Tejer las mallas para pescar en ríos y lagos de Yahuarcaca –en la Amazonia colombiana–, o saber cuándo utilizar cerbatana o anzuelo para tener una faena más efectiva no es algo que se aprenda en un colegio o una universidad; este conocimiento ancestral que poseen los indígenas ticuna se transmite de generación en generación, pero está amenazado por la creciente interacción de los jóvenes con prácticas occidentales, que degradan sus tradiciones. Con la Escuela de Artes de Pesca se busca evitar que esto suceda y así garantizar la continuación de esta práctica esencial para su seguridad alimentaria.
Algunas poblaciones viven directamente relacionadas con el
agua porque se alimentan de los recursos pesqueros, como Leticia, en la zona de
frontera con Brasil y Perú, en donde se registra el mayor consumo de pescado
por persona en el mundo: entre 20 y 24 kilos al mes, lo que querría decir que
los pobladores ribereños de ríos o lagos de la cuenca amazónica todos los días
consumen pescado.
Para fortalecer este acervo que solo se hereda de ancianos a
jóvenes y nietos por medio de la tradición oral en lengua maguta o ticuna, la
Escuela de Artes de Pesca, proyecto liderado por la Universidad Nacional de
Colombia (UNAL) Sedes Bogotá y Amazonia, cuenta con la participación de
pescadores locales, quienes comparten los conocimientos y destrezas adquiridos
durante años de práctica en las llamadas artes de pesca.
La iniciativa es liderada por la Facultad de Artes de la
Sede Bogotá, junto con el Laboratorio de Manejo y Gestión de Humedales de la
Sede Amazonia, la Asociación de Pescadores de los Lagos de Yahuarcaca (TIKA),
la Universidad de Humboldt (Alemania), la Fundación Grupo Proa de Colombia y la
Fundación Mandioca de Países Bajos.
El proyecto forma parte de uno más grande, conocido como
“Pulsos del Agua”, gracias al cual la Universidad ha hecho valiosos aportes
para entender el tema pesquero en la Amazonia como una actividad que va más
allá de lo económico y que forma parte fundamental de la tradición cultural
ticuna.
Al respecto, el profesor Santiago Duque, de la UNAL Sede
Amazonia, señala que “cuando se conoce, entiende y comprende el territorio que
se habita, se puede conservar y cuidar, pero cuando no conozco nada y no me
interesa nada, solo dejo que se vaya deteriorando, que se vaya acabando.
Tristemente Colombia tiene territorios maravillosos, pero en donde dejaron de
fortalecerse y preservarse la cultura, la tradición, nos volvimos citadinos”.
“En ese sentido, la iniciativa apuesta por mejorar la
capacidad de empoderamiento y gobernanza ambiental de los pueblos locales, a
través de la interacción entre academia y poblaciones locales”.
Los primeros trabajos se centraron en el estudio de la
limnología, rama de la ecología que estudia los ecosistemas acuáticos
continentales como lagos, lagunas, ríos, charcas, marismas y estuarios.
También se diseñaron estrategias para mejorar la pesca, lo
que permitió que volvieran a nadar pirarucús, arawanas, bisagras y gamitanas (o
cachamas negras), especies emblemáticas del sistema amazónico, gracias a un
proyecto de recuperación de la pesca liderado desde hace 12 años por la Sede
Amazonia y TIKA. Además, desde hace varios años se avanza en un ordenamiento
pesquero que permita proteger este entorno, del cual dependen unas 2.800
personas.
Delfino Parente, presidente de TIKA, destaca que ahora, con
la Escuela de Artes de Pesca lo que se busca es que los jóvenes se motiven en
la pesca artesanal y la cultura propia, ya que “como comunidades indígenas
vemos que nuestros jóvenes se gradúan del bachillerato y todavía siguen siendo
pocos los que pueden acceder a la educación superior, a la universidad; y así
hemos perdido muchos jóvenes en la drogadicción o se van a otros lugares a
hacer cosas que no deben y nosotros como líderes sociales estamos en la lucha
para evitar que esto suceda”.
Agrega que, “el propósito de la Escuela es que, por ejemplo,
puedan formular proyectos para su propio beneficio, donde sean los mismos
jóvenes quienes se encarguen de aspectos como monitoreo, control y vigilancia
de sus propios territorios”.
Museo virtual
En esa apuesta por la recuperación y el intercambio de
conocimientos que sirvan como legado para las futuras generaciones, la idea es
compartir las enseñanzas de los pescadores en temas como la manera de elaborar
las grandes mallas con las que se pesca en el río Amazonas, que es muy
profundo, o saber el uso de artes tradicionales como la cerbatana o el anzuelo
y cuándo utilizar qué tipo de carnadas.
Como el desafío es que la información no se pierda de una
generación a la siguiente, en estos seis meses que dura la primera parte del
proyecto, el equipo de Artes de la UNAL se propone crear un museo virtual que
cuente con obras artísticas, videos y fotografías que muestren las tradiciones
de pesca y al que puedan acceder los pobladores locales.
El proyecto “Pulsos del Agua” tiene 7 iniciativas más,
centradas en arte, música, danza o recuperación del dibujo, a través de las
cuales se busca que el país reconozca el valor de la cultura anfibia y que
apueste por recuperarla y preservarla.
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