En Colombia se utilizan los niveles estipulados por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) como modelo para evaluar las emisiones de partículas contaminantes en la industria ladrillera; sin embargo, estos son ineficaces para categorizar la calidad del aire, ya que allí solo se utiliza un tipo de horno con tecnología más avanzada, contrario a lo que sucede aquí.
Un estudio del Departamento de Ingeniería Química y
Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) identificó las
diferencias existentes entre la emisión de hornos de ladrillo en Cundinamarca y
lo que se plantea tanto en la EPA como en la Agencia Europea de Medio Ambiente
(AEMA) y en registros de autoridades ambientales de la India, importante
productor de este material en el mundo.
El trabajo se realizó en la jurisdicción Sabana Centro de la
Corporación Autónoma Regional (CAR), que agrupa los municipios de Zipaquirá,
Chía, Cajicá, Cogua, Tenjo y Tocancipá, entre otros. En él se analizó material
particulado, dióxido de azufre y óxido de nitrógeno, además de otros compuestos
químicos.
Mientras la EPA establece la emisión de 0,6kg de material particulado por tonelada de ladrillo producida –para el horno tipo túnel, en el que hay una zona continua a lo largo de un pasillo por la que se va quemando arcilla para obtener los ladrillos–, en Colombia la emisión de este tipo de material llega a los 1,55 kg/t.
Julián Echeverri, magíster en Ingeniería Química y Ambiental
de la UNAL y líder de la investigación, explica que “el desbalance entre lo que
se tiene como punto de referencia y lo que ocurre es abismal: solo en cuanto a
material particulado, los hornos tipo túnel que evaluamos superan en un
158 % las emisiones estipuladas por la EPA, y en un 400 % en
comparación con la India”.
En cuanto al dióxido de azufre, la emisión en los hornos de
esta región de Cundinamarca supera los estándares de la AEMA con un valor de
0,69 kg/t frente a uno de 0,04 kg/t.
La comparación solo se puede hacer con el horno tipo túnel,
ya que en Estados Unidos no se tiene otro sistema, mientras que en Colombia
existen hornos colmena, baúl o zig-zag, algunos de los cuales son más
artesanales y menos mecanizados.
Por otro lado, en Norteamérica, además de utilizar carbón
para la quema de arcilla, también se utiliza gas natural, lo cual no ocurre en
la industria ladrillera nacional.
Con reportes industriales
Para el estudio se utilizaron datos de 47 reportes
industriales que las empresas del sector ladrillero hacen por medio de
intermediarios acreditados por el Instituto de Hidrología, Meteorología y
Estudios ambientales (Ideam), para los 32 hornos encontrados en Sabana Centro.
El magíster señala que “la mayoría de estos reportes se
calificaron como ‘deficientes’, ya que el nivel de rigurosidad no es muy alto:
si por ejemplo van a medir los contaminantes en 5 años, lo que hacen las
entidades de medición es tener en cuenta diferentes partículas cada año, pero
no hacen el estudio completo, entonces solo se analiza el material particulado
y el dióxido de azufre por un tiempo, luego el ácido clorhídrico y así
sucesivamente”.
Agrega que “se trata de una situación alarmante que se da
porque en Colombia no se tienen sistemas de control que permitan crear datos
propios sobre las emisiones de las ladrilleras; hace falta darle mayor
importancia a este tema que incluye compuestos químicos perjudiciales para la
salud de los seres humanos”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el
continente americano alrededor de 320.000 muertes prematuras pueden estar
asociadas con la contaminación del aire.
Por su parte, el Instituto Nacional de Salud (INS) indica
que en Colombia 15.681 fallecimientos están relacionados con la mala calidad
del aire.
“Una diferencia importante radica en los procesos de
remoción de partículas, que en Cundinamarca solo existen en 1 de los 32 hornos
analizados, el de tipo túnel. El instrumento se llama ciclón, y lo que hace es
no dejar que el material particulado más grande salga a la atmósfera, sino que
lo deja pegado, mientras que a las partículas más pequeñas las devuelve a la
chimenea”, indica.
Situación contraria a lo que pasa en Estados Unidos, en
donde emplean instrumentos de multiciclones que hacen que el proceso sea mucho
más rápido y eficiente.
En Colombia, la ausencia de otro tipo de sistemas de control
para modular la emisión de compuestos contaminantes en la producción de
ladrillo hace que solo se tenga en cuenta el material particulado, haciendo que
se olviden las demás partículas que también son nocivas para la salud y el
medioambiente.
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