Estas dos plantas, usadas en un sistema acuapónico para el cultivo de tilapia, lograron disminuir elementos contaminantes como amoniaco, nitrito y nitrato presentes en el agua, en un 85, 97 y 69 % respectivamente.
Además el sistema mostró que es más eficiente que el
monocultivo, pues mientras que para el sistema tradicional se usaron casi
300 m3 de agua, en el acuapónico bastaron solo 60 m3,
lo que representa un ahorro del 93 % en el uso de agua.
Estos son algunos de los principales resultados de una
investigación, socializada por el ingeniero acuícola Manuel Martín Mariscal,
magíster en Ciencias y docente de la Universidad Estatal de Sonora (México),
uno de los invitados al Simposio de Acuicultura Sostenible organizado por la
Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de
Colombia (UNAL).
“Nuestro objetivo era desarrollar un cultivo de tilapia
negra, espinaca de agua y lechuga bajo un sistema acuapónico, para evaluar la
calidad del agua del efluente y determinar si con la integración de estos dos
cultivos vegetales se logra reducir la contaminación ambiental por la
producción de tilapia”, detalló.
Para el estudio se usaron 6 tanques circulares para el
cultivo de tilapia, acoplados para el sistema acuapónico, en el cual el agua
pasa a tres camas rectangulares rellenas de grava y arena para el cultivo de
espinaca de agua, y luego a otras tres de lechuga.
El agua proveniente de los tanques se recolectaba en una
fosa y luego se bombeaba nuevamente hacia los tanques con tilapia, generando un
circuito cerrado bajo un sistema de recirculación de agua.
“Contratamos este sistema con un cultivo de tilapia en un
sistema de monocultivo, es decir que en unos tanques teníamos solo las tilapias
con recambios normales de agua como se hace en una granja comercial”, explica
el ponente.
Agrega que “durante el proceso se monitorearon dos veces al
día el oxígeno, la temperatura, el pH y la conductividad eléctrica, tanto en
los tanques con tilapias como en las camas con lechuga y espinaca. También se
monitoreó el nitrógeno en forma de amoniaco, de nitrito, nitrato y los sólidos
suspendidos, lo cual se hacía una vez al día, una vez por semana”.
La cama de espinaca redujo en un 41 % el amoniaco
presente en el agua, la cama con lechuga lo redujo en un 37 %, y juntas
disminuyeron la concentración de amoniaco en el sistema de cultivo en cerca de
un 85 %. Así mismo, juntos lograron disminuir en un 97 % el nitrito y
en un 69 % el nitrato.
También se logró disminuir el 93 % de los sólidos
generados en los tanques con tilapia, a través de los sustratos usados tanto en
la cama de espinaca como en la de lechuga, y con este sistema las tilapias
lograron un tamaño superior al 88 % frente al método de monocultivo.
Contaminación en la acuicultura
Cerca del 90 % de la contaminación en la acuicultura se
da por compuestos nitrogenados que provienen del alimento usado para engordar a
los organismos.
Un estudio de 2005 estimó que 51.000 hectáreas de cultivo de
camarón arrojaban al ambiente una cantidad de nitrógeno equivalente a la que
producían 1.657.991 personas, y una cantidad de fósforo igual a lo que genera
una población de casi 2 millones de personas.
Nitrógeno y fósforos son los principales nutrientes
generados en el agua a través del alimento balanceado agregado a los organismos
en cultivo (pez, camarón, trucha y tilapia, entre otros). “Parte de ese
alimento no se consume y cae al fondo de los estanques o fondos marinos, donde
se va degradando desde las 2 horas y se empieza integrar al fondo. Además la
orina de los peces tiene una base nitrogenada, por lo que junto a sus heces y alimentos
no consumidos van generando una acumulación de nitrógeno y fósforo en el
sistema”, explica el magíster.
Mediante la mineralización del nitrógeno este va teniendo
una transformación biológica, de tal forma que del nitrógeno molecular se
descompone en amonio ionizado y amoniaco; este último en bajas concentraciones
puede llegar a ser sumamente tóxico para los organismos en cultivo, y también
se transforma en nitrito, otra especie nitrogenada tóxica para los peces.
“La contaminación generada afecta directamente la calidad
del agua o del cultivo, y para poder llevarlo a buen término necesitamos
mantener la calidad, mediante los recambios de agua, es decir cambiar la
contaminada por limpia”, recomienda el investigador.
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