelo para la Maestría en Ingeniería - Automatización Industrial de la UNAL
Sede Manizales se centra en desarrollar un enfoque basado en técnicas de visión
artificial cuyo objetivo es resaltar características en imágenes para detectar
más fácilmente los cambios en los bosques.
Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios
Ambientales (Ideam, 2020), en Nariño se han destruido 3.461 hectáreas de
bosques, ubicándose en el noveno lugar del país en tasas de destrucción
boscosa.
Los resultados del estudio permitieron generar mapas
detallados que muestran las áreas deforestadas entre 2014 y 2019 destacando las
zonas de mayor impacto, lo que ayuda a entender mejor las dinámicas de la
deforestación en la región. Esta metodología no solo proporcionó una visión
clara de la magnitud de la pérdida forestal, sino que además facilitó
identificar patrones espaciales como deforestación (amarillo), sin cambios
(azul), regeneración (rojo) y nubes (rosado), útiles para planificar
estrategias de conservación y recuperación del ecosistema.
“Para llevar a cabo la investigación, y considerando la
importancia del departamento, se utilizaron imágenes del Landsat 8, un satélite
de la NASA que toma imágenes detalladas de la Tierra para monitorear cambios
ambientales con enfoque en la clasificación y detección de las transformaciones
del suelo”, afirma la investigadora.
Además se realizó un análisis temporal detallado comparando
mapas etiquetados en diferentes fechas, lo que permitió rastrear y cuantificar
los cambios en la cobertura forestal a lo largo del tiempo.
El municipio de El Rosario fue el más afectado por la
deforestación. En el periodo 2002-2023 perdió 228 ha de bosque primario húmedo,
lo que representa 31 % de su pérdida total de cobertura arbórea en el
mismo periodo, mientras que el área total de bosque primario húmedo disminuyó
en 2,8 % en este tiempo, según Global Forest Watch (2024).
Este territorio es importante tanto por su notable
diversidad de especies como por la fertilidad de sus suelos, que son
fundamentales para el equilibrio ecológico y la productividad agrícola. De las
79.831 especies registradas en Colombia, Nariño aporta 11.227 especies de fauna
terrestre, 326 de peces (56 marinos), y una notable diversidad de plantas que
constituyen el 63 % del total regional. Además la región es crucial para
la observación de ballenas amenazadas y especies migratorias, según el Sistema
de Información sobre Biodiversidad de Colombia.
Así mismo, los territorios rurales son fundamentales para el
cultivo de alimentos esenciales como papa, caña panelera, plátano, coco, tomate
invernadero, palmito, café, zanahoria, yuca y maíz tradicional; sin embargo la
destrucción de los bosques ha tenido un impacto negativo notable en las
comunidades locales que dependen de la tierra para su subsistencia.
La deforestación altera la fertilidad del suelo, que es
vital para el crecimiento de cultivos agrícolas. La eliminación de vegetación
arbórea reduce la capacidad del suelo para retener nutrientes y humedad,
afectando negativamente la productividad agrícola.
Además, la pérdida de bosques puede provocar un aumento en
la erosión del suelo y disminuir los recursos hídricos, lo que también afecta
la capacidad de los agricultores para cultivar alimentos de manera sostenible.
La alteración de los ciclos ecológicos y la pérdida de hábitats naturales
afectan la biodiversidad de polinizadores y otros organismos importantes para
la producción de alimentos.
Esta pérdida de cobertura forestal está impulsada en gran
medida por la expansión de cultivos de uso ilícito, especialmente de coca para
la producción de cocaína, que representan una de las principales causas de la
pérdida de selva en la región. Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible (2023), el 13 % de la deforestación anual del país está
vinculada a este fenómeno.
Algunos métodos para erradicar cultivos de coca son: la
aspersión aérea con herbicidas como el glifosato, un químico que puede reducir
la fertilidad del suelo y contaminar las fuentes de agua; la destrucción
manual, y la quema de cultivos, alternativa que altera el suelo y contribuye a
su desgaste paulatino. Según el periódico ambiental Mongabay (2023), en 2022
Tumaco (Nariño) era el segundo municipio en Colombia con más cultivos de coca,
con 20.720 hectáreas, mientras El Charco-Olaya Herrera contaba con 11.088
hectáreas.
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