viernes, 23 de diciembre de 2022

Flora como símbolo de Navidad: más que adornos, especies

 Con la Navidad no solo llegan los buñuelos y la natilla, los villancicos y las novenas; en esta época decembrina los árboles y plantas también son protagonistas en las decoraciones navideñas. Por su simbología y tradición histórica acompañan las festividades de todo el mundo, siendo un referente estético, pero también botánico.

Pino, muérdago, poinsettia, musgo, anturio y acebo son algunas de las especies más comunes; sin embargo, cabe mencionar que, por facilidad, durabilidad y compromiso ambiental, la mayoría de estas plantas se usan de forma simbólica y representativa, pues extraerlas de su ecosistema puede conllevar grandes riesgos.

Liliana Ramírez Franco, profesora de botánica y fisiología vegetal de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, afirma que “Colombia es un país con gran diversidad, pero todos debemos mantener un enorme compromiso con ella para que siga siendo así”.

“Por ejemplo, cuando extraemos los musgos de sus ecosistemas, ya no tienen la posibilidad de generar relaciones hídricas y mueren rápidamente, y además al hacerlo alteramos la vida de otros animales y plantas que los usan como medio para colonizar”.

“Si vamos a usar pinos o especies similares, usemos los procesos artificiales que son muy llamativos y estéticos, o comprémoslas en viveros especializados en su producción”.

El uso de estas plantas está directamente relacionado con diversos rituales, ceremonias y festividades que se practicaban en el pasado. Un ejemplo está en los celtas, quienes en los solsticios de invierno empelaban robles y los adornaban con frutas y velas como forma de llamar al Sol, pues asociaban este árbol con la regeneración y la fertilidad.

En Babilonia y en la antigua Roma se usaban los laureles y las luminarias para poner los regalos, tradición que fue adoptada por los cristianos en su llegada a Europa, y que fue traída a América por la colonización.

Pinos y muérdagos

Los pinos son plantas gimnospermas realmente muy antiguas –se calcula que pueden estar en la Tierra hace 200 millones de años– que producen semillas desnudas llamadas estróbilos; se caracterizan por su “alas” que se dispersan por el viento.

“En esta época del año usamos tanto la semilla como la planta, con la que hacemos el árbol navideño, una tradición que se cree nació en 1605”, menciona la profesora Ramírez.

El cono, también llamado piña o estróbilo, es el órgano en el que se desarrollan las semillas (piñones), de alto valor nutricional, y con el que se elaboran artesanías navideñas.

Por su parte los muérdagos son plantas hemoparásitas que penetran sobre otras y extraen nutrientes. Fueron usadas tradicionalmente por los griegos pues creían que representaban la paz y ayudaba a las reconciliaciones familiares.

Musgos y poinsettias

Se calcula que los musgos habitan el planeta hace 400 millones de años, son plantas muy diversas y con gran importancia ecológica pues son recicladoras de carbono, actúan como esponjas que almacenan gran cantidad de agua y son usadas por muchas otras especies.

“Tienen hojas, raíces y tallos que teóricamente se llaman ‘falsos’ porque no son tejidos tan especializados como los de las plantas más evolucionadas. Los asociamos con lugares muy húmedos, viviendo sobre árboles y rocas, pero algunas especies viven en condiciones de polo y desierto”, agrega la docente.

Entre tanto la poinsettia, de la familia Euphorbiaceae, es una planta que no tiene pétalos sino brácteas, una estructura hecha de flores más pequeñas que secretan néctar que atraen insectos. Sus flores son muy llamativas por tener colores rojos brillantes, por eso se usa mucho en Navidad y se le conoce como flor de Pascua.

Acebo y anturio

El acebo, de la familia Aquifoliaceae, se caracteriza por tener hojas, espinas y frutos de color rojo brillante; es una planta de sombra propia del continente europeo. “Se usa en Navidad porque se relaciona con la corona y la sangre de Cristo”.

“Además, el hecho de fructificar en invierno le da un valor ecológico muy importante, por ser una buena fuente de alimento para muchas especies, especialmente de pájaros, en la estación más dura por la escasez de recursos”, afirma la docente.

Los anturios –de la familia Araceae– se propagan por tallos o rizomas y su característica más especial es que sus flores pueden ser blancas, rosadas, naranja o rojas, estas últimas las más llamativas para la época decembrina.

“Los anturios no son una sola flor sino un conjunto de ellas, y son conocidas como inflorescencias; sus estructuras se llaman espata y espádice. Algunas especies de esta planta son endémicas de Colombia, es decir que solo se presentan en nuestro país”, concluye la profesora Ramírez.








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