La suspensión del servicio de gas está afectando a miles de colombianos en Caldas, Risaralda, Quindío, Cauca, Valle del Cauca y Tolima, generando una crisis que se podría extender hasta por nueve días; de hecho, en Cali se ha declarado la alerta roja. Expertos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) indican que, a través de un método de inyección para sofocar la fuente de calor se podrían controlar las altas temperaturas en la ladera del volcán Cerro Bravo, ubicado en la cordillera Central de los Andes, que desde el 20 de mayo es cercana a los 700 °C.
Si alguna vez ha experimentado un corte de suministro de
gas, seguramente estará familiarizado con las importantes limitaciones que esto
implica, tan solo en su casa. Este problema, al ampliarse a una escala macro,
puede generar graves repercusiones, especialmente en los negocios como los de
comidas y bebidas cuya operación depende en gran medida de ese insumo.
En la ladera de Cerro Bravo temperaturas cercanas a los
700 °C han provocado emisiones de gases y vapores, y, en el interior de la
montaña, un fenómeno conocido como incandescencia que pone en riesgo el
gasoducto que cruza por dicha zona y abastece a los departamentos del sur del
país. Aunque el Servicio Geológico Colombiano descartó que estas anomalías sean
originadas por el volcán, aún se estudian posibles alternativas para frenar
esta situación de emergencia.
Ante esta situación, diversos comercios (hoteles, restaurantes,
pymes) se han visto obligadas a buscar alternativas, como la adquisición de
pipas de gas, las cuales tienen un costo promedio de 95.000 pesos, a pesar de
ser de corta duración. El problema también afecta a centros hospitalarios y
educativos.
¿Cuáles serían las posibles opciones de solución?
El profesor Gonzalo Duque Escobar, de la Universidad
Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales y director Observatorio Astronómico
de Manizales, hace énfasis en que cortar el suministro de aire a la turbera –un
depósito orgánico que puede surgir en un humedal, donde la materia que se
deposita entra en un proceso de fosilización y carbonatación– mediante
inyección que corte la salida a los gases, permitiría mejorar la seguridad del
gasoducto y de la banca de la vía, cuya estabilidad se puede ver afectada.
Cuando una roca está al rojo vivo no es conveniente
arrojarle agua para apagarla que es lo que normalmente se hace en las turberas,
pues las explosiones derrumbarían el macizo rocoso, y siendo así, para esta
combustión se le cerraría la entrada al oxígeno. Se deben prevenir las
interacciones del agua con la roca caliente y el impacto de las vibraciones
mecánicas”, explica.
Agrega que, “por fortuna en la vía no se ha derretido el
asfalto, pero si el suelo se llega a saturar, puede ocurrir. Además hay que
evitar que los efectos térmicos y los fluidos que está en movimiento afecten al
macizo montañoso”.
Una de las alternativas a corto plazo es instalar un tramo
de tubería flexible para salvar la zona afectada por este fenómeno y así
restablecer la ruta del gas; en esta alternativa vienen trabajando diferentes
entidades de la mano para atender esta emergencia. Este trabajo es el que se
estará revisando en el transcurso de estos nueve días.
Sin embargo, el académico destaca que en reuniones
adelantadas con la Transportadora de Gas Internacional (TGI), empresa que
generó la suspensión gradual de gas natural luego de la alerta, se plantea la
necesidad de crear una pantalla térmica o una especie de barrera que aísle las
altas temperaturas y así poder restablecer el servicio en menos tiempo.
Como otra de las medidas sugeridas se plantea un mapeo de
toda la ladera, mediante el cual se pueda corroborar qué otras zonas pueden
estar sobre los 700 °C o en un valor inferior.
“En este momento no podemos esperar soluciones de largo
plazo sino inmediatas, y es por eso que nosotros como académicos planteamos
este tipo de alternativas para que sean evaluadas y finalmente se puedan tomar
las mejores decisiones para atender la emergencia”, manifiesta el académico.