¡Un hito para la ciencia!, pues por primera vez en el país un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) ganó la Beca de Tutoría de Pregrado Jed Burtt, otorgada por la Sociedad Ornitológica de Wilson (WOS), con la que llegarán a zonas inexploradas de la Serranía de San Lucas (ubicada entre Bolívar y Antioquia) para buscar nuevas especies de aves por encima de los 1.600 msnm.
Esta es la historia de la estudiante de biología Leidy
Carolina Martínez Vargas, oriunda del municipio de Santa Rosa del Sur –que
forma parte de la Serranía–, y el profesor Andrés Mauricio Cuervo, del
Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la UNAL, quien en 2001 ya había estado
en este santuario para las aves y logró el primer registro en el país del
pájaro picoagudo (Oxyruncus cristatus), un hallazgo muy importante, pues
su comportamiento y rasgos son muy distintos a los encontrados en Centro y
Suramérica.
La beca entregada por la WOS –institución fundada en 1888–
se creó en 2016 y su nombre es un homenaje al científico estadounidense
Alexander Wilson, considerado como uno de los padres de la ornitología en
América. Es uno de los centros para el estudio de aves más importantes del
mundo.
Como asegura la integrante del Semillero de Investigación en
Ornitología, desde los 1.400 msnm estas montañas tienen uno de los mayores
endemismos de aves de Colombia, es quiere decir que allí están presentes aves
nativas del territorio, y eso la convierte en un baluarte para la biodiversidad
del país con la mayor cantidad de aves en el mundo, con cerca de 1.966
especies, el 20 % del registro mundial, según el Fondo Mundial para la
Naturaleza.
Sin embargo, añade que la máxima altura a la que han llegado
investigaciones pasadas es a alrededor de los 1.600 msnm, y la Serranía de
San Lucas llega hasta los 2.300 msnm. Lo que busca su proyecto es alcanzar
por lo menos alturas que vayan desde los 1.600 hasta los 2.300 msnm, y que
están inexploradas en cuanto a aves.
Las exploraciones han sido pocas, pues históricamente la
región ha sido afectada por el conflicto armado en el país y es de difícil
acceso; sin embargo, esto no ha impedido el hallazgo de especies únicas y muy
raras, por ejemplo, el colibrí de raquetas (Ocreatus underwoodii), un
polinizador muy importante en la zona cuyos los machos se caracterizan porque
las plumas de su cola tienen forma de raqueta para cortejar a las hembras y
unos pompones anaranjados en sus patas.
También se destaca el primero registro para la cordillera
Central del zorzalito overo (Catharus maculatus), un pájaro de entre 15
y 17 cm y un peso de alrededor de 30 gramos que se alimenta de
insectos y arañas, y cuyo plumaje de color marrón oliva se distingue mientras
se encarga de dispersar semillas, ayudando en la regeneración y mantenimiento
de los bosques de la Serranía de San Lucas.
“Las investigaciones pasadas se enfocaron en estudiar los
mamíferos de la zona, pues animales como el jaguar, el puma, el oso andino o el
tigrillo recorren estos corredores del Magdalena medio, pero de las aves se
conoce poco, y de hecho el profesor Cuervo, con quien gané la beca, es una de
las personas que más se ha interesado por documentar la avifauna de la
Serranía”, indica la investigadora.
La estudiante de la UNAL afirma que, entre las tensiones
presentes en la zona, específicamente en el municipio de Santa Rosa del Sur, se
encuentran los desafíos económicos, ya que la minería de oro constituye uno de
los principales sustentos de sus habitantes. Además en los últimos años la
región ha sido gravemente afectada por la deforestación, impulsada por el
crecimiento de la población.
Carolina es la primera mujer latina en ganar la beca, y con
el dinero realizará el trabajo de campo en la Serranía, en el que se buscará
reportar todo lo que se pueda, y registrar los especímenes de aves que estén en
la zona, además de capturar algunas especies focales o importantes que puedan
ser un aporte para la colección de ornitología de la UNAL, en donde se
analizarán los tejidos, plumajes, picos y demás partes de cada ave encontrada.
En sus planes está comparar cada especie capturada con
instrumentos como las redes de niebla, con las se han registrado en otros
puntos de las cordilleras andinas, en busca de vínculos genéticos y
taxonómicos. Así mismo, otro de los aportes que se espera realizar durante este
tiempo es la grabación y el análisis de los cantos y melodías de estos pájaros,
pues en estos sonidos está la clave para entender rasgos de su comportamiento y
evolución.
“Es un sueño trabajar por la tierra que amo, y trabajar como
investigadora y como residente por nuestro espacio y territorio, en la zona que
me vio crecer. Lo cual es un sueño compartido con el profesor Cuervo, quien ha
querido volver a la Serranía, y con la beca ahora lo puede lograr”, indica.
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