jueves, 12 de diciembre de 2024

Abeja verde metálica, polinizadora exclusiva de las orquídeas terrestres vallunas

 En dos zonas boscosas de Palmira (Valle del Cauca) se hallaron orquídeas terrestres “espigas de bosque”, del género Cyclopogon elatus y C. lindleyanus, y se identificó a su principal polinizador: la abeja verde metálica, lo mismo que las avispas parasitoides que afectan sus frutos, un descubrimiento esencial para asegurar la supervivencia de estas plantas y mantener el equilibrio ecológico y la biodiversidad en esta región del país.

A diferencia de las orquídeas epífitas, que crecen en los árboles, las terrestres crecen directamente en el suelo y establecen relaciones esenciales con microorganismos como los hongos micorrízicos, que viven entre las raíces de las plantas y facilitan la germinación de sus diminutas semillas. Las hojas de C. elatus son alargadas y estrechas, de un verde vibrante, mientras que C. lindleyanus presenta patrones rayados con manchas blancas y pequeñas flores, y su presencia en ciertos lugares sirve para indicar la calidad del suelo y reflejar la salud de los ecosistemas.

Las orquídeas terrestres crecen en el bosque seco tropical en condiciones extremas, caracterizadas por cortas temporadas de lluvia y prolongadas sequías, con temperaturas que entre 25 y 30 °C. Para su reproducción sexual dependen de un polinizador principal, la abeja verde metálica (Pseudaugochlora graminea), un hermoso y ágil insecto brillante que al posarse sobre las flores para recoger el néctar transfiere polen entre las plantas.

La belleza de estas orquídeas cautiva no solo a la exótica abeja, sino también a su principal amenaza: las avispas parasitoides de los géneros Aprostocetus y Phylloxeroxenus, las cuales depositan un solo huevo por fruto, cuya larva consume todas las semillas en desarrollo y amenaza la regeneración y supervivencia de estas delicadas plantas.

Esta relación entre orquídeas, abejas y avispas fue analizada por el ingeniero agrónomo Diego Andrés Rodríguez Leyton, estudiante de la Maestría en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, trabajo acompañado por el profesor Joel Tupac Otero Ospina, del Grupo de Investigación en Orquídeas, Ecología y Sistemática Vegetal.

Para ello establecieron parcelas de 25 m2 en Bosques de Belén (Palmira), en donde identificaron 294 individuos terrestres en condiciones completamente naturales, y además en un cacaotal del campus.

Orquídeas y abejas, una relación muy fuerte

Para el estudio se etiquetó cada planta y se hicieron observaciones durante varios censos realizados en diferentes épocas del año, en los cuales se registraron datos como: número de individuos; especie; estado reproductivo; número de hojas y de flores abiertas y en formación; altura; dimensiones de las hojas; frutos abiertos, cerrados y parasitados; presencia de herbívoros;

y estado funcional general e interacción con insectos, como las visitas florales de las abejas y los daños ocasionados por las avispas parasitoides.

Dicho análisis permitió identificar las dinámicas poblacionales y los factores que influyen en el éxito reproductivo de las orquídeas terrestres, ya reportadas en el Valle del Cauca.

Uno de los hallazgos más destacados es la fuerte relación existente entre la reproducción de las orquídeas terrestres y las visitas de las abejas metalizadas. “Cuantas más flores se presentan en una inflorescencia (racimo floral), mayor es la atracción para los polinizadores. Sin embargo, también aumenta la probabilidad de parasitismo por las avispas, que encuentran en los frutos un hábitat ideal para sus crías”, informa el ingeniero agrónomo Rodríguez.

El descubrimiento del polinizador es relevante porque permite predecir cómo se pueden desarrollar y expandir estas poblaciones de orquídeas, siempre y cuando la abeja polinizadora esté presente en el ambiente. “Las plantas más altas y con más flores tienden a ser más visitadas por los polinizadores, lo que aumenta la producción de sus frutos”, destaca.

Curiosamente el parasitismo de la avispa no es del todo negativo. Según el investigador, “las avispas cumplen un rol en el equilibrio poblacional, al limitar el crecimiento excesivo de las orquídeas y mantener una dinámica estable en el ecosistema”.

Los investigadores proponen estrategias de conservación que incluyan la protección de hábitats, la restauración de zonas degradadas y la promoción de estudios adicionales sobre el impacto del parasitismo en las orquídeas terrestres.


 












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