A partir de los millones de toneladas de residuos que genera la agroindustria (recortes de pasto, bagazos, cuescos, etc.) es posible obtener un tipo de carbón activado útil para descontaminar el aire y el agua, pues este puede retener en su superficie compuestos, como por ejemplo el dióxido de carbono y el sulfuro de hidrógeno, dos productos generados por los automotores y los procesos industriales. La torrefacción, un pretratamiento térmico que consiste en someter la biomasa a temperaturas entre 200 y 300 °C, aumenta significativamente el rendimiento del biocarbón y mejora su capacidad de adsorción.
En Colombia se destinan alrededor de 3 millones de hectáreas
para cultivos permanentes y estacionarios como café, caña de azúcar, maíz,
arroz y palma africana, los cuales generan cerca de 72 millones de toneladas de
residuos orgánicos anuales. “A estos residuos, que incluyen recortes de pastos,
bagazos, cuescos, etc., también los llamamos biomasa; esta se puede transformar
–mediante procesos termoquímicos y biológicos– en productos con alto valor
agregado con los que se pueden mitigar problemas medioambientales y producir
energías más respetuosas con la naturaleza, de manera que disminuye el uso de
combustibles fósiles”, explica el ingeniero mecánico Marlon Fabián Córdoba
Ramírez, doctor en Ingeniería - Sistemas Energéticos de la Universidad Nacional
de Colombia (UNAL) Sede Medellín.
Entre los muchos productos que se pueden obtener a partir
del tratamiento de la biomasa se destacan los son sólidos. “Al someter la
biomasa a altas temperaturas –alrededor de 350 °C– en ausencia de oxígeno,
se obtiene, entre otras cosas, un sólido carbonoso (muy similar al carbón, con
una composición promedio del 85 % de carbono) cuyas características
especiales le permiten capturar y retener, por ejemplo, metales que contaminan
las aguas –como el sulfuro de hidrógeno– o tóxicos gaseosos como el dióxido de
carbono (CO2) en el aire”.
Considerando estos atributos, y con el objetivo de definir
una ruta óptima para obtener ese biocarbón y un carbón activado derivado de
este, el investigador desarrolló su tesis de doctorado. En ella evaluó
fundamentalmente el tratamiento del cuesco de palma mediante el proceso de
torrefacción a distintas temperaturas con el fin de encontrar cuál era la más
eficiente para tener un resultado de calidad.
“La intención principal fue hallar un camino que implicara
utilizar menos compuestos para los pretratamientos químicos o físicos que
pueden generar contaminantes o costos adicionales. Otro propósito fue obtener
un biocarbón mucho más poroso y con mayores rendimientos, capaz de atrapar con
mayor eficiencia los contaminantes a los que se expone, y que a su vez permita
obtener más carbón activado en un proceso posterior”, señala.
Así, el investigador Córdoba realizó, por un lado, la ruta
típica para obtener el carbón activado, que consiste en someter la biomasa a un
proceso de pirólisis lenta, es decir, calentar la biomasa entre 350 y
700 °C para después someterla a un proceso de activación, del que resulta
el carbón activado.
“Con la ruta alternativa se obtuvieron mejores resultados en
cuanto a rendimiento y porosidad: de obtener biochar de 80 a 110 m2/gramo
de área superficial, pasamos a uno de 700 m2/gramo. Además, en el
carbón activado logramos tener áreas de 2.300 m2/gramo, un
hecho que por lo general se logra mediante activación química, pero nosotros lo
hicimos simplemente incorporando temperaturas y tiempos más largos de acción
(torrefacción más pirólisis lenta)”, explica el ingeniero.
Con respecto a la capacidad de capturar sustancias
contaminantes, también se alcanzaron resultados favorables, pues se comprobó
que por cada gramo de carbón activado obtenido se podían capturar en promedio
95 miligramos de CO2. Esto, además de ser útil para limpiar espacios
contaminados, puede ser benéfico para otros usos que se le están dando el
carbón activado, como por ejemplo en la remediación de los suelos.
“Tener una buena cantidad de carbono en el sólido puede
ayudar a retener más nutrientes y hacerlo más productivo. Ese es un trabajo
futuro que se puede desarrollar a partir de esta tesis. Así mismo, puede tener
implicaciones positivas en la adsorción de sulfuro de hidrógeno, que es un gas
contaminante y muy ácido, producto de procesos industriales”.
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